26 de marzo de 2020
Motor
rápidos y furiosos
¿Quiere saber cuáles son los carros deportivos más veloces del mundo? Aquí le presentamos el ranking de los ganadores. Baratos no son, pero el placer de la velocidad justifica el gasto.
Por: Daniel Medina G.Lamborghini Huracán Evo
El superdeportivo juvenil de Lamborghini puede no ser tan salvaje como su hermano mayor, el Aventador, pero no se anda con rodeos cuando se trata de sensaciones. Su V10 aspirado de 631 caballos de potencia suena increíble, mientras se zambulle en la autopista hasta los 323 kilómetros por hora, lo que lo hace muy adictivo. Ser el reemplazo de su antecesor, el exitoso Lamborghini Gallardo, podría haber sido una tarea muy difícil, pero el fabricante de Sant’Agata dio en el clavo. Para algunos no hay nada como la marca del toro salvaje, y una rápida mirada al Huracán EVO debería decirles exactamente por qué.
Morgan Plus Six
¿Qué pasa si se instala el motor del nuevo Toyota Supra en un automóvil que pesa unos 450 kilos menos y no tiene control de tracción? Pues se obtiene un Morgan Plus Six, fácilmente el auto más exitoso que ha visto la luz en la fábrica de Morgan en Malvern Link. Ofrece una apariencia antigua, pero con un profundo feeling moderno, gracias a su extraordinario desempeño, producto de su chasís y carrocería de aluminio, que lo hacen increíblemente liviano. Alcanza los 100 kilómetros por hora en 4,2 segundos y una velocidad máxima de 267 kilómetros por hora. Puede parecer que es de 1952, pero funciona como una máquina actual, a la que además le gusta jugar rudo.
Porsche 911
Hay una razón por la que Porsche no ha cambiado la fórmula de su 911 por más de 50 años: simplemente funciona. El rugido del motor plano, de 6 cilindros de 3 litros y 365 caballos de potencia, podría haber perdido algunos decibeles gracias a la turboalimentación, pero eso está más que compensado con las constantes ráfagas de potencia que produce. Dirección sublime, controles receptivos, conducción raramente igualada y explosiones de aceleración en la carretera dejan zumbando durante horas después.
Audi R8
A principios de siglo, la idea de que Audi lanzara un superdeportivo parecía ridícula. Hoy, el R8 es uno de los más emocionantes del mercado, y uno de los últimos con motor V10 de aspiración natural que existen. Sus 612 caballos de potencia lo catapultan hasta los 330 kilómetros por hora, si el tráfico lo permite. La última encarnación de este “juguetazo” luce asombrosa y bastante brutal junto a casi cualquier modelo. La cabina puede ser un poco estrecha, por lo que los conductores más altos podrían pensarlo dos veces.
McLaren 720S
Siendo honestos, nadie necesita 710 caballos de potencia en la carretera, pero sí se quisieran tener. El motor V8 turbo de 4 litros de McLaren es la estrella del singular 720S, dado que proporciona fuegos artificiales y aceleraciones fulgurantes con una mínima provocación. Su aspecto elegante atrae las miradas, mientras que su sonido estridente garantiza que se escuche antes de ser visto. Además de su espectacularidad en movimiento, sus puertas en forma de diedro y sus faros, que integran en la misma unidad una toma de aire, lo hacen igualmente impresionante cuando está detenido. Los superdeportivos rara vez son mejores que esto.
Aston Martin V8 Vantage
La potencia alemana más el diseño y la esencia británica se funden magistralmente en un solo automóvil que busca la simplicidad. El motor más pequeño de Aston, un V8 biturbo de 4 litros, da vida a este deportivo “pura sangre” que busca ser manejado duro y rápido, aunque no se sienta completamente a gusto en la ciudad, dado que sus 507 caballos de potencia necesitan espacio. La icónica parrilla de Aston Martin en su parte delantera es más agresiva e imponente, sin vetas metalizadas, y el bólido equipa un nuevo diferencial electrónico para optimizar el control del volante. La tecnología de Mercedes-AMG presente en la cabina asegura una habitabilidad de primer nivel.
Mazda MX-5
Para una diversión sin límites, no hay lugar a equivocación con este modesto modelo. Ignore cualquier comentario negativo de los envidiosos, pues la versión japonesa del clásico convertible británico es, sin duda, mágica. Pequeño, económico y cómodo, la experiencia de manejarlo es sobrecogedora. Gracias a su potencia relativamente baja (155 caballos) siempre estará bajo control y su conducción se mantendrá en estado de pureza, pero justo en el límite donde comienza el territorio de los “duros” de pista. En estos tiempos en que las ayudas electrónicas toman el volante la mayor parte del tiempo, una máquina accesible, agradable y tolerante como el MX-5 representa todo lo que un deportivo debería ser.
Toyota Supra
El “tuneado” (auto preparado por el fabricante con características especiales de alto rendimiento que se pueden optimizar) de ensueño de los años 1990 regresa, pero esta vez con un motor BMW de 3 litros turbo y seis cilindros en línea, una potencia de 335 caballos, que alcanza los 100 kilómetros por hora desde cero en 4,3 segundos. Juguetón en las curvas, plácido en autopista, es todo un camaleón del asfalto.
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