28 de febrero de 2022

Opinión

La ciudad-cárcel de Rodolfo

El candidato presidencial sorprendió de nuevo, ahora con su idea de que se instale una cárcel de 200 mil hectáreas en los Llanos Orientales para meter a todos los corruptos. ¿Qué pasa si él resulta condenado?

Por: Ricardo González Duque
Rodolfo Hernández, el fenómeno político del 2022.
Rodolfo Hernández quiere seguir subiendo en las encuestas con ideas consideradas por muchos como populistas que, según él, son solamente populares. | Foto: Semana

Un atraco con armas o un ‘raponazo’ se les niega a muy pocos en El Retiro o La Capuchina en Bogotá, cerca de la iglesia La Candelaria en Medellín, en el barrio San Pedro en el centro de Cali o en Rebolo en Barranquilla, que son algunas de las zonas más inseguras de esas ciudades.

¿A quién no han robado últimamente? Parece ser una pregunta casual que se está volviendo paisaje. Ser víctima de los ladrones se volvió común y se acentuó con la pandemia de la que nos recuperamos a paso de tortuga; mientras que con evidente desespero los ciudadanos piden que haya cárcel, los alcaldes se quejan porque no fue una, ni fueron dos, ni tres, como en el Santo Cachón, fueron hasta 44 veces las que han quedado en libertad ladrones en Bogotá y 30 en Medellín.

Con este escenario tan adverso, era una hazaña que hasta ahora a Colombia no hubieran llegado ideas extravagantes y fundamentalistas para combatir a ladrones y corruptos, como pasó en México con ‘El Bronco’, un agrónomo que fue candidato presidencial en 2018 y propuso cortarles la mano a quienes roben. Pero poco a poco estamos descubriendo a nuestro ‘Bronco’ local empezando a lanzar ideas: Rodolfo Hernández.

Cuenta el viejo testamento de la Biblia que en dos tablas de piedra en el monte Sinaí entregaron a Moisés los 10 mandamientos que hasta hoy predica la Iglesia católica. Los de Rodolfo Hernández, a pesar de sus 76 años, no son tan arcaicos y menos aún, originales, pero los replica sin cesar en sus redes sociales: no robar, no mentir, no traicionar y cero impunidad.

En esa obsesión por erradicar la impunidad, el ingeniero Hernández quiere llevar su experiencia de constructor para crear lo que ha llamado “el mejor urbanismo del mundo”, utilizando 200 mil hectáreas de un terreno —más grande que Bogotá, incluida su zona rural— que compraría el Estado para hacer realidad una ciudad “cárcel” en los Llanos Orientales. Podría ser allá en Vichada, “eso” que él admite no sabía qué era.

“No se les da de comer. Cada preso tiene que conseguir su trabajo. Las empresas que se vayan para allá no pagan impuestos. Pero tienen que pagar 1.6 salarios mínimos a los presos”, fue la idea que lanzó literalmente al aire en la emisora Tropicana el impulsivo ingeniero, quien apunta a llevar allá a los “200 mil presos más peligrosos del país”.

Pues bien, aunque el hacinamiento en Colombia es de casi el 19 % y solo hay cárceles para 80 000 presos, la población privada de la libertad apenas supera los 95 000 internos. O sea, que eso de 200 mil presos también parece sacado de la manga.

A quien podría ser el presidente más viejo de la historia del país lo han calificado de nazi y fascista por esta idea; le han dicho que quiere llenar de delincuentes una zona de los Llanos y que simplemente va a crear un gueto a la colombiana. No obstante, a él parece importarle poco: como tenemos a tantos desesperados con la inseguridad en las calles y la justicia da mal ejemplo con su ineficacia, cualquier locura puede funcionar para subir en las encuestas si se trata de castigar severamente a los delincuentes. Ojalá cortar extremidades no esté en la oferta de propuestas.

Pero como nadie sabe para quién trabaja, el ingeniero Hernández podría terminar viviendo en su ciudad “cárcel”, con $1 600 000 de estipendio, si eventualmente lo condenan por el escándalo de corrupción de Vitalogic.

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