8 de marzo de 2022
Sexo
¡Qué pena! Elegí una película erótica para ver con mis papás
El impulso inmediato cuando hay escenas sexuales con los papás es adelantarlas mientras se quita la cara sonrojada. No siempre hay que hacerlo: hablar de sexo entre padres e hijos debe normalizarse.
Por: Karen GarcíaEstábamos listos, nos acomodamos frente al TV Samsung pantalla plana de marca de mi casa y comenzamos a ver la película. Todo iba muy bien hasta que comenzaron las escenas de sexo explícito entre dos mujeres.
No me incomodaba que fuera una escena lésbica, era lo que se les pedía hacer mientras estaban juntas lo que me generaba angustia. Una de ellas tuvo que meterse un dildo por el ano y la otra mujer le ayudaba.
En ese momento, mi reacción para evadir la incómoda reacción fue taparle los ojos a mi hermana menor y pedir que adelantaran la escena para no tener que verla más. Recuerdo que lo decía en tono de sarcasmo, burla y mucha pena.
El problema era que la mayor parte de la película tenía contenido erótico y aunque ellos son muy maduros al respecto, no podía evitar sentirme apenada con mis papás.
¿Es bueno ver series o películas sexuales con los hijos?
La pregunta me llegó después del domingo de erotismo obligado con mi familia, que espero no repetir. Ese contenido debe quedarse para compartirlo con la pareja, sea oficial o de turno. Sin embargo, Fernando Rosero quien es sexólogo de la clínica Marly, considera que hay que dejar de lado la pena, la vergüenza y el malestar y poner el tema sobre la mesa. Que no sea otro tabú familiar.
“Hay dos aspectos importantes: la falta de información es absolutamente negativa, pero también la sobreinformación. Tampoco se trata de normalizar el tema y hablarlo en exceso independientemente de la edad de los niño”, explicó.
Según él, conversar de sexualidad es hablar de características normales del ser humano que deben tocarse desde el comienzo de la vida, es decir, no hay que esperar a la fiesta de grado o a los 15 años, pues son cosas que ya están revaluadas.
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“Sexualidad no son solo los genitales, también es cómo nos comportamos, lo que queremos y lo que nos gusta y, en función de eso, hay que educar desde que el niño nace. Pidiéndole permiso, por ejemplo, para un cambio de pañal —algo que casi nunca hacemos— o hablando y respetando a nuestra pareja”, comentó el sexólogo.
Lo que sucede es que mientras los adultos tenemos una sexualidad erotizada, los niños en cambio tienen una sexualidad que es exploratoria, ellos no se sienten incómodos sino hasta que ven nuestra reacción da vergüenza y malestar.
No existe una edad ideal para tocar con los hijos estos temas, pero Rosero aconseja:
-Primero, hacerlo desde el amor.
-Segundo, hacer un consenso en pareja.
-Tercero, aprovechar espacios lúdicos, como por ejemplo justamente las películas sexuales: la idea es no cambiar las escenas porque generan malestar y mayor morbo.
-Cuarto, hablarlo con normalidad.
-Quinto, el papá debe educarse sobre la sexualidad y en vez de evitar temas, es mejor charlarlo con sinceridad.
Si nosotros no hablamos de sexualidad, la sociedad lo hará
Un ejemplo es cuando conducimos. Las primeras veces que tomamos un auto quién nos enseñó seguro repetía: “¡cuidado con el semáforo en rojo!” Y no porque nos hayamos pasado en rojo desde un principio. “Es cierto que la sexualidad no debe ser vista como algo negativo, el que nos hablen y adviertan sobre posibles riesgos, lo que nos va a generar es la posibilidad de elegir”, aclaró el médico.
“Holanda, con su distrito rojo, es un área de concentración de prostitución y negocios relacionados. Si lo vemos desde la comunidad interna, son las comunidades que menos enfermedades de transmisión sexual tienen y eso se debe a que cuando son pequeños les hablan del tema”, contó Rosero.
Listado de películas explícitas:
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