14 de abril de 2003
Mujeres SoHo
Adriana Tono
La polémica presentadora del canal RCN se destapa para SoHo. Tome aliento y prepárese para escuchar las confesiones de la mujer con la que todos estamos 'a tono'.
Por: Adriana TonoUnas palabras sobre mi cuerpo
Si tuviera que elegir la parte de mi cuerpo que más me gusta, serían las piernas. Me gusta mirarlas durante mucho tiempo y bailar frente al espejo al ritmo de canciones que brotan de mi cabeza. Definitivamente mis muslos son la parte más sensible de mi cuerpo. Concretamente la parte interior. Cuando estoy allí, pierdo la noción del tiempo y me desconecto del mundo por completo.
Me gustan mis ojos y todo lo que dicen: mi misterio, mi sensualidad y a veces también mi tristeza. A través de mis ojos cuento historias. Y con ellos me veo en el espejo.
Mi mejor aliado es el espejo. No dudo de su lealtad, con el fortalezco mi esencia, levanto mi espíritu y exploro mi sexualidad, como un juego de sentidos, donde no hay pudor ni temor de reír o llorar. Me gusta que sean mis propias caricias las que consientan mi soledad como una melodía. No es excluir al otro, es conocer lo que hay allí para ofrecer lo mejor de mí. Es un encuentro con la profundidad, es sentir la expresión de mis entrañas, es escuchar el sonido de mi cuerpo, escribirlo, dibujarlo y colorearlo. Desarmarlo y volverlo a armar.
Todos los días me paro frente al espejo. Me miro a los ojos, luego, observo mi boca y no puedo evitar saborear mis labios como si besara el viento. Me gusta mi desnudez. Me recorro con las manos, las yemas de mis dedos trazan círculos alrededor del ombligo, y las dejo caer en otros territorios.
Vuelvo a mirar arriba, bajo el cuello. Esta parte también me gusta de mí. Cada vez que miro esta zona me acuerdo de unos versos de Octavio Paz: "Tus pechos, dos iglesias donde oficia/ la sangre sus misterios paralelos". Me gusta no solo por lo que son, sino por lo que despiertan.
Pero más que por eso, por lo que tienen debajo. Porque debajo de ellos estoy yo: Adriana Tono, la que dicen muchos, la polémica, la del tatuaje, la alternativa, la que "es como rara, es como loca", aunque más locos, diría yo, son aquellos que juzgan al otro convencidos de que su mundo y su perspectiva frente a la vida es la única verdad posible. Ojalá fuera loca, si los locos también se merecen su espacio en este mundo.
Me pregunto por qué a la gente le encanta encasillar y no salirse de los estereotipos. ¿Será porque es el camino más fácil? ¿Porque valorar lo extraño y novedoso que ven tus ojos, las ventanas de tu alma, requiere de más esfuerzo y tolerancia? ¿Por qué no abrir un poco más esas ventanas para que entre luz y amplíe tu alma?
Siempre me he preocupado por cultivar mi ser y no el deber ser que tratan de imponerme.
Constantemente soy paciente de la vida, me reta el tiempo y la complejidad de la existencia. Para mí vivir es como escribir diariamente un libro donde cada instante es una palabra. La curiosidad y las ganas de leer la siguiente página y la incertidumbre de no saber su fin es lo que me impulsa a soñar y a seguir caminando.
No me desnudo para ustedes, pero sí dejo que entren por un rato a mi mundo. Deseo compartirlo con ustedes. Es mi espacio y un lente por allá perdido, simplemente me observa, sin caretas, mientras me hallo.
Es la desnudez de mi alma, la voz de una mujer que no le teme a la vida; por el contrario disfruta su sentido. Una mujer que trasciende fronteras sin importar los muchos obstáculos que se atraviesen por el camino, porque con ellos el castillo se construye más fuerte, y aunque uno muchas veces se cae creyendo que no va a salir, termina saliendo. Pero lo importante es saber que esa caída es fundamental para crecer. Una mujer que le gusta volar y que se asfixia cuando intentan cortarle las alas; es un cofrecito de emociones que quiere compartir y expresar mañana con su música que la vida es mucho más interesante cuando se es uno mismo.