Emilia Aparicio a los 50 años

Titi, como la conoce todo el mundo, es una empresaria de admirar: fundó y es dueña de Siloé, una agencia de casting para comerciales de televisión; hace poco organizó el mundial de parapente en Roldanillo, Valle, y su próximo proyecto es abrir un hotel boutique en la isla de San Andrés. Aunque no lo crea, esta es la primera vez que hace fotos en su vida… y son dignas de una modelo que lleva toda la vida frente a una cámara, ¿no le parece? 

¿Cómo le gustan los hombres físicamente?

Me gustan altos, barbudos y bellos.

¿Considera que el sexo mejora con la edad?

Totalmente: cada día, cada año, cada mes…

¿Un pollo al año no hace daño?

Para nada, si a uno le llega a gustar un tipo menor, no le veo el problema.

¿Por qué los jóvenes son mejores polvos?

Se cuidan más, se preocupan por ellos y por uno. El joven está pendiente de tratarte como a una reina, se esfuerza; en cambio un viejo solo piensa en él.

¿Qué no le interesa a los 50 que antes sí?

Ahora solo quiero disfrutar. A los 20, se trataba de darle gusto al otro. Además, todo era pecado, todo era mito. Por eso, a la Titi veinteañera le diría que no sabía nada de la vida.

¿Hay límites en la primera vez?

Yo de primerazo no puedo, me dan unos nervios terribles, me muero del susto. Primero me vuelvo íntima amiga de ellos y después es que entro a actuar.

 ¿Le gustan los juguetes sexuales?

Me encantan. Lelo es lo más moderno y espectacular que hay.

¿En qué se fija durante el sexo?

Odio los gritones o los que dicen cosas obscenas. En la cama, los quiero caballeros. 

¿Qué le falta por experimentar?

Ya he hecho todo lo que me ha interesado.

¿El tamaño importa?

Sí, total.