22 de abril de 2022

Crónica

Ocho horas en un bus para ver a Kaká

La travesía y las horas de espera de un fanático de Kaká que le dejó dos regalazos al ganador del Balón de Oro.

Por: Soho.co
Viajó ocho horas para conocer a Kaká
Viajó ocho horas para conocer a Kaká | Foto: Foto: SoHo

“Kaká estará en Colombia”, le contaron hace una semana a Sebastián Saavedra, un joven veterinario de Ibagué que tiene en el fútbol su principal pasión y que considera al brasileño uno de los mejores jugadores de la historia reciente. Desde el momento en que le dieron la noticia, su corazón se puso a mil, pero algo más debía acelerarse para el momento en que pudiera verlo cerca.

Sebastián trabaja en el Hospital de la Universidad del Tolima, pero tiene un talento evidente para dibujar que concentra específicamente en jugadores de fútbol. Justamente el primero al que pintó en medio del encierro por la cuarentena del covid-19 fue Ricardo Izecson dos Santos Leite, Kaká. Sin embargo, él quería hacerle otro homenaje a su jugador preferido.

“Kaká es el mayor ídolo que yo tengo en la historia del fútbol”, cuenta emocionado el veterinario dibujante. “Posiblemente es el jugador que me hizo enamorarme del fútbol cuando vi de chiquito sus jugadas en el Milan y en Brasil. Es espectacular, es revolucionario”, dice con ilusión. Y eso que no recuerda haberlo visto campeón con la selección de su país en 2002, el último título de la ‘verde-amarela’. Sus primeros recuerdos son cuando ganó el Balón de Oro en 2007, ese momento cumbre de su carrera deportiva después de ser campeón de la Liga de Campeones.

En los últimos días, Sebastián empezó una maratón de lápiz y papel para tener listo un nuevo dibujo de Kaká, esta vez sobre la camiseta del Orlando City, el equipo de la MLS donde el brasileño fue sensación hasta su retiro en 2017. “No he dormido en cinco noches, para ser sincero, con tal de tener la camiseta lista para entregársela”, le cuenta a SoHo el joven de 23 años.

“Normalmente me demoro más de mes y medio pintando las camisetas, pero después de haberme enterado de esto dije ‘tengo que sacrificarme todo por tenerle la camiseta lista a Kaká’”, dice mientras la sostiene con un gancho y protegida con una funda. Su obra de arte también se la ha dedicado a Falcao, Sergio Ramos, Gareth Bale, Anthony Silva y Adrián Arregui.

La camiseta estaba lista, el primer dibujo doblado y protegido y los pasajes de bus de Ibagué a Bogotá comprados para el 18 de abril, un día antes del evento con Kaká, solo faltaba un pequeño detalle: ganarse una entrada para entrar a la tienda de Adidas en la calle 122 donde podría conocerlo. Y la suerte no estuvo con él. A pesar de hacer una compra y participar en la trivia que había lanzado la marca, no alcanzó entradas.

Por eso, antes de viajar, hizo un intento desesperado y le escribió por Twitter, un mensaje que seguramente se iba a quedar entre los miles que al día recibe el jugador. “Hola @KAKA, he hecho este dibujo y pintura para regalártelas en Bogotá, lastimosamente no gané la posibilidad de conocerte @adidasCO, igualmente te los quiero regalar, ídolo”. El trino se quedó en cinco me gusta mientras él subió al bus.

La travesía no fue menor. “¿Que no había trancón?”, pregunta entre risas Sebastián. “Había demasiados carros para llegar a Bogotá, me demoré ocho horas en el bus para poder llegar”, asegura a las afueras de la tienda donde hace algunos minutos llegó Kaká. Él no lo sabe, solo espera que se le dé el milagro para conocerlo, esos mismos en los que tanto cree el brasileño que es abiertamente religioso.

“Va a haber una mezcla de emociones bastante grandes si lo logro ver”, dice este joven delgado, de abundante pelo y tatuado en sus dedos, que se llevó la mejor ‘pinta’ para engalanar su posible encuentro con Kaká. Tiene puesto un traje negro, corbate del mismo color y camisa blanca. Lo acompaña unos gruesos tenis. “Estoy temblando en este momento solo de saber que estoy tan cerca”, dice antes del primer momento de euforia.

En el segundo piso de la tienda Kaká acaba de ver el trino de Sebastián. La sonrisa perfecta del brasileño sale a relucir. Antes de que comience el evento, él camina hacia la ventana para saludar a algunos de sus seguidores que, como Sebastián, no habían logrado entradas. El joven ibaguereño lo pudo ver y emocionado abre la funda para descubrir la camiseta y enseñársela a su ídolo.

Abajo, Sebastián sigue hablando de la carrera de su futbolista favorito con sus compañeros de causa que visten más informales, con camisetas de la selección Brasil. Todos dicen que ya es hora de que la pentacampeona sume otro título mundial que le es ajeno hace 20 años y coinciden en decir que es más candidato el equipo brasileño que el argentino. En medio de esa conversación les llega la noticia: van a poder entrar a conocer a Kaká. La emoción estalla.

Con más temblores, más nerviosismo y más ansiedad que la que había contado antes, Sebastián sube las escaleras para su anhelado encuentro. Se da la mano con el brasileño, le entrega sus regalos y le pide que le firme una camiseta que llevaba en su maletín negro.

“El putísimo plan”, dice Sebastián después de tomarse la foto con su héroe del fútbol, luego lo escribe en Twitter, donde además publica la imagen que se convierte en su título después del sacrificio de las noches sin dormir y del eterno recorrido en bus. Kaká vuelve a sonreír de oreja a oreja y muestra, como si también fuera una medalla, el dibujo de él mismo celebrando un gol con Milan.

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