28 de febrero de 2025
Actualidad
Una nueva era para las casetas: tradición y modernidad en el Carnaval de Barranquilla
El festejo se transforma con la inauguración de un espacio junto al Cubo de Cristal, donde la música, la cultura y la alegría se viven con una agenda imperdible.
Por: Redacción Soho
El Carnaval de Barranquilla no es solo una fiesta, es una declaración de identidad. Un estallido de música, baile y color que cada año se reinventa sin perder su esencia. En este 2025, la tradición de las casetas da un giro audaz con la inauguración de un espacio que redefine el concepto de celebración: la KZ Old Parr junto al Cubo de Cristal del Malecón del Río, un epicentro donde la herencia cultural y la modernidad se encuentran.
La reina del Carnaval, Tatiana Angulo, fue la encargada de abrir oficialmente este templo de la fiesta, marcando el inicio de una temporada que promete experiencias inolvidables. La noche inaugural estuvo cargada de simbolismo y energía con la presentación de Kapo, un artista que encarna la evolución sonora de la música caribeña y que hizo vibrar al público con su mezcla explosiva de ritmos. Porque el Carnaval no es solo un homenaje al pasado, es un movimiento vivo que se transforma y se proyecta hacia el futuro.

En la KZ, la fiesta no conoce límites. Hasta el 4 de marzo, este espacio se convertirá en el epicentro de una programación que recorrerá los momentos más emblemáticos del Carnaval, desde la Guacherna hasta la Batalla de Flores. Artistas como Lil Silvio y El Vega, Kinito, y DJs de primer nivel se encargarán de mantener la adrenalina al máximo en un ambiente donde la música, el folclor y la cultura urbana se entrelazan para ofrecer una experiencia que va más allá del baile.
Las casetas han sido, desde siempre, el punto de encuentro de quienes viven el Carnaval con intensidad, un espacio donde la celebración se convierte en un arte. Hoy, esta tradición se reinventa en un escenario que simboliza el progreso y la innovación de Barranquilla, sin perder de vista sus raíces. Porque celebrar no es solo un acto de disfrute, es un tributo a la historia, a la comunidad y a la alegría de compartir.

Para el hombre que aprecia las experiencias auténticas, es el lugar donde la fiesta adquiere otro significado. No es solo bailar, es sumergirse en un viaje sensorial donde cada ritmo cuenta una historia, donde cada encuentro se convierte en un recuerdo imborrable.