3 de marzo de 2022
Sexo
¿Están prohibidos los besos y caricias en las tetillas de los hombres?
Es impopular, molesto y un tabú el hecho de lamer o morder esta parte del cuerpo. En su defensa, hay argumentos para no dejarla abandonada a la hora del sexo.
Por: Miguel Valencia“La iglesia sirve para lo que sirven las tetillas de los hombres”, dijo alguna vez Fernando Vallejo, fiel a su estilo polémico, irreverente y soez, por cuenta de la aparente inutilidad de estas partes del cuerpo masculino al momento de obtener placer.
Al menos el consenso entre la mayoría es el mismo: para los hombres heterosexuales, en la mayoría de los casos, no encuentran excitación al ver y sentir a su novia, esposa o amante, lamiendo, sorbiendo o mordiendo las tetillas. Pero no se sienta mal si usted hace parte de esa minoría o mayoría vergonzante con el placer ahí.
Tetillas y el placer oculto para calentar a un hombre
Es un lugar olvidado. Casi ninguna mujer se detiene allí y a los hombres pocos les interesa que su pareja concentre tiempo y esfuerzo en las tetillas durante el sexo.
No existe allí la misma fijación que tenemos muchos con los senos femeninos, donde bien podemos quedarnos a vivir. “Los pezones masculinos no suelen ser muy explorados. Una de las causas del porqué una mujer tiene más sensaciones en los pezones es porque ellas producen gran cantidad de oxitocina, así que es una zona clave en el caso de las relaciones heterosexuales y lésbicas”, explicó Edwin Leguizamón, médico sexólogo de la clínica de Men’s Clinic Salud Sexual.
El especialista considera además que las tetillas del hombre no producen los mismos niveles de oxitocina y, por lo tanto, no generarán la misma cantidad de placer sexual. “En algunos hombres puede generar excitación, pero también incomodidades y a veces hasta cosquillas”.
Para saber si a un hombre le gusta o no esta práctica hay que intentarlo. Leguizamón da algunos consejos que pueden conversarse con la pareja. “Ella puede iniciar estimulando el pecho de la pareja, pero sin tocarle las tetillas. Si ve que la respuesta es positiva, se puede utilizar la yema de los dedos para estimular los pezones masculinos y luego puede pasarles la lengua”, cuenta en detalle.
Al involucrar las tetillas masculinas en el sexo se puede ir incluso más allá y romper el tabú o el mito de que no generan placer. “Si él tiene un nivel de excitación mayor, se puede hasta pellizcarlas”, dice Leguizamón.
Si en ese punto el hombre está retorciéndose de placer ya se pueden desbloquear los niveles máximos: chuparle los pezones y hasta morderlos. No le tenga miedo a probarlo y no se moleste si su pareja lo intenta.
¿Las tetillas sirven para algo?
“Las tetillas no tienen ninguna función fisiológica en el hombre. Desde el desarrollo embriológico se generan en hombres y mujeres, resultando más importantes por temas evolutivos para ellas”, explicó el médico Yesid Moreno.
El médico incluso habla de errores en la evolución porque les dieron a ellas la ventaja de tener más zonas erógenas. Moreno explica que “se podría hablar de esa falla en el hombre por esta parte del cuerpo porque en esencia no tienen una funcionalidad específica. De hecho, se pueden desarrollar en esa parte del cuerpo cánceres o tumores”.
Homosexuales y tetillas
Las relaciones heterosexuales suelen a veces ser muy convencionales, llenas de miedo, prevenciones, sentimientos de culpa y vergüenza.
Por eso es probable que en ellas se experimente menos y las caricias, lamidas y pellizcos en las tetillas estén proscritos.
“Es normal que las mujeres reciban besos en los pezones, pero ellas no acostumbran a hacer lo mismo a los hombres. De pronto los manes se sienten incómodos y como que sienten que la cosa no es por ahí”, cuenta entre risas ‘Manuel Hernández’, un hombre abiertamente homosexual que no le ve problema a esa práctica.
En contraste, cuenta él que en el sexo homosexual siempre se buscan mejores maneras de expresar el placer. “Es común estimular los pezones y lamerse los pezones mientras hay penetración, sexo oral o simplemente ‘manoseo’ porque los roles no están tan marcados como en el caso de los ‘hetero’”.
Para él, la pornografía ha hecho daño y no permite que las personas puedan ser libres sexualmente. “En el porno hay una puesta en escena que le interesa vender únicamente algunas partes del cuerpo. En el porno ‘hetero’ no se hacen exploraciones y por eso las personas no conciben las cosas diferentes como posibles. En el porno homosexual la historia es otra”, concluye.