12 de octubre de 2017
Entrevista
¿Quién es Valentina Gómez?
La actriz habló con SoHo sobre su nueva película, ‘Siete Cabezas’, lo que le gusta de los hombres y sobre sexualidad. Conozca a esta mujer y vea sus fotos más espectaculares.
Por: Julia AlegreA sus 37 años, esta bogotana de nacimiento, pero caleña de adopción, es más que una cara bonita y un cuerpo espectacular. Valentina Gómez lleva desde los 15 años vinculada al mundo del cine, cuando apareció en una adaptación de Jorge Navas de la novela ‘Calicalabozo’ de Andrés Caicedo. Desde entonces se preparó a conciencia en escuelas y academias actorales y de bellas artes alrededor del mundo y hoy su trayectoria profesional suma una larga lista de papeles en producciones colombianas, argentinas y españolas como Alias JJ de Caracol TV y Netflix, Anónima de Sony Pictures o Rosario Tijeras de Teleset. Para ella ser actriz es una pasión, “es lo que más amo", comenta. Un amor que le ha acompañado desde que tiene uso de razón.
El 19 de octubre se estrena la película ‘Siete Cabezas’, del director colombiano Jaime Osorio Márquez, y en la que Valentina tiene un rol protagonista. Un thriller psicológico y de suspense grabado en el páramo de Chingaza que se adentra en la complejidad de las mentes, los trastornos, las batallas internas y el deseo.
SoHo habló con esta mujer sobre su nueva película, los hombres, sexualidad y mucho más.
¿De qué trata su nueva película?
Siete cabezas es un thriller de suspense que hicimos en Chingaza. Es la historia de Marcos, un guardabosques que tiene una enfermedad que se llama BIID por la que no reconoce ciertas partes de su cuerpo. Las personas que la padecen llegan a mutilarse porque no reconocen su cuerpo. La película empieza con la llegada de unos biólogos al Páramo que van a estudiar por qué las aves están muriendo de forma inexplicable.
Camila, mi personaje, es una de las biólogas, junto con Leo, su pareja. Marcos comienza a ayudarles y les enseña dónde están los pájaros. Pero ese contacto constante hace que aflore la enfermedad, y él lucha con todo eso que tiene adentro. Todo es una metáfora del apocalipsis, presente también en el tema de las aves que van van muriendo cada vez más.
¿Cómo es Camila?
Es una bióloga ornitóloga que está embarazada de seis meses. Su pareja es Leo, pero él no quiere tener hijos y se lo recuerda en toda la película: "Estamos contribuyendo a la destrucción del mundo”, le dice. No tiene una buena relación con ella. Camila se nota que lo quiere pero él la rechaza todo el tiempo. Ella sufre constantemente por esto. Además, se siente en riesgo y muy vulnerable todo el rato, porque desconfía del guardabosques y no sabe si en cualquier momento le puede pasar algo a ella y al bebé que espera.
Ya cuando se entera de la enfermedad de Marcos, siente mucha compasión y ganas de ayudarle, pero Camila es un remolino de emociones, aparte de su estado. A Jaime le gusta mucho encerrar a sus personajes en espacios enormes, como en los páramos porque es en ese encierro donde afloran las emociones y lo malo de personajes.
Foto: Alejandro Niño
Centrándonos en usted, ¿se considera una mujer sexy? ¿Qué es ser sexy?
Sí, claro. Para mí tiene que ver, primero con el físico. Segundo, con cómo te llevas con tu personalidad. También puede estar relacionado con la confianza en uno mismo, aunque no siempre porque hay mujeres que pueden no tener nada de confianza y son tremendamente sexis. Aunque tener confianza en uno mismo también es muy atractivo.
Lo sexy está en todas partes: puedes ser sexy por tu forma de ser, por la actitud que tengas, por tu personalidad y obviamente por el físico.
¿Qué le gusta de los hombres?
A mi me gusta la inteligencia y me gusta el arte en todas sus expresiones. No me veo con un economista o con un abogado porque me encantan las cabezas de los artistas, de los músicos, los cineastas, los escritores... Eso me atrae. También me tiene que gustar el físico del hombre, claro. Si no me atrae es difícil.
¿Qué no soporta?
Varias cosas (ríe). Me cuesta lo del deporte, por ejemplo. Si me llega una solicitud en Facebook y veo al tipo con la camiseta de fútbol en su perfil, no lo acepto. También me pasa con la política, bueno, con la politiquería. Si el man tiene una foto con Uribe o hace referencias como ‘¡Uribe presidente!’, no, eso no. Me cuesta aceptar los extremos, la verdad; todo en su justa medida. No me gusta el bebedor ni los hombres ruidosos, y el aguardientero o el vallenatero tampoco son mi estilo. Hay una cosa de compartir gustos, y si no se comparten, es muy complicado. No me gusta el hombre tacaño: la tacañería me parece horrorosa y la falta de amabilidad.
Foto: Alejandro Niño
¿Le gusta pagar o que le gasten?
Me gusta que me inviten (vuelve a reír), pero eso no es ser machista, eso es para que demuestren que son amables. Claro, todo tiene que ser en la medida que se pueda: si yo se que ese hombre perfectamente me puede invitar, que me invite, pero si se que no puede por una cuestión económica, pues no.
Bueno, quizá sí es un poco machista también. Al final la sociedad es tan machista que uno acaba por reproducir patrones. Mea culpa.
Entonces, ¿Colombia es o no un país machista?
A nivel laboral, te subestiman como mujer, sí. No se si las nuevas generaciones son machistas, pero la mía sí lo es y piensa que somos débiles, somos tontas. Me sorprende cuando veo titulares como: "Una mujer llegó al festival de cine de X país". ¿Por qué es tan sorprendente la noticia? Nunca especifican que un hombre llegó a alguna parte, lo dan por hecho. Les sorprende cuando una mujer llega a alguna parte.
Foto: Alejandro Niño
Y la sexualidad femenina, ¿todavía es un tabú?
Con tu sexualidad puedes hacer lo que quieras, lo que te provoque y sin darle explicaciones a nadie y que nadie tenga que opinar de tu vida sexual. Hay mucha controversia con el hecho de que las mujeres disfruten plenamente de la sexualidad. Es un tema de religión y de educación. Se ha instalado la idea de que el sexo malo, es sucio, pero cada quien tiene que hacer lo que sienta y con quien lo sienta. El sexo es una cosa deliciosa. Nadie tiene por qué opinar de la vida sexual de nadie y menos ponerle un descalificativo a una mujer porque se acuesta con un hombre, con 20 o 50.
¿Cómo ve su futuro en la industria?
Vivir de ser actor no creo que sea posible, solo unos pocos lo consiguen. Es casi irreal: te dan un proyecto pero puede que pasen dos años sin salirte nada, entonces estás contando con nada. Ser actriz es muy delicioso, bienvenido todo lo que salga, encantada de la vida, pero más bien vivo pensando en qué me voy a inventar y así no dependo siempre de que me contraten. Yo amo la interpretación, es lo que más amo desde que tengo uso de razón. De imaginarme, me imagino en hollywood (ríe), pero no creo que vaya a pasar. Paso a paso, lo que vaya sucediendo y agradecida de lo que venga aquí o en cualquier parte.
Foto: Alejandro Niño