17 de junio de 2011
Guía/ Gastronomía
Refajo/ Champús/ Pony Malta/ Masato
Bebidas/ Drinks/ Bissons
Refajo
El colombiano es dulce: la sal la guarda para los días más importantes de su vida, la amargura la reserva para cada fin de mes y la acidez para el comienzo de cada semana. El colombiano, que tiende a chuparse los dedos, está genéticamente predispuesto para el dulce: lo suyo es el postre. Y, a la hora de beber, se muere por los tragos almibarados, anisados, espesos, carbonatados, gaseosos. Y, primero que todos, por el refajo: ese coctel criollo, mezcla de 40% cerveza, 60% Colombiana, la nuestra, en el que la una rinde a la otra y a cuya mezcla hay que sumar el toque secreto, que consiste en sumergir un trago de aguardiente en una modalidad conocida como “el submarino”, que suele impresionar al amigo extranjero. Este popular “submarino” es el único que hay en el país y por él saca pecho la Armada Naval.
Champús
Contrario a lo que podría comprender un extranjero, el champús, tan común en el suroeste del país, no sirve para limpiar el queso de cabeza ni la cuca: quien cometa ese error de principiante y masajee el cuero cabelludo con champús, como lo hacía, según dice el rumor, el político Guillermo Nannetti, tendrá en el pelo un reguero de miel de panela, maíz, canela, clavos de olor y sobras de naranjo agrio. El champús no limpia, querido extranjero. Es, justamente, lo que está sucio. Se sirve frío. Se le da el sabor de alguna fruta. Su aspecto, de viscosidad que, por decirlo de manera elegante, finalmente no consiguió ser digerida, suele alejar a los menos viriles.
Pony Malta
Esta bebida, cuya base es la malta de cebada y el azúcar, fue creada en 1953 y su fórmula se consultó con el Instituto Nacional de Nutrición, entidad que recomendó un contenido nutricional que cubriera un tercio de las necesidades diarias de un colombiano promedio. Nuestros niños la consumen en ingentes cantidades, pues los prepara para la futura ingestión masiva de cerveza y refajo, bebidas que acompañan muy bien las actividades deportivas como el tejo y el billar a tres bandas. La Pony, como se le dice de cariño, combina muy bien con todos los artículos de panadería y los platillos de la gastronomía autóctona. También contribuye a la hiperbolización del abdomen, rasgo distintivo del colombiano promedio.
El masato
Bebida fermentada hecha a base de harina de arroz. El color blanquecino del masato es una invitación a la vida: efectivamente, su aspecto recuerda la simiente de la especie masculina que fecunda el vientre de la mujer. Es grumoso y espeso, y en algunas regiones suelen servirlo con canela y con clavos. Con clavos reales, se entiende, lo cual ha hecho de esta sana bebida la segunda causa de todas las traqueotomías que se llevan a cabo en las salas de emergencias de la nación. La primera es el mamoncillo (vea mamoncillo). La presencia de clavos (y de puntillas y aun de tachuelas, según la región donde se pida esta malteada criolla), pese a que es peligrosa, permite creer que el masato es rico en hierro.
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