A 5 millones el sorbo

La casa Cognac Croizet produce algunos de los mejores coñacs del mundo, y en 2011 rompió el récord de la botella más cara con un ejemplar de su bebida más exclusiva: el Cuvée Léonie cosechado en 1858. Lo compró Maggie Vong, la presidenta de Citibank Hong Kong, en una subasta en el hotel Swatch Art Peace de Shanghái, China. Le costó un millón de yuanes, es decir, más de 300 millones de pesos.

El precio de los años
Este coñac fue cosechado en 1858, antes de la plaga del insecto filoxera, que llegó a Europa desde Estados Unidos y atacó los viñedos y cultivos de Francia en 1868. Después, hubo que volver a sembrar casi todos los cultivos europeos usando plantas norteamericanas. Desde entonces, el sabor del coñac cambió.

Conozca los tragos que engordan menos.

A qué sabe
Es una pieza de colección, por eso quienes lo compran no lo hacen por su sabor, sino por su valor histórico. Pero sí hay quienes lo han probado, entre ellos Francis Audemard, uno de los mejores catadores de la industria, quien aseguró, por si le interesa, que tiene aroma a rosas secas y notas de coco.

El trago de Churchill
Este es el coñac que compartieron Winston Churchill y Dwight Eisenhower mientras planeaban el desembarco de Normandía, en la Segunda Guerra Mundial. En honor a Churchill, la discoteca Club 23 de Melbourne, Australia, hizo con este trago el coctel The Winston, que cuesta unos 25 millones de pesos.

¿Por qué es tan especial el coñac?
Es una variedad de brandy que solo se produce en Charente, Francia. El nombre viene del pueblo Cognac, y un viñedo tarda cinco años en producir uvas buenas para hacerlo. Además, por ley, solo algunas sirven para este licor. Después pasan por un proceso de doble destilación que, también por ley, debe terminar antes de abril. El líquido dura mínimo dos años y medio en barriles antes de ser embotellado.