El legado que Lucho Díaz quiere dejar en Barrancas

Unas camisetas estampadas con la cara de Luis Díaz y un montón de niños corriendo en canchas de fútbol y en pistas de patinaje con un uniforme azul, celeste y rosa, son la demostración flagrante de la fundación que impulsa Luis Díaz en su natal Barrancas, a un lado del río Rancherías en La Guajira.

Josher Brito Díaz, primo de la estrella del Liverpool, es el hombre que está detrás de la iniciativa que hoy tiene vinculados a cerca de mil niños en escuelas deportivas. La fundación lleva el nombre de ‘Lucho’ y el de “Sembrando Esperanza”, pero además del vínculo de los dos jóvenes primos, tiene una inspiración adicional: “Le estamos haciendo honor a nuestra abuela, que en paz descanse, quien siempre tuvo esa convicción de ayudar a los demás. Si ella veía a alguien con alguna necesidad le tendía la mano”, contó Josher.

El 19 de agosto de 2019, después de terminar la acostumbrada tramitología, lograron crear la fundación. En ese momento Luis Díaz triunfaba en el Junior de Barranquilla, pero aún estaba lejos en kilómetros y goles de llegar a Liverpool. Y es que sin duda el camino no ha sido fácil para el jugador de 25 años. Salir adelante en el fútbol colombiano implica superar grandes obstáculos, pero no hubo nada ni nadie que pudieran detener a Lucho para alcanzar el sueño de convertirse en un deportista de élite, una historia de vida que quiere ayudar a replicar en todos los niños y jovencitos que lo llevan a él no solo en una camiseta, sino en la mente y el corazón para seguir sus pasos.

Los primos Díaz empezaron a sacar adelante su fundación, pero recién descollaba se atravesó la pandemia y todo se paralizó. En medio de esa incertidumbre y mientras Lucho era pretendido por varios equipos europeos, su impulso ayudó a no dejar morir esa labor. “Me pide que hable con una persona que conoció en su proceso del Junior, quien me ayudó con la reestructuración de la parte legal de la fundación y nos reactivamos con el aporte de unos kits escolares para diferentes niños de Barrancas, pudimos beneficiar a 1000 de diferentes instituciones”, cuenta emocionado Josher. “Después repartimos unos mercados en diferentes barrios y en ese proceso de enero a marzo se dio un programa de Escuela de Formación Deportiva, gracias al apoyo del ministro del Deporte de aquel entonces”.

Proceso de formación de niños y niñas

Para Josher esa reactivación fue una gran noticia, pues no es un secreto que el departamento de La Guajira ha padecido un profundo olvido de parte del Estado, que lo pone en el deshonroso primer lugar de pobreza monetaria en el país con un 67% de sus habitantes en esa situación. “Comenzamos con ese programa en el que ya contamos con 950 niños y niñas, entre los 6 y 12 años, y en el que también trabajamos con comunidades indígenas y las poblaciones más vulnerables”, agregó Josher.

En la fundación no solo han enfocado este programa en el fútbol. También le han abierto la puerta a otros deportes como el patinaje, para que los niños puedan escoger, pero según cuenta el primo de ‘Lucho’ la idea es que se amplíen las disciplinas y se pueda constituir una gran escuela deportiva.

Esa escuela es la que le ha enseñado a Josher de la importancia que puede llegar a tener el deporte en el desarrollo de los niños y niñas, no solo en el aspecto físico, sino también en lo social. A lo largo de este camino y gracias al trabajo que realiza de la mano de formadores intentan unir a los niños y enseñarles que “la unión hace la fuerza”, así como una serie de principios y valores que les permita cumplir con sus metas.

Un trabajo mancomunado

Ahora bien, Josher es consciente de que todo el trabajo no lo pueden hacer solo ellos y por tal motivo incentivan a los padres de familia a estar ligados en este proceso de formación y se convierta en una labor conjunta. “No es solo enviarlos a entrenar para que los niños y niñas tengan algo para hacer cuando ellos están ocupados, es mucho más”, advierte. El primo del que es considerado el futuro de la Selección Colombia quiere que la labor con los niños rinda frutos y por eso les insiste a los papás: “Por más que nosotros le brindemos herramientas y conocimientos, el niño se forma en su casa, por lo que es necesario que sus padres los acompañen y los guíen para que lleven una formación adecuada y, además, se sientan respaldados”.

Los objetivos de la fundación son grandes y para eso Johser insiste en la necesidad de conseguir aliados que estén dispuestos a trabajar por la comunidad y a mirar más allá del dinero. Su sueño es poder construir un complejo deportivo en Barrancas, apoyar a más familias y ampliar la cantidad de instructores, hoy son 16. Su objetivo, cuenta ilusionado es claro: “Realizar estos programas sin tener que esperar que nos den permiso para hacer una actividad o para llevar a cabo algo más”.

Josher no deja de soñar y con la nueva ministra del Deporte, María Isabel Urrutia, tiene grandes expectativas. Precisamente, pone de ejemplo el amplio recorrido que tuvo la medallista olímpica para haber llegado hasta donde está ahora: “Ella representa la lucha constante de que cuando uno quiere puede hacerlo. Esto también es un proceso y tengo la certeza de que vamos a lograr que la sociedad entienda que a través del deporte podemos cambiar vidas y, además, abrirles la puerta a los niños y niñas para que puedan salir adelante, tal y como lo consiguió Lucho”.