Mujer que estaba casada con la Torre Eiffel estrena nuevo amor

Erika LaBrie tiene objetofilia término que se utiliza para describir una atracción romántica hacia objetos inanimados y por eso hace un tiempo se volvió viral la confesión que hizo al afirmar que estaba casada con la Torre Eiffel, objeto por el que sentía un profundo amor.

Las personas que experimentan este tipo de atracción pueden sentir una conexión emocional profunda, a menudo similar a la que se siente en una relación humana, hacia cualquier tipo de objetos inanimados

Una extraña atracción emocional hacia las cosas

La objetofilia se define como la atracción emocional y sexual hacia objetos. Existen numerosos casos de personas que afirman sentirse atraídas tanto a nivel emocional como sexual por algún objeto.

Es así como en redes no es extraño encontrarse con noticias alrededor de este tema que para algunos puede sonar como un pretexto para llamar la atención y obtener seguidores, pero que en realidad puede tratarse de una condición particular de algunas personas.

Esta atracción puede manifestarse de diferentes maneras. Algunas personas pueden sentir que los objetos tienen personalidades o características únicas, y pueden llegar a desarrollar relaciones imaginarias con ellos. Pueden incluso experimentar emociones intensas y sentir que están conectados de manera especial con ciertos objetos.

Se enamoró de la Torre Eiffel

El caso de Erika LaBrie, una exmilitar estadounidense, se volvió viral cunado la mujer anunció públicamente su romance con la Torre Eiffel, un tema que impresionó a más de uno por lo extraño de este comportamiento. Pero más allá del asombro o disgusto causado por el hecho, el tema romántico se tornó bastante complejo, ya que en el momento que la relación se hizo pública los encargados de la seguridad de la torre le restringieron la entrada a mujer.

En una entrevista con medios locales Erika manifestó: “Ellos piensan que no puedo desarrollar relaciones con personas y que prefiero objetos porque es algo que puedo controlar. Pero, yo no tenía control en mi relación con la Torre Eiffel. Si esto fuera solo sobre control, amaría a mi tostador”.

Un nuevo amor llegó a la vida de Érika

Ahora asegura que ya tiene una nueva relación con otro objeto y por ello se vio en la obligación de divorciarse, pues esta mujer a sus 50 años ha encontrado su nuevo amor en un jardín público de Montreal, pero esta vez lo que cautivó por completo su corazón fue una valla pintada de color rojo.

Lo más curioso del caso es que la mujer asegura que ya ha vivido este tipo de romance en otras ocasiones y con otro tipo de objetos.

Se enamoró de Lance, un arco con el que llegó a proclamarse en campeona del mundo de tiro con arco. Años más tarde, tras romper su relación con Lance se comprometió con la Torre Eiffel en una ceremonia a la que acudieron familiares y amigos y que concluyó con su cambio de apellido al de La Tour Eiffel. y tras su sonado romance con la estructura parisina, se volvió a casar con una grúa y más tarde con una patineta.