16 de diciembre de 2005
Modelo no modelo
Aura Cristina Geithner
Mi orgasmo ideal es el que me lleva a sentir el placer más pleno, más completo y cercano a la verdadera libertad y felicidad, donde no existe el tiempo ni el contratiempo. Amo las palabras, la seducción, el olor...
Por: Mauricio VélezMi orgasmo ideal es el que me lleva a sentir el placer más pleno, más completo y cercano a la verdadera libertad y felicidad, donde no existe el tiempo ni el contratiempo. Me encantan los lugares tranquilos en donde pueda crear mis propias fantasías, adornarlos y recrearlos con música, velas, palabras y silencios.
Lea también: El orgasmo de Luly Bossa
Amo la naturaleza, el aire libre... el mar. Me fascina que me sorprendan en lugares públicos, pues despierta en mí el morbo y la imaginación. Cada sitio tiene ese algo especial siempre y cuando exista química, entrega y amor. Adoro hacerlo durante el atardecer o la noche, porque hay lugar al encuentro, al misterio, a la seducción, a esconderse, disfrazarse y jugar a lo desconocido.
A veces disfruto la prisa pero otras, la calma. Me da la oportunidad de ir mas allá del placer mismo y de encontrar sensaciones inimaginables. Todo me gusta a media luz, donde pueda despertar cada sentido, mirando y tocando, pues me excita mirar y que me miren.
La atmósfera romántica y tranquila me relaja y me lleva hacia el verdadero encuentro. Soy una mujer con mente abierta y sin miedos.
Por eso digo que me encantan los hombres, jugar conmigo misma, descubrirme y utilizar cualquier elemento que pueda motivar mi imaginación. Para llegar al placer infinito es clave la creatividad, la conexión con el otro, hablar, callar, abrirme de manera total y con confianza para lograr la máxima satisfacción y felicidad.
Amo las palabras, la seducción, el olor a flores, las frutas, el contacto, la música y los silencios. Sentirme acosada, perversa y juguetona. Realizar y crear en mi mente todas las fantasías posibles desde lo más infantil e ingenuo hasta lo más atrevido y arriesgado. Por eso estas fotos en las que soy yo misma con la naturaleza, sin nada, como Dios me trajo al mundo. Unida al todo. Libre en cuerpo y espíritu.