17 de noviembre de 2009

Guía

Guía para entender a los hombres

Cualquiera sabe que son bichos raros, que vienen de otro planeta, que son imposibles de entender. SoHo hizo el esfuerzo de diseccionar al hombre para saber qué diablos se siente haber nacido en ese extraño género que es incapaz de dejar limpio el aro del inodoro. Una guía para conocerlos. Y manipularlos.

Por: Revista SoHo
Guía para entender a los hombres

¿Por qué no pueden contener los pedos?

Un ser humano —hombre o mujer— libera un promedio de 14 gases al día, se trate de quien se trate: bien sea la reina de Inglaterra o el presentador Carlos Calero. Está demostrado que no hay ningún obstáculo biológico que impida a los hombres contenerse, de modo que esa licencia que se dan es cultural: un machismo gaseoso pero notorio por culpa del cual el hombre de la manada cree que su escatología es sinónimo de poder o al menos de risa. Si bien las mujeres y los hombres liberamos la misma cantidad, cabe decir que la dieta femenina suele ser más cuidadosa. El hombre suele comer raciones más pesadas, como la profusa ingesta de caldo de gallina a la que se somete Carlos Calero, quien acto seguido se pone a bailar como si eso fuera normal. Es una lástima.

Vea también: Ellas hablan de las fantasías sexuales y los matapasiones

¿Cuántas veces a la semana les parece bien ver a la familia de su pareja?

Un estudio sociológico desarrollado en Colombia demostró que a los hombres les parece bien ver a su familia política un promedio de dos veces. Pero al año. La idea que tienen de un domingo perfecto es ver fútbol y no almorzar con los suegros. Aunque a veces pueden ceder en lo del fútbol.

¿Por qué no pueden apuntar bien cuando hacen pipí?

Tienen algunas excusas fisiológicas. En el postpolvo, por ejemplo, luego de la eyaculación el cuello de la vejiga se cierra y la próstata se contrae, por lo cual es difícil que el chorro sea lineal; al amanecer, la vejiga suele estar llena y el paso del líquido suele ser más caudaloso y por lo mismo salir con dirección irregular. Y en la medida en que pasan los años la próstata les crece y el chorro pierde fuerza, lo que hace que tengan que pegarse más al inodoro para poder atinar. De resto, es por cochinos.

¿Todavía las quieren vírgenes? Y si no, ¿qué tan recorridas?

En teoría, ya no. Los tiempos han cambiado. Si hablamos de fantasías, siete de cada diez encuestados por SoHo desean hacer un trío con dos mujeres. Una mujer virgen puede ser sinónimo, más que de pureza, de impericia. Ahora bien: la moral masculina es extraña. Lo que a ellos les gusta es una mujer muy recorrida que les diga que es virgen. Sin embargo, siga este consejo: no reconozca más de tres amantes anteriores al de la actualidad. Hay un estudio que señala que el hombre acepta ese promedio sin mayores escándalos.



¿Les gusta que les cojan los testículos?

Mucho. La bolsa que contiene los testículos tiene una sensibilidad equivalente a la que las mujeres tenemos en los labios exteriores. La cantidad de terminaciones nerviosas en los testículos y el ano hace que cualquier roce en estas zonas les produzca mucho placer, pero les cuesta aceptarlo por aquello de que los tomen por maricas.

¿Se fijan en lo que nos ponemos?

Cero. A menos de que sea Alfredo Barraza, el hombre no se fija en los detalles. Para la muestra este experimento: hicimos que una mujer entrara a un recinto donde había ocho hombres. Diez minutos después les tapamos los ojos. A la pregunta de cómo eran los aretes de la mujer, ninguno supo contestar; a la de cómo eran los zapatos, tampoco. Sabían de qué color eran los calzones que se alcanzaban a entrever en los jeans, y de qué color eran las tiras del brasier. Conclusión: no miran nada. Solo el culo y las tetas. Son unos enfermos. Unos anormales. Aunque no tanto como Alfredo Barraza.

¿Todos los hombres se masturban?

Sí. Un dato afirma que el 92% de los hombres se masturban (¿con un 8% de margen de error ) mientras que en mujeres solo el 62% lo hace. Ahora bien: un estudio europeo alcanza a decir que el hombre se masturba dos veces más que las mujeres, a menos, claro, que se trate de un cura. En ese caso pueden ser más veces todavía.

¿Se hacen la paja aun cuando tienen pareja?

