Desde Buenos Aires, epicentro del derroche de pasión que despierta la finalista Argentina, la periodista Karina Labraña cuenta cómo se vive en un país agobiado por la crisis económica y los malos gobiernos, pero concentrado en cada esquina en un solo propósito: alentar al equipo de Messi para que sea campeón.
El inicio del Mundial de Qatar demostró que los gobernantes se quieren meter más de la cuenta en la fiesta del fútbol. En este último episodio les contamos los casos de Corea del Norte y del anfitrión de este año.
Lo dice un experto en el asunto, quien a pesar de los tropiezos que ha sufrido, siempre vuelve a la ruta con su mejor compañera, una Focus Izalco Max 9.9. Sobre resistir, persistir, la (poca) rumba y su nuevo libro, habló con SoHo.
Los aficionados no dudaron en viajar hasta Qatar para demostrar todo el cariño que le tienen a la selección de este país
Los gobernantes, y especialmente los dictadores, no han desaprovechado oportunidad para meterse en los mundiales de fútbol. Lo han hecho para esconder sus atrocidades, lavar su imagen y hasta para comprar los títulos de sus selecciones. Un recorrido de Italia a Qatar.
El absurdo le ganó a la razón en estos partidos de los mundiales en los que, en medio de enfrentamientos, las selecciones dejaron de lado el balón. Insultos, manías, nacionalismo o simple ‘calentura’ causaron estos violentos choques.
Desde hace 100 años los dictadores se dieron cuenta que podían usar el fútbol para lavar su imagen y mostrarse exitosos, simpáticos y fuertes. Desde Italia 1934 hasta Qatar 2022, se repiten las historias que le contamos en este episodio.