1 de septiembre de 2015

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La clave para enamorar a una mujer joven

Es más fácil de lo que usted cree; no necesita ser millonario, ni tener el celular de última gama. Tampoco ser el más inteligente de la clase o matarse en el gimnasio para tener la chocolatina marcada, de hecho, la chocolatina es la solución. Lea por qué.

Ya sabemos que todas (o por lo menos la mayoría) viven diciendo que están a dieta, que no comen carnes rojas, que por la noche comen poquito, que este plato tiene muchas calorías, que están gordas y que mejor solo pide una entrada pequeña para que al final se termine comiendo lo que uno pidió y lo deja a uno con hambre.


La próxima vez que la mujer que lo trasnocha le salga con ese cuentico y usted realmente quiera conquistarla, no le haga caso y dele comida, aliméntela que eso la enamora y está comprobado. 

El portal Quartz publicó un interesante artículo sobre la psicología del apetito, en el que afirma que las mujeres jóvenes responden más al romanticismo cuando están alimentadas que cuando tienen hambre. Y sustentan su hipótesis con la investigación que hizo la Universidad de California, en la que seleccionó a veinte mujeres entre los 18 y 25 años, a quienes les pidieron que no comieran nada durante las últimas ocho horas, las subieron sobre una máquina de resonancia magnética y les mostraron imágenes de parejas compartiendo momentos románticos (abrazados, tomados de la mano, etc) e imágenes comunes (de carros, de boliches, etc). 

En el momento que observaban las imágenes se les escaneó el cerebro a todas. 

Después, las mujeres fueron alimentadas con una dieta alta en calorías, proteínas y batidos nutricionales, se les mostró una vez más las imágenes y se les escaneó de nuevo el cerebro.

El resultado: la actividad cerebral de las mujeres aumentó cuando veían las imágenes románticas y estaban alimentadas. 

También se les preguntó a las participantes si habían intentado hacer dieta alguna vez y, curiosamente, las mujeres que habían hecho dieta fueron las más sensibles ante las imágenes románticas, su actividad cerebral incrementó específicamente en las áreas del cerebro asociadas con la recompensa. 

Una posible explicación, dice una de las investigadoras, es que la comida recompensa el cuerpo al igual que el sexo, aunque aún falta estudiar mejor la conexión de la alimentación con el deseo sexual. Sin embargo, el romance o gestos románticos parecen ser más agradables e importantes cuando las mujeres han comido que cuando tienen la barriga vacía.

Así que ya sabe, invítela a comer que, aunque no está científicamente comprobado del todo, puede que la cena termine no solo en el corazón de ella, sino en su cama. 

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