Los posibles trastornos que padecía Jeffrey Dahmer

En estos días se ha vuelto a recordar la historia de uno de los asesinos más temidos de todos los tiempos y al mismo tiempo uno de los más “hermosos”, según mujeres de todo el mundo.

De acuerdo con el FBI, los asesinos seriales son personas que matan por lo menos tres veces en un periodo de tiempo corto y aunque no hay relación alguna entre las víctimas, este tipo de crímenes impactan por el sadismo extremo y la necesidad de control que se ejerce contra el o la afectada.

Según esta entidad, estos crímenes son resultado de una compulsión, que puede tener sus orígenes en ciertos desajustes psicopatológicos.

Aunque físicamente no lo demostraba, Jeffrey Dahmer escondía secretos bastante oscuros. Al ser tan tímido y antisocial, pareciera que no escondiera algo, sin embargo, era todo un asesino en serie, un caníbal y un “depravado”.

Este hombre engañó a 17 hombres, en su mayoría morenos, para acabar con sus vidas. Aunque el delincuente siempre aseguró que el primer asesinato había sido un accidente, después de ese nada lo pudo detener.

A medida que fue pasando el tiempo, Dahmer fue aceptando su atracción por los hombres, por lo que comenzó a frecuentar bares gays donde en vez de disfrutar de una noche “normal”, lo que hacía era escoger a sus víctimas.

Después de entablar una conversación con ellos, los convencía de ir a su casa o a un hotel, donde los drogaba a tal punto de quedar inconscientes, posteriormente los asfixiaba mecánicamente, violaba sus cuerpos sin vida o se masturbaba y los descuartizaba.

Este hombre en su momento explicó que los estrangulaba, “porque era la manera más humana de matarlos, la menos dolorosa” y con respecto al canibalismo, explicó que era una forma de que “pasaran a formar parte de él”.

Su propósito era matar el intelecto de la víctima y conservar el cuerpo vivo y obediente (por eso su intento de volverlos zombies), pero el tratamiento que realizaba sobre ellos los llevaba inevitablemente a la muerte. Es decir, no buscaba matarlos, en todo caso, era un efecto no deseado.

Por todos estos crímenes y después de ser descubierto por las autoridades, el hombre fue condenado a múltiples cadenas perpetuas, pero solo pudo cumplir dos, ya que dentro del centro carcelario en el que estaba recluido, fue asesinado por otro compañero.

Como había sido bautizado dentro de la prisión, pudo escoger que lo cremaran, sin embargo, el interés de varios investigadores y de universidades por saber qué era lo que sucedía en su cabeza fue tanto que hicieron todo lo posible por conseguir su cerebro y tratar de examinarlo, pero su padre no dejó que sucediera.

No obstante, en vida, muchos especialistas pudieron descifrar los trastornos de Dahmer, quien fue diagnosticado con un trastorno límite de la personalidad, un trastorno esquizotípico de la personalidad y un trastorno psicótico.