27 de noviembre de 2024
Estilo de vida
El tiempo en la muñeca: La fascinante colección de Samuel Herrero
Un amor que comenzó con un solo tic-tac.
Por: Redacción SohoPara Samuel Herrero, el tiempo no solo se mide, se vive. “Tengo más de 30 relojes, y cada uno cuenta una historia”, afirma con una sonrisa mientras observa su colección, un tesoro que refleja su vida y su pasión por la relojería. Cada pieza, desde la más sencilla hasta la más sofisticada, es un testimonio de momentos, logros y etapas que han marcado su camino.
La relación de Samuel con los relojes se remonta a su infancia. Su primer reloj, un regalo significativo, no solo marcó la hora, sino también el inicio de una obsesión que con el tiempo se convertiría en su vocación. “Era un modelo sencillo, pero para mí lo era todo. Me enseñó el valor del tiempo y la precisión”, comenta. Ese pequeño objeto le abrió las puertas a un mundo de engranajes, esferas y complicaciones que aún hoy lo apasiona.
A lo largo de los años, Samuel ha acumulado una colección diversa que abarca desde relojes mecánicos clásicos hasta innovadoras piezas digitales. Sin embargo, su conexión con cada uno va más allá de lo estético. “Un reloj es una extensión de la personalidad. Puede reflejar tu estado de ánimo, tus aspiraciones o incluso tus raíces culturales”, explica.
De coleccionista a embajador de la relojería
Su amor por los relojes eventualmente lo llevó a trabajar en Citizen, una de las marcas más reconocidas en la industria. “Unirme a Citizen fue como un sueño hecho realidad. Es una marca que valora tanto la tradición como la innovación, algo que resuena profundamente conmigo”, asegura. En su rol actual, se ha convertido en un verdadero embajador de la relojería, compartiendo su conocimiento y pasión con clientes y colegas por igual.
Pero su trabajo no se limita a vender relojes; se trata de contar historias. “Cada modelo tiene un propósito, un diseño que responde a una necesidad o un deseo. Mi tarea es ayudar a las personas a encontrar ese reloj que no solo les diga la hora, sino que también hable de quiénes son”, señala.
Para él, los relojes son más que instrumentos funcionales; son obras de arte. Admira la precisión y el esfuerzo que se requieren para crear una pieza única, desde el diseño de la esfera hasta el ensamblaje de los engranajes. “Un buen reloj es atemporal, no solo porque puede durar generaciones, sino porque su valor trasciende el tiempo”, dice con admiración.
En su colección, cada reloj tiene una historia especial: uno le recuerda un viaje inolvidable, otro marca un hito profesional, y hay incluso piezas que ha heredado y espera pasar a las futuras generaciones. “Los relojes conectan el pasado con el presente y el futuro. Son un legado tangible que puede transmitir emociones y valores”, afirma.
La fascinación de Samuel por los relojes no solo se queda en lo personal; busca inspirar a otros a descubrir este mundo. A través de sus redes sociales y eventos, comparte su conocimiento sobre las tendencias, los avances tecnológicos y la importancia de invertir en relojes de calidad. “Un reloj no tiene que ser caro para ser especial. Lo importante es lo que representa para ti”, concluye.
Para él, cada tic-tac es un testimonio del paso del tiempo, pero también una oportunidad para vivir plenamente y recordar los momentos que realmente importan. Vea la historia completa en el video y descubra cómo el tiempo puede convertirse en un legado personal.