Sí. Lo dicho: son unos enfermos. De diez, nueve aceptaron que se masturbaban y uno, con valentía, reconoció que una vez lo hizo, incluso, pensando en su pareja. Se comprometió, eso sí, a no volverlo a hacer. La desvinculación del sexo y el amor tiene una explicación antropológica: el hombre caza, la mujer anida. Su responsabilidad histórica era regar su semilla en la mayor cantidad de vientres que fuera posible para que subsistiera la especie. La de la mujer era garantizar que las crías crecieran. De ahí que ellos sean perros por naturaleza.

¿Cuándo está bien darlo sin quedar como una perra?

Una cosa es cierta: ninguna mujer es perra antes de darlo. Cada caso es distinto, claro, pero en general recomendamos nunca darlo en la primera cita. Y no por conservadoras razones de moral, sino porque el hombre es un animal al que se le deben administrar sabiamente algunas raciones de ausencia. A la cuarta está bien que sea la vencida.



¿Qué tanto perdonan los cachos?

Si son sexuales, jamás. Si son sentimentales, puede que sí. Haga la prueba: dígale a su pareja que una persona le gusta, y verá que a pesar de todo no será un motivo de ruptura. Pero dígale que tuvo sexo, y verá lo que sucede. La explicación también es antropológica: tras la ardua jornada de caza, el hombre no perdonaría estar trabajando para alimentar crías que no eran suyas, concebidas, como es obvio, tras el sexo. Las mujeres, en cambio, tendemos a no perdonar los cachos sentimentales por la misma razón: lo que podía impedirnos la supervivencia era que el macho no regresara a la cueva por irse a otra. Vestigios de primates que aún nos quedan.

¿Qué tan importante es para un hombre que la mujer llegue al orgasmo?

Mucho, pero no por generosidad sino por vanidosos. Para el hombre el sexo es llegar al orgasmo: sin mucho preámbulo, sin mucha elaboración. Como juzgan desde su condición, el hombre que nos haga venir queda con el ego más grande que su miembro en estado de erección. Sin embargo, la estadística los delata: el 90% de los hombres son capaces de tener un orgasmo durante el acto sexual contra solo el 25% de las mujeres, según el informe Kinsey.

¿Se dan cuenta cuando la mujer finge un orgasmo?

No. En general, no: basta con un jadeo creciente, un gemido, y listo: juran que llegamos. Es una lástima, pero es así. Son realmente elementales.

¿Qué les choca que una mujer haga en el baño?

Una encuesta hecha por SoHo arroja estos resultados:

1. ¿Que dejemos los calzones colgados: 62%?

2. ¿Que dejemos el secador conectado al lado del lavamanos: 12%?

3. ¿Que nos arreglemos y dejemos maquillaje regado: 9%?

4. ¿Que tapemos con nuestros pelos el sifón de la ducha: 6%?

5. ¿Que pasen horas interminables entre que se oye que cerramos la llave de la ducha y que efectivamente salimos del baño: 1% 

¿Les importa tirar con la regla?

A veces pueden más las ganas, pero no nos equivoquemos: no deja de darles asco. Por regla general.

¿Con cuántos polvos se sienten satisfechos?

Con muchos menos que nosotras. Un experimento hecho en California estableció que una mujer puede tener 134 orgasmos en una hora, mientras que un varón no más de 16. Acá, el 32% de  los colombianos entre 35 y 50 años tienen entre tres y cuatro relaciones sexuales por semana (muchas de ellas, incluso, con su mujer); el otro 68% se puede dar por bien servido con hacerlo una vez cada siete días. Un promedio bajo, pero envidiable en el caso del padre Chucho. O de todas las mujeres que gracias a su celibato se han salvado de estar con él.

¿Se comen a una mujer mientras piensan en otra?

No siempre. Se conoce el caso de un suizo que en 1987 tuvo sexo pensando justamente en la mujer con la que estaba. Es una excepción que la ciencia aún estudia. En la encuesta hecha por el Centro Nacional de Consultoría, a la pregunta de si había pensado en una persona mientras tenía sexo con otra, solo el 47% respondió que sí. La encuesta medía, en realidad, la cantidad de mentirosos que puede haber en una encuesta: 53%. La verdad es que más de uno ha tenido sexo con portadas de SoHo como Natalia París, Carolina Cruz, aun Yidis Medina a través del cuerpo de su pareja. Aunque su pareja, inclusive, sea alguna de las tres mencionadas.

¿Son capaces de decir ‘te amo‘ sin sentirlo?

Incluso sintiéndolo con todo el corazón ha habido casos en que también han sido capaces de decirlo.



¿Por qué no llaman al otro día cuando han prometido llamar?

No se engañe más. ¿Cree que es por falta de minutos? ¿Porque el plan del celular es malo? Si no llama —aunque haya dicho que llamaría— es por falta de interés. El hombre es un animal elemental e instintivo, y cobarde. Casi nunca dice la verdad por miedo. Veamos esta situación: usted sale con un tipo que le pide el teléfono y le dice que la llamará. A ese tipo, además, usted se lo acaba de dar. Nunca llamará. Ya se fue con lo que quería. No se dé tan duro: más grave que el desinterés es que no hubiera llamado por falta de minutos.

¿Creen en la amistad entre hombres y mujeres sin sexo?

No hay chance alguno. De resto, amigos ya tienen. Todo hombre, en el fondo, aunque incluso él mismo no lo haya detectado, quiere tener sexo con la mujer que esté cerca. Siempre. La única manera de que un hombre sea amigo de una mujer es que se hayan acostado y la tensión sexual se haya desvanecido.

¿Saben dónde queda nuestro punto G?

Casi ninguno lo sabe, aunque eso no sería problema si nosotras mismas lo supiéramos. El tan mentado punto G es un lugar que desencadena un gran estímulo sexual y puede variar en cada mujer. Al parecer la respuesta solo la tiene Ernst Gräfenberg, ginecólogo alemán que lo descubrió. Según él, está localizado detrás del pubis y alrededor de la uretra, pero hay dos problemas: explíqueselo a un hombre y reviva a Gräfenberg, que murió hace más de cincuenta años.

¿Dónde está su propio punto G?

Aunque el punto G es una sutileza, y los hombres son toscos, anatómicamente hay una zona justo detrás de la próstata que les produce mucho placer. Se llega a ella vía anal, por lo cual suele ser inédita para casi todos los hombres heterosexuales y disfrutada por los gays de posición pasiva.

¿Por qué, a veces, amanecen emparolados?

Según el doctor Carlos Gustavo Trujillo, urólogo de la Universidad Javeriana, la testosterona se produce en ciclos, y uno de los picos de producción se da en las madrugadas. Esto se conoce como ‘Erección matutina‘. Es normal en cualquier edad menos en los ancianos donde tiende a disminuir. A veces se da la eyaculación involuntaria. Esa erección les empieza en la adolescencia, cuando crecen los testículos y se dan todos los cambios hormonales. Según Trujillo, es un estado normal y no implica excitación ni masturbación.

¿Tienen una edad pensada para casarse?

Así como el reloj biológico de las mujeres enciende alarmas pasados los 30, porque mientras más años menos fácil es tener hijos, después de los 40 años el hombre que no se haya casado suele tener fama de maricón. Si a los 50 sigue soltero, puede serlo. Si además presenta un programa culinario en la TV, no tiene dudas.

¿Cuándo nos volvemos intensas con un hombre?

Si responde que sí a cualquiera de estas preguntas, debe bajar el voltaje con el que trata a un hombre. Es por el bien de ambos.

»¿No le alcanza con dejar una llamada perdida y un mensaje de voz en el celular, sino que tiene que marcarle una vez más antes de que él se la devuelva?

»¿Hace estas tres preguntas de seguido sin darle chance siquiera a que responda la primera: "¿Dónde estabas? ¿Con quién? ¿Por qué no me habías llamado?"?

»¿Acude, en este orden, a la mamá, la hermana y la empleada del servicio para dar con su paradero?

»¿Ha aparecido en su casa sin avisar, aun cuando en una charla previa él le dijo que no iba a estar?

»¿Le ha cambiado tres veces el puesto del sofá porque no le gusta como está organizada la sala?.

»¿Quiere pasar todo el domingo arrunchada con él después de haber tenido sexo la noche del sábado?

»¿Va dejando sus cosas a cuotas en casa de él: el cepillo de dientes, el maquillaje, la ropa interior, una muda de ropa..

»¿Le ha intentado cambiar el peinado de medio lado al look "mango chupado"?

»¿Si él dice que no puede ir de puente porque tiene un almuerzo familiar el domingo, su propuesta es que vayan juntos, hagan acto de presencia y salgan volados el domingo por la tarde aprovechando que la carretera está suave?

»¿Ha querido presentarle sus padres a todo hombre con el que ha salido una semana apenas?

»¿Le manda zumbidos cada tres minutos si no contesta por Messenger?

»¿Le contesta el celular si él no está cerca y habla con tonito como si al otro lado de la línea hubiera una mujer?

¿Por qué van a donde las putas?

La primera, es simple morbo. Muchos hombres van a donde las putas como cuando un niño va por primera vez a Disney. No se las creen, miran para todos lados, preguntan, se ríen nerviosos, se asustan, se intimidan y hasta gozan. Unos van solo para mirarlas, hablar con ellas, morbosearlas, mirar una que otra teta y salir dichosos de una whiskería porque vieron viejas empelota. Claro, aquí no falta el que quiere sacar un polvo gratis y trata a la puta como a una reina. Hasta en eso son un poco ingenuos. La segunda razón corresponde a los hombres mojigatos que no hacen con sus esposas o novias lo que deberían, y buscan a las putas para hacer posiciones raras o a la espera de una buena mamada.

También buscan la variedad. Si la novia es bajita, quieren una alta, y si es mona, buscan una pelinegra, por ejemplo. Pagan por lo que no encuentran en la casa. Pero, según Andrea, la tercera es la más frecuente aunque se quiera presentar de formas distintas: la soledad. Ellos son unos machos aparentemente pero en el fondo son más vulnerables de lo que creen. Hay hombres que no pueden levantarse a una vieja, ya sea por feo, tímido, inseguro o por de malas y prefieren, como Jaimito el Cartero, "evitarse la fatiga", y pagar para evitar más escenas bochornosas en su vida. Es tan frecuente que muchos hombres pagan solo por hablar, ni siquiera tiran.

¿Se les deja de parar a alguna edad?

En teoría debería funcionarles hasta el último día de vida, pero hay estudios que aseguran que uno de cada dos hombres mayores de 40 años sufre de disfunción eréctil. La hipertensión arterial, el tabaquismo, los problemas de colesterol, la diabetes, la obesidad, el sedentarismo y una mujer del estilo de Cecilia López con mascarilla y pepinos en los ojos pueden agravar el problema. Nada que el viagra no pueda resolver.

¿Qué esperan de una primera cita?

Una charla agradable, divertida, interesante. Siempre y cuando sea con alguien que tenga buenas tetas.

¿Ponen atención cuando uno está hablando?

Le hicimos esta pregunta a un grupo de diez hombres, ninguno de los cuales supo qué responder porque en ese momento estaban pensando en otra cosa. ¿En qué? En sexo o en fútbol. Ahora bien: está demostrado científicamente que la mente masculina es más propensa a la distracción que la femenina. Al hombre es mejor hablarle poco y claro; darle órdenes de pocas sílabas y, ojalá, señalarle con la mano el objetivo que debe traer, por ejemplo, para disminuir los riesgos de que no haya comprendido.

¿Les mama que uno salga con las amigas?

Depende. Cuando uno está comenzando a salir, el plan de "me voy a tomar unos tragos con las amigas del colegio, que hace rato no nos vemos" los enferma: les producen mal genio. Pero si el asunto consiste en "me voy a El Almacencito con Mafe a ver telas", durante un clásico de fútbol que pasan por TV, habrá una celebración silenciosa pero sentida.

¿Qué es lo que quiere un hombre? ¿Qué busca en la vida?

Es una pregunta bastante compleja. No quieren simplemente sexo, como suponen algunas; no quieren simplemente ver fútbol, como piensan otras: quieren además pedir cosas a domicilio, ojalá fritos.

¿Cuáles son sus prioridades, sus objetivos existenciales?

Nadie nos supo responder. No es solo sexo, no es solo fútbol. Es algo más que ninguno de los encuestados supo definir.

¿De qué hablan los hombres cuando están solos?

Más del 45% del tiempo, de qué vieja está buena, de quién tiene buenas tetas, de si le vio el culo a tal compañera de oficina. El resto del tiempo lo reparten con bastantes temas futbolísticos y, en menor cantidad, otros de política.

¿Es verdad que todo el día piensan en tener sexo?

Falso. Una estadística de vieja data les hizo "mala fama" al afirmar que un hombre pensaba en sexo cada seis segundos. Hoy está demostrado que "solo" tienen un pensamiento sexual cada 52, mientras que nosotras apenas uno al día. El estudio fue hecho por la Universidad de California y publicado en el libro El cerebro femenino, de la neuropsiquiatra Louann Brizendine, que pudo terminar el libro gracias a que tenía mucho tiempo para concentrarse. Si un día tiene 86.400 segundos, quiere decir que un hombre piensa en sexo más de 1600 veces diarias (hay que ver cuántas de esas veces tiene sexo en realidad). No es culpa de ellos, sino de las diferencias de nuestros cerebros. El libro de la doctora Brizendine afirma también que decimos 20.000 palabras al día contra 13.000 de ellos. Así las cosas, mientras les hablamos, ellos fingen poner atención, pero en realidad están teniendo pensamientos sucios con nosotras. Y cuando llega el momento del día en que pensamos en sexo, ellos lo arruinan al escoger torpemente algunas de sus 13.000 palabras.

¿Qué tan lobo es un buen escote?

No lo es hasta que lo usan la pareja o las hijas.

¿Les gustan las mujeres mayores?

Dependiendo qué entendemos por mayores: Amparo Peláez, no; Lully Bosa, sí.

¿En qué se fijan para elegir a su esposa?

Antropológicamente está estudiado que el Homo sapiens se sentía atraído por una mujer de caderas espaciosas, porque ellas garantizan un buen parto para los hijos; y el pelo abundante y las uñas fuertes, ambas cosas sinónimos de buena salud.

¿Cuándo y por qué no les funciona?

Con el paso de los años y los problemas de próstata, la erección disminuye; sin embargo, es mucho más común de lo que se piensa que el hombre padezca de cierto pánico escénico. Las probabilidades de que un bache semejante les suceda, son inversamente proporcionales a la belleza de la mujer. A más responsabilidad de quedar bien, más riesgo de que "eso" falle.

¿Qué quiere decir exactamente "no eres tú, soy yo"?

Exactamente lo contrario. Nunca son ellos, somos nosotras o, peor, otra mujer, a quien ya tenían fichada desde mucho antes de pronunciar la célebre frase. "No eres tú, soy yo" es la salida fácil a "no soy yo, efectivamente eres tú que me tienes mamado y quiero zafarme rápido causándote el menor daño posible sin dañar mi imagen, aunque si te hago sufrir y quedo como un cafre, qué se le va a hacer".

¿Existe una relación entre el tamaño de las manos y el del pene?

Pregúntele a un enano. Un enano-enano: no un tipo medio contrahecho, como el actor que hacía de Julius. Verá que es mentira. Hay estudios que han tratado de establecer una relación entre el tamaño del miembro con el de las manos, los pies y hasta la cabeza, pero nada es cierto. Hay casos de gente muy alta con penes de menor tamaño que el promedio. El estudio Kinsey determinó que el tamaño promedio del pene es de 15,6 centímetros para el hombre blanco y de 16,3 para los negros.

¿A qué edad tienen en promedio su primera relación sexual?

Un estudio hecho por Profamilia dice que el promedio de la primera relación sexual es de 13,4 años para los hombres y de 14,8 años para las mujeres, cuatro años menos de lo que ellos mismos consideran ideal. Depende de cada generación, pero en términos generales es difícil encontrar un hombre virgen después de los 17 años. A menos que sea, insistimos, el padre Chucho, en caso de que el padre Chucho sea mayor de 17 años, lo cual es improbable, como salta a la vista: ¿o conoce a alguien que sea mayor de edad y tenga brackets?

¿Pueden enamorarse de dos mujeres al tiempo?

Reconozcamos algo: las mujeres podemos manejar a los hombres de dos maneras: o dándoselo o no dándoselo. Así de elementales son. Por eso mismo, vale la pena decir que nadie puede enamorarse simultáneamente de dos personas, pero el espécimen masculino suele confundir el deseo sexual con amor. Creen que tenerle muchas ganas a alguien es estar enamorado. Si ese alguien no se lo da pronto, entonces juran que están enamorados. Y si se lo da, también creen que es amor, aunque sea encoñamiento.

¿Qué es lo que tanto les gusta del sexo lésbico?

Muchos darían un testículo por hacer un trío con dos mujeres; incluso preferirían estar con dos Carolinas Cuervos en vez de una Carolina Cruz. La explicación está por el lado psicológico: es un reflejo involuntario del deseo inmemorial de ser macho protector, amo y señor de un harem. Eso, sumado al influjo publicitario con que la cultura occidental promueve el bisexualismo femenino en películas, videos, canciones, y revistas, hacen que el trío con dos mujeres sea una obsesión en la mente del hombre. Ahora, hay algo que aclarar: a los hombres les mata ver a dos mujeres teniendo sexo, pero no les interesa en lo más mínimo las mujeres que sienten amor entre ellas.

¿Les importa que su pareja gane más que ellos?

Definitivamente, sí. ¿Quién querría casarse con una Violy McCausland? Cabe pensar que puede ser por la obligación de verla recién levantada, o con una mascarilla de pepino, pero en realidad es porque nadie quiere terminar de esposo faldero de una millonaria. Los hombres creen que si la mujer gana más no es porque sea una verraca, sino porque él es un incompetente. No en vano matrimonio —criar hijos— viene de madre y patrimonio

—hacer plata— de padre, aunque es una concepción machista y lamentable de la cual nos deberíamos aprovechar.

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