Hay un día en la vida de los hombres en los que decide dar el paso al matrimonio y antes de que lo haga hay que despedirlo como se merece.
Una despedida de soltero. Esa celebración en la que se despide a un amigo, un hermano o un conocido del mundo de la soltería. Para algunos puede ser “echarse la soga al cuello”, para