20 de marzo de 2025
Opinión
Lo que se come en Kinjo, el barrio asiático escondido en Prado Veraniego
Luego de travesar un noren, está uno de los mejores restaurantes para descubrir en el mundo según TripAdvisor.
Por: Redacción Soho
Bogotá nunca desarrolló un barrio asiático como otras capitales de América Latina, pero eso no impidió que la cocina oriental encontrara su espacio en la ciudad. Hoy, los amantes de estos sabores tienen una nueva opción gastronómica fuera de las zonas tradicionales de restaurantes. Ubicado en Prado Veraniego, un barrio más conocido por su carácter residencial y comercial que por su oferta culinaria, Kinjo ha llegado para sorprender con una propuesta auténtica y bien pensada.
En Kinjo, la experiencia va más allá de un plato de sushi. Aquí se pueden probar gyozas, baos y arroces generosos, en un recorrido por técnicas tradicionales que evocan la esencia de la cocina japonesa y coreana. Más que un simple restaurante, es un homenaje a la cultura oriental, donde cada detalle —desde el sabor hasta la presentación— ha sido cuidadosamente planeado.

Un viaje gastronómico desde la puerta
Desde el primer momento, la ambientación transporta al comensal a otra latitud. Al ingresar, hay que atravesar un noren, la icónica tela japonesa que anuncia la entrada a los restaurantes tradicionales. Dentro, la escena es dinámica: un equipo de cocineros trabaja con precisión, ejecutando un menú pensado para compartir.
La carta de Kinjo es un homenaje al concepto de barrio asiático, abarcando opciones más allá de lo típico. El recorrido comienza con los baos, sigue por un sushi bar, pasa por el teppanyaki y culmina con cortes de carne que llegan a la mesa sobre piedra caliente, un espectáculo donde el sabor es el protagonista.

A pesar de estar en una zona con poca oferta gastronómica, Kinjo ha logrado hacerse un nombre a nivel internacional. En 2023, el restaurante fue incluido en la lista de “Gemas escondidas” de Tripadvisor, un reconocimiento que destaca a restaurantes fuera del radar habitual pero altamente recomendados por los comensales.
“Kinjo traduce ‘barrio’ en japonés. Somos un lugar donde ofrecemos un viaje por diferentes cocinas asiáticas, caracterizado por la calidad, la técnica, la cercanía a ingredientes frescos y las prácticas amigables con el medio ambiente, como la pesca responsable”, explica Alejandra León, gerente y propietaria del restaurante.

Más allá de la comida: la experiencia líquida
Si bien la comida es el alma de Kinjo, la propuesta de bebidas es igual de interesante. Aquí, lo ideal es salir de lo común y atreverse a explorar. ¿Por qué no acompañar la comida con una Singha, la famosa cerveza tailandesa? O si la idea es probar un verdadero clásico asiático, el sake es la elección perfecta: se puede pedir por jarra o botella, ideal para compartir y elevar la experiencia.
Sin recurrir a excentricidades, Kinjo se concentra en lo esencial: el sabor y la autenticidad. Aunque está algo escondido, Bogotá ya lo descubrió. Si quiere vivir este viaje gastronómico, no olvide reservar.