16 de abril de 2023
Entretenimiento
Una ex modelo webcam y tatuadora se metió al rancho de Santiago Alarcón
Colombia es el segundo país que más trabajadores tiene en esta industria
Por: Soho.co“Yo creo que el webcam es una oportunidad en un país donde hay hambre y no hay oportunidades”, afirma Leidy Mora, ex-modelo webcam, que esta semana se sentó con Santiago Alarcón a hablar de esta industria que crece rápidamente en el país. Mora es la nueva invitada en “Meterse Al Rancho”, el podcast que conduce Alarcón.
Durante el episodio, que se estrenó este martes 11 de abril, Alarcón buscaba entender el funcionamiento de este negocio por medio de las experiencias de Mora que ahora es tatuadora. “Somos el segundo país más productor de modelos en el mundo”, afirma la artista en el episodio.
Token, usuario, estudio y show son solo algunos de los términos que Leidy le menciona a Alarcón para explicar cómo funciona este mundo, mientras, le cuenta las diferentes experiencias que ha vivido desde que tomó la decisión de ser modelo webcam hace siete años.
“Cuando llegan modelos al estudio donde soy socia, siempre falta algo: o falta papá, o falta mamá, o falta plata, o faltan oportunidades. Una vieja que lo tiene todo no quiere ser modelo”, explica la tatuadora.
Mora habló de la crudeza de ese trabajo, pero de lo bien que le puede ir a las personas. “He visto modelos que se hacen 280 millones de pesos al mes, pero con dedicación. Mucha gente cree que el webcam es venir, hacer mucha plata y no. Esto es como cualquier trabajo. Entre más trabajes, más ganas. Entre menos trabajes, menos plata”.
Leidy también contó detalles de su vida personal, como por ejemplo la vez que se casó con un usuario que conoció en una transmisión y que le costeó un viaje por un mes a Japón.
La invitada al podcast se refiere a su faceta de socia del estudio que le abrió las puertas y de su vida ahora como mamá. “En internet todo queda y va a pasar que mi hija va a ver lo que hice y tendré esa conversación con ella. Le diré que eso fue lo que encontré para salir adelante. Es mi pasado, no lo puedo ocultar. Eso no me hace mejor o peor persona. Me hace su mamá”.
Dice que no se arrepiente de nada de lo que ha hecho. Por el contrario, cree que ser webcamer le ayudó a construir su camino como artista y fue lo que le permitió convertirse en tatuadora.
“Yo sentía que dentro de mí había una artista y no una vieja que pela el culo -comentó-. Muchos gringos compraron mi trabajo y lo compraron caro, a precios que nunca nadie en Colombia lo habría comprado”.
Esta joven tatuadora es una de las tantas mujeres en Colombia que ha encontrado en este oficio una oportunidad para salir adelante y ayudar a su familia. Este trabajo tan criticado es uno de los que más ingresos le da al país y hasta ya hay asociaciones que se han conformado para darle más profesionalismo.