Ana Victoria Beltrán “Danielita”

Lo que usted está presenciando solo pudo haber ocurrido en la vida real de Ana Victoria Beltrán. Daniela Franco, su omnipresente personaje en la serie Padres e hijos, jamás se hubiera desnudado frente a una cámara. Al menos eso dice ella.

Colombia la ha visto pasar por toda clase de vicisitudes de lunes a viernes a las 2:00 p.m. Por eso muchos la aman y muchos la odian. Han pasado 16 años y 3792 capítulos hasta el pasado 9 de marzo, y no hay “franja maldita” que le haga mella a Padres e hijos, programa creado por Malcolm Aponte y los libretistas Andrés Córdoba, Héctor Forero y Patricia Ramírez.

Antes de su eterno papel (hoy son más los que la llaman Danielita que Ana Victoria), trabajó en programas como Musidramas y Cuando quiero llorar no lloro. Paralelamente hizo teatro, tuvo una juguetería y un spa, y ahora busca llevar al cine un guión de su madre, a través de una productora que fundó con su hermano. Es decir que ha hecho en la vida tanto como la misma Danielita, que ha sido repartidora de pizzas, diseñadora, peluquera y hasta reportera de una revista para hombres llamada Village (cualquier parecido con SoHo...). A diferencia de su personaje, Ana Victoria, a sus 29 años, vive una rutina de trabajo pesada pero gratificante (graba de lunes a sábado, de 6:30 a.m. a 8:30 p.m.), y una convivencia tranquila con su actual novio.

Aquí está el desnudo de Danielita para todos sus admiradores. Y también, por qué no, para quienes le dan palo.

¿Cómo se sintió haciendo estas fotos?

¡Casi me da la pálida! Las posiciones que hay que hacer para que el cuerpo quede bien son muy difíciles.

¿Qué pensó cuando se le propusieron?

Mi primera reacción fue risa. Jamás pensé que me fueran a llamar de una revista como esta, porque los estándares de belleza de las modelos son otros.

Ellas son mujeres de 1,80 y yo mido 1,55. Además, tuvieron que hacer un buen trabajo de convencimiento.

¿Qué piensa que va a decir la gente sobre las fotos?

No me importa lo que digan. Está bien dar de qué hablar. Yo sé que causo polémica.

¿Había hecho antes algo similar?

Sí, para una película peruana de 2006 llamada Peloteros, en la que hice de prostituta. Grabé una escena con un niño de 15 años, sin la parte de arriba del baby doll.

¿Sabía que en Facebook hay un grupo llamado “5000 firmas para que Danielita se desnude”?

No sabía. Llevo una relación muy mala con internet. No me gusta chatear, no me busco en Google, varias veces me han clonado mi correo y hay una cuenta en Facebook a nombre mío, que no es mía.

¿Cómo es que a un personaje de una familia promedio bogotana como Danielita le han ocurrido tantas cosas?

Es que la dinámica creativa de Padres e hijos es diferente a la de otras series. Cuando termina una temporada, hay una especie de cónclave del equipo de libretos y argumentos, unas 14 personas, para botar ideas, encerradas en un hotel. A veces, dependiendo de la audiencia, toca dar timonazos, pero la línea está hecha.

¿Qué es lo más gratificante del papel?

Los fanáticos. He visto a muchos llorando de emoción al verme. Eso es algo que no se puede explicar con palabras porque es muy bonito. Igual, cuando generas odio es porque estás haciendo bien las cosas.

¿Se siente odiada por la gente?

Me siento más querida que odiada, pero el éxito de Daniela consiste también en que la odien.

¿Cuál puede ser el factor que más molesta a quienes no la quieren? La personalidad de ella. Mucha gente critica, por ejemplo, la cantidad de maridos que ha tenido.

¿Han sido muchos?

En realidad ha estado casada dos veces, con Diego (Diego Cadavid) y con Cristóbal (Carlos Noceti). Novios, debe haber tenido unos diez. A ella le ha pasado de todo...Lo último fue un cáncer de seno del que se curó. Antes ha quedado ciega, perdió la memoria, la han botado en bungee, se la ha llevado la corriente del río, ha buceado...

¿Qué puede ser lo peor que le ha pasado?

Su supuesta muerte. Los creadores decidieron matar a Daniela para revivirla después. A Cristóbal, su esposo, le hicieron un atentado, y Daniela recibía la herida y la tiraban en una fosa común. 

¿Tuvieron que enterrarla de verdad?

Sí. Fue horrible. Me enterraron hasta el cuello a las tres de la mañana, en el cementerio de Tenjo. Solo tenía afuera las manos y la cabeza. El director insistió que solo serían cinco minutos, y esos cinco minutos se volvieron tres horas. Cuando se acabó la escena, cogí el carro furiosa y cuando llegué al apartamento el portero se asustó, porque no me había quitado el maquillaje y estaba llena de sangre. Para acabar de completar, la estrategia contemplaba que la muerte de Danielita saliera en un tabloide, y eso fue peor...

¿Por qué?

El periódico sacó el titular: “Daniela se murió”. Mi abuelita llamó a mi mamá hecha un mar de lágrimas y mi hermano llamó desde Perú, angustiadísimo. Por fortuna mi mamá ya sabía toda la historia, pero mi abuela casi entra en shock.

¿Se ha sentido aburrida alguna vez con el personaje?

Cada cosa que le pasa a ella es nueva para mí. Por eso nunca me aburro, porque cada capítulo es distinto. Además, pasé casi todo el 2008 por fuera de la serie, estudiando teatro, viajando y en otros programas. 

¿Estar por fuera de la serie no le quita audiencia?

Que Daniela no esté no implica que el rating baje, pero cada vez que anuncian su regreso, es un golpe de opinión. 

¿Ha tenido algún fanático obsesivo?

Sí, recién empezó el programa había un tipo que me mandaba cartas rarísimas. Una vez me mandó una rosa negra en una caja. Como yo no le respondía, supongo que se cansó.

¿Contesta llamadas de celulares desconocidos?

Mi celular no lo tiene nadie, solo mi mamá, mi novio y dos amigos. A mí no me llama nadie diferente a ellos. 

¿Recuerda cuando Danielita perdió la virginidad?

Eso fue en 1997 o 1998. Debía tener 17 años. Fue en Santa Marta con mi novio Mateo.

¿Cómo reaccionó la gente?

Lo que más recuerdo fue a una señora en una iglesia, que me empezó a gritar: “¡Cómo es posible, qué ejemplo les da a las niñas!”, y me agarró a carterazos y sombrillazos. Me la tuvieron que quitar de encima.

¿Para qué le ha servido la fama, en términos prácticos

?Te atienden más rápido en los bancos. La gente es más querida contigo porque saben que probablemente vas de afán a una grabación.

¿Y económicamente hablando?

He sido bendecida con este trabajo en un medio inestable. Antes ganaba muy mal. Ahora gano bien.

¿Se ha operado? Sí, las tetas, hace cinco años. Yo decía que nunca lo iba a hacer, pero uno va creciendo y se empieza a poner blusas y nota que algo falta. Ahora soy más armónica.

¿No le representó eso problemas en la serie? No por la cirugía, sino porque al principio ni podía alzar los brazos. Malcolm, que es como mi papá, se enojó mucho con mi mamá.

¿Cuál es la condición mínima que impone en una grabación?

Yo no soy caprichosa, pero nunca salgo frente a las cámaras sin que me pinten las cejas.

¿Agüeros?

No dejar el libreto en el piso, porque me equivoco. Y no echarle la madre al que se caiga en el libreto, porque me caigo yo.

¿Piensa en qué será de su vida después de Daniela?

No. Ojalá que Padres e hijos no se acabe nunca, porque de ahí comemos muchos. Igual, seguimos dando de qué hablar.