La moto del futuro que dejará atrás sus dos ruedas por cuatro patas

No, todavía no te va a sacar la basura ni a lavar los platos. Pero este robot japonés, llamado Corleo, ya hace volteretas laterales, sube montañas, corre por la nieve y parece más listo que varios jefes que conoces. Lo presentó Kawasaki como una especie de centauro del futuro: medio caballo, medio robot, sin riendas ni frenos, pero con más actitud que un pura sangre en una final de rodeo.

Lo montas y no necesitas botones: solo mover el cuerpo. Literal. Corleo te “lee” con sensores en los estribos y el manillar, y avanza, gira o se frena según cómo te muevas. Dicen que la experiencia es tan fluida que te hace sentir como en una película de ciencia ficción… o como si estuvieras cabalgando sobre el futuro.

Y por si fuera poco, no contamina: funciona con hidrógeno, no hace ruido y te proyecta luces en el camino cuando cae la noche. Una joya del transporte que, además, promete ser útil para quienes tienen dificultades motoras. Eso sí, el diseño todavía da un poquito de miedo —sí, el tipo creepy que parece salido de una distopía con patas— pero, bueno, nadie dijo que el futuro sería bonito.

Por dentro, Corleo parece salido de un gimnasio robótico: suspensión activa en cada pata, “pezuñas” de goma adaptables y una pantalla digital que te dice todo lo que necesitas saber, desde el estado de la energía hasta el centro de gravedad. Más completo que tu app de ciclismo, y con la ventaja de que no te obliga a pedalear en subida.

La idea de Kawasaki es ambiciosa: tener una versión comercial lista para 2050. O sea, todavía falta, pero el mensaje es claro: las ruedas están sobrevaloradas. En cambio, cuatro patas mecánicas pueden llevarte por terrenos donde hasta las camionetas 4x4 se rinden. Senderos de montaña, caminos nevados, pendientes imposibles… para Corleo, todo eso es paseo.

¿Estamos frente al reemplazo del caballo, la moto y hasta el ciclomotor? Puede que sí. Puede que no. Pero si vas a llegar tarde, al menos llegarás sobre un bicho que parece sacado de Black Mirror y que no te juzga si decides hablarle como si fuera tu fiel corcel. Solo falta que lo programen para responder con un relincho.