Mujeres combativas

Por: Sebastián Camelo*

Hace pocos días, las redes sociales se inundaron con la imagen de Anastasiia Lenna —Miss Ucrania en 2015— portando un fusil y equipamiento militar propio de las milicias civiles que hoy se resguardan en los callejones de Kiev, Járkov y Melitópol. La fotografía se volvió viral y miles de personas señalaron que la reina de belleza había dejado sus actividades habituales para unirse a la resistencia del país, tal como lo han hecho hasta la fecha unas 100 000 personas.

La idea de una supermodelo convertida en una guerrera resultaba fascinante, incluso para algunos políticos colombianos que aprovecharon la noticia para hacer proselitismo. Sin embargo, la historia terminó siendo desmentida por la misma protagonista, quien explicó que había subido esta foto para alentar a su pueblo a resistir y que realmente correspondía a una de sus prácticas de airsoft.

No obstante, la idea de mujeres combativas está lejos de ser un mito, o una fake news. Sin ir muy lejos, en los últimos años hemos encontrado noticias verdaderas de unidades militares compuestas por milicianas que optaron por las armas en defensa de sus ideales o de su vida misma.

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En 2013, por ejemplo, un puñado de mujeres kurdas se unieron al norte de Siria para formar las Unidades Femeninas de Protección —YPJ, por sus siglas en kurdo—, en las que el único requisito para formar parte era, precisamente, ser mujer. Este batallón pronto ganó una popularidad considerable, pues las mujeres se curtieron en el arte de la guerra y fueron fundamentales en la ciudad de Kobane, donde vencieron al Estado Islámico, un enemigo que tenía como premisa ideológica la excesiva represión de las mujeres en todos los aspectos de la vida. Las YPJ son guerreras que comparten su vida armada en una comunidad donde los rangos militares son invisibles, pues todas se consideran iguales entre sí y lo reflejan en su forma cohesionada de combatir.

A miles de kilómetros del Kurdistán, en Armenia, otro grupo de mujeres se vistió con camuflados para defender su país. Cuando en 2020 los armenios tuvieron un capítulo más de enfrentamientos con su vecino Azerbaiyán, la esposa del primer ministro, Anna Hakobyan, se enlistó en un programa voluntario de entrenamientos militares destinado exclusivamente a mujeres entre los 18 y los 27 años que quisieran hacer parte del ejército armenio. Semanas después, Hakobyan fundó el Destacamento Eraso, un cuerpo armado de 13 mujeres cuyo nombre estuvo inspirado en la reina Eraso de Armenia, una monarca que gobernó al otrora imperio en el siglo I a. C. Hoy en día, este destacamento hace parte oficial del ejército armenio e incluso participó en el último refrito de la guerra con Azerbaiyán que dejó más de 6000 muertos en 2021.

Y es que el concepto de la mujer guerrera no es de ninguna manera innovador. En la mitología griega se concebía la idea de un pueblo compuesto enteramente por mujeres guerreras que recibían el nombre de Amazonas, un concepto muy popular en nuestra cultura que, probablemente, fue inspirado por las Guerreras Sármatas que compusieron un 25 % de las fuerzas armadas de los pueblos de Escitia en el siglo V a. C. De hecho, el término ‘Amazona’ viajaría por el mundo entero y a través de los tiempos para darle nombre a las Amazonas de Dahomey, un regimiento militar exclusivamente femenino que fue formado a principios del siglo XVIII en la actual Benín, ubicada al occidente del continente africano. Este cuerpo combatiría en diferentes guerras hasta que, dos siglos después, sería disuelto, cuando el Reino de Dahomey se convirtió en un protectorado francés. Sin embargo, cuenta la leyenda que algunas amazonas del regimiento siguieron en armas clandestinamente y lograron ejecutar a varios ocupantes galos; aunque su lucha más difícil fue la de adaptarse a la vida civil, en la que no encontraban el mismo honor que sentían como militares.

Y así, a través de los tiempos y contrario a lo que se suele creer, las mujeres jugaron un rol protagónico en los campos de batalla desde las Doncellas Escuderas vikingas hasta las Brujas de la Noche soviéticas. Las mujeres siempre encarnaron todas las formas de lucha imaginable. Y aunque puede que Miss Ucrania no esté luchando en las trincheras del Donbás, lo cierto es que miles de mujeres se han enlistado en el ejército ucraniano y se encuentran empuñando sus Kalashnikov para hacer frente a las fuerzas de Putin, que desde el pasado 24 de febrero han intentado invadir Ucrania, de momento, sin éxito; esto, gracias a la resistencia de toda una población que ha demostrado una tenacidad inesperada por todos los actores del conflicto.

Las mujeres ucranianas han comandado unidades militares que han repelido los ataques rusos en diferentes ciudades. Algunas de ellas, incluso, han resignificado su fama previa a la guerra, como es el caso de Solomiya Trapeznikova, campeona mundial de tiro con arco, quien ha aparecido armada y uniformada en varios videos donde jura lealtad a la defensa de Ucrania; o también Iryna Tsvila, una reconocida escritora que murió el 26 de febrero repeliendo un ataque blindado a las afueras de Kiev.

De cualquier manera, la valentía de las ucranianas se puede ver en todas las aristas del conflicto, pues son ellas las que se encargan de varios aspectos logísticos de la guerra y las que han aprendido a resistir en los refugios antiaéreos sin dar su brazo a torcer ante los embates del ejército invasor. Las ideas anacrónicas y prejuiciosas sobre la fragilidad femenina palidecen frente a la fiereza demostrada por las mujeres en este escenario que, a su vez, no es más que una de las muchas manifestaciones de lucha femenina alrededor del mundo. La idea de ‘celebrarlas’ regalándoles una rosa y una chocolatina en su día hace mucho tiempo que está mandada a recoger.

*Escritor de ‘Descenso’. Maestro en Artes Visuales de la Pontificia Universidad Javeriana. Autor del podcast ‘SerialMente’. Instagram: @el__arracadas