La rebelión de los tenistas en contra de los jueces de silla en el Abierto de Australia es cada vez más fuerte

El Abierto de Australia 2023 ha estado lleno de emociones. Los mejores tenistas del circuito de la ATP, a excpción de algunos por complicaciones de salud, como el caso del español Carlos Alcaraz, se reunieron en Melbourne Park para disputar el primer trofeo de Grand Slam de la temporada. Estos primeros días han dejado una que otra sopresa en el cuadro principal, pero también ha marcado un nuevo capítulo entre esa disputa que han llevado tenistas y jueces de silla a lo largo de la historia.

Quién no recuerda esa discusión de John McEnroe la edición de 1981 de Wimbledon en la que el tenista estadounidense soltó la frase: “You cannot be serious (No puede ser en serio)”. Esto luego de que el juez de silla decidiera marcar su servicio como fuera. Esto desencadenó en una discusión en la que uno de los mejores jugadores de tenis no tuvo más que acatar el llamado, a pesar de su intento por explicarle que la bola había entrado en el cuadro de servicio.

Y es que antes de que se creara el famoso Ojo de Halcón, el cual le permitió a los tenistas retar aquellos llamados con los que no estaban de acuerdo, no había más que respetar la desición del juez de silla. Sin embargo, ahora que esto es historia, pues la tecnología se ha encargado de que los errores se reduzcan a un mínimo porcentaje, los jugadores ahora están teniendo problemas con ciertas normas que se han implementado y que los afectan durante los partidos.

En la presente edición del Abierto de Australia son varias las discusiones que se han dado en la cancha entre jueces y jugadores, y cuyos protagonistas no han sido nada más y nada menos que tres de los mejores tenistas que ha tenido la historia de este deporte, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray.

En la segunda ronda de este certamen, el primero en mostrarse inconforme fue el español. En el partido contra Mackenzie McDonald, quien terminó venciendo al máximo ganador de Grand Slams con 22 títulos por 6-4, 6-4 y 7-5, Nadal se quejó con la juez por el poco tiempo que le daba para poder ir por su toalla y poder cercarse antes de iniciar a jugar el punto. Y es que tal y como se viene haciendo, los tenistas ahora solo cuentan con 25 segundos para ponerse en marcha, tiempo que no es suficiente y de lo que el español se queja constantemente: “Al menos contigo, nunca puedo ir por mi toalla. Siempre estoy corriendo. Inclusive cuando estoy sirviendo normal y no he podido ir por la toalla, el reloj ya está en 4 o 5 segundos”.

Asimismo, lo hizo Djokovic en su victoria contra el francés Enzo Couacaud con parciales de 6-1, 6-7(5), 6-2 y 6-0. El serbio se mostró bastante inconforme luego de que tuviera que sufrir la provocación de un aficionado, quien al parecer no estaba del todo consciente e intentaba sacarlo de casillas. Nole, quien está en la pelea por conseguir su décimo título en este certamen y empatar a Nadal en trofeos de Grand Slam, no dudó en solicitarle al juez de silla que hiciera algo, para que esta persona dejara de fastidiaro a propósito.

“¿Pudes sacar a esta persona? Me ha estado provocando toda la noche. Tú lo sabes y ¿qué vas a hacer?” Sin embargo, el juez no tuvo respuesta, pues al parecer no podía hacer nada. Algo que Djokovic no pudo entender ante lo mal que este aficionado se estaba comportando. El tenista de 35 años hasta le sugirió que mandara a los guardias de seguridad a que lo sacaran, pero su petición no fue concedida.

Ahora bien Nadal y Djokovic no fueron los únicos en rebelarse en contra de las decisiones de estos profesionales que llevan siendo parte del tenis, practicamente, desde que se creó este deporte. El británico, quien parece haberse recuperado de sus problemas de cadera y, además, logró avanzar a la siguiente ronda luego de un partidazo contra el australiano Athanasios Kokkinakis que terminó con parciales de 4-6, 6-7 (4), 7-6 (5), 6-3, 7-5, se quejó sobre las reglas que tienen que sorportar los jugadores cuando están en la pista de tenis. En esta ocasión, la relacionada con la posibilidad de poder ir al baño.

“Sabes, respeto las reglas, pero me parece bastante irrespetuoso que el torneo nos tenga acá hasta las 3 o 4 de la madrugada y no podamos ir a orinar. Es un chiste”, dijo Andy.

Estas reacciones de los jugadores contra los jueces de silla, frente a algunas de las reglas que les imponen, son cada vez más comunes. Hay ciertas cosas que la dirección de estos torneos no tiene en cuenta y que terminan por afectar, en ocasiones, la salud y la actitud de los jugadores en las canchas. La rebelión de los tenistas parece hacerse más fuerte partido tras partido.