7 de abril de 2011

Viajes

Miami: un olimpo reinventado

Es hora de que lo sepa, Miami se rediseñó como la meca de los deportes. Olvídese de la noción mar y mall y descubra que esta ciudad tiene mucho que enseñarle.

Hacer chistes sobre los clichés de Miami es fácil. Lo que pasa es que al hacerlo evidenciamos que nos quedamos en los años ochenta. La ciudad de Miami Sound Machine, la del Show de Cristina, la de los malls y los turistas insolados ha evolucionado sin que usted se haya dado cuenta. Hoy en día ofrece mucho más que latinos haciendo fila en un aeropuerto con maletas que tienen sobrepeso. Y si usted se jacta de saber sobre deportes, Miami es un destino para satisfacer más de una disciplina: la ciudad es hogar de equipos y torneos de primera categoría. Ya si su acompañante quiere ir al mall es lío suyo, aunque fijo usted también va a regresar con algún juguete nuevo que se compró allá.


Los cuatro fuertes de Miami son el básquet, el béisbol, el fútbol americano y el golf. Para los hinchas serios están: los Miami Heat, los Florida Marlins, los Miami Dolphins y más de un clásico torneo de la PGA que, mínimo, incluirá el top 50 de jugadores del mundo.

Vamos por disciplina. Sea inteligente, fuera de comprar su tiquete a Miami en temporada baja (evite el verano y la época de Navidad), coordínelo con la temporada de básquet de la NBA (National Basketball Association). Revise los calendarios en www.nba.com, sin embargo marzo y abril casi siempre son meses claves. Nada supera ver un partido en vivo, y la American Airlines Arena —donde han tocado desde Juanes y Shakira hasta The Rolling Stones—, casa de los Heat, le ofrecerá todas las emociones que hacen de este deporte un gran plan. Los Miami Heat están en furor desde que completaron su tripleta de estrellas (los apodados ‘Three Kings’): LeBron James, Chris Bosh y Dwyane Wade. Prepárese para ser filmado durante el partido y luego salir en todas las pantallas gigantes, para gritar lo que esas mismas pantallas le digan que tiene que gritar sin pudor, para escuchar música de Carlos Vives durante el “minuto latino”, para ver a 50 Cent o al boxeador Floyd Mayweather en el público, y, durante alguno de los múltiples intermedios, para ganarse una camiseta, tomarles fotos a las bailarinas de los Heat o meter a su bebé en una carrera de niños sobre la cancha. Más allá de la habilidad que indudablemente tienen los estadounidenses para organizar eventos masivos, la adrenalina de un partido de la NBA en vivo no tiene comparación. Muy recomendado.

Está claro que por nuestras latitudes el fútbol americano no es el deporte rey; sin embargo, para empezar a familiarizarse con este juego multimillonario hay que ayudarse. Antes de sumergirse en reglas para touchdowns y en por qué los jugadores insisten en ponerse licra, visite el Sun Life Stadium de los Miami Dolphins. Ver este recinto le va a dejar claro por qué este deporte es tan masivo allá. En el Sun Life hay espacio para 75.000 aficionados y, dependiendo de la temporada y el evento, el estadio se puede adaptar —tanto su terreno de juego como sus graderías— al fútbol americano, al fútbol como lo conocemos, al béisbol o a un concierto de Paul McCartney o Madonna. Algunos de los lujos extravagantes que ofrece este estadio son: tres jacuzzis a meros metros de la cancha para ver el partido con amigos, una sucursal de la famosa discoteca Liv dentro del estadio y sillas para celebridades como Jennifer López y Marc Anthony, quienes, además, son socios limitados de los Dolphins. Cuando esté allá pida que lo lleven al locker room del equipo —de donde saldrá sintiéndose muy bajito y en donde también verá un tapete en forma de delfín que nadie tiene permiso de pisar y frente al cual se reza antes de todos los partidos—. En el Sun Life se hacen toda clase de eventos, por ello sus recintos son multifuncionales: una zona de calentamiento para jugadores de béisbol se puede convertir en pista de baile, con vitrinas que dan hacia el área de entrenamiento de las porristas de los Dolphins. Existe la posibilidad de hacer un tour privado, tras bambalinas, del estadio y vale la pena, por lo menos mientras acá entendemos bien la fascinación por este deporte. No olvide que Miami es la ciudad que más veces ha sido anfitriona del Super Bowl.

Los Marlins de la Florida, el equipo en el que Édgar Rentería cultivó su carrera, por fin van a tener estadio propio. Durante los últimos años, los Marlins han pagado alquiler para usar el Sun Life de los Dolphins. En abril de 2012, el nuevo Ballpark de los Marlins (su nombre aún está en fase de negociación) debe estar listo. Está siendo construido en el terreno que antes albergaba al famoso Orange Bowl y planea tener una capacidad para 37.000 aficionados. Este estadio, a diferencia del Sun Life, se enfocará en hacer una fiesta de béisbol más íntima. Tendrá dos grandes atractivos: el primero, dos acuarios, con peces vivos, detrás de home base (la cuarta base), y el segundo, seis paneles de vidrio corredizo que se abrirán para que el público vea, como fondo del terreno de juego, el skyline de Miami. El techo, también corredizo, garantizará partidos así llueva. Si está generoso, usted puede alquilar un área de piscina del estadio, que le permitirá ver el calentamiento de los jugadores de cerca y ver el partido.

Por fortuna para Miami y deleite para los que la visitamos, está llena de canchas de golf. Sin embargo, la más famosa de todas, la que es sede del Cadillac Championship (torneo que trae a los 50 mejores golfistas del mundo al sur de la Florida), es obligación para cualquier golfista serio, independiente de su handicap. El Doral Golf Resort & Spa tiene el hoyo 18 más célebre de Estados Unidos, una cancha diseñada por el instructor Jim McLean y otra, casi una obra de arte, por el profesional australiano Greg Norman. No importa si la fiebre del golf lo agarró por Camilo Villegas o si es jugador desde hace años, usted le debe a su juego una ronda en la cancha más temida del Doral, The Blue Monster. Si además viaja en época de torneo puede ver jugar a metros de distancia a profesionales como Ernie Els, Tiger Woods o al mismo Villegas.

En resumidas cuentas, deje las excusas y despójese de los trasnochados clichés sobe Miami: esta ciudad es un paraíso deportivo.

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