Camila Bonnet

Como buena caleña, a Camila le encanta el champús y bailar salsa, aunque acepta que fue negada para el tema hasta hace no mucho. Es vegana —no come carnes ni lácteos ni ningún derivado de los animales—, o sea que al sancocho valluno no le jala. Así que ya sabe: si la invita a salir y ella le copia, no solo tiene que saber moverse como todo un salserín, sino que debe conseguirse un restaurante que se adapte a sus necesidades. No diga que no se lo advertimos.

Camila, se graduó de Cine y Comunicación Digital de la Universidad Autónoma de Occidente y desde los 15 es maquilladora profesional. Y sí, su plan para el futuro tiene que ver con maquillaje, pero poco: quiere dedicarse a la dirección de arte y, ojalá, dar la talla para trabajar junto a los directores que más admira: el estadounidense Wes Anderson (Viaje a Darjeeling, El gran Hotel Budapest) y el controvertido danés Lars von Trier (Nymphomaniac, Bailarina en la oscuridad).

Mientras tanto, intercala su trabajo actual con el modelaje, actividad en la que terminó metida por cosas de la vida. Un amigo la invitó a presentar un casting en una agencia hace un par de años, y ella fue, pero sin mucho entusiasmo. Los que sí se entusiasmaron fueron los de la agencia, que ahí mismo la ficharon. Desde entonces le ha llovido trabajo: desfiló en las dos últimas versiones del Cali Exposhow para Falabella y para el diseñador Miguel Becerra; fue la imagen de Isashi, una marca de productos para el pelo, y protagonizó uno de los videos musicales de la artista caleña Lida Villamarín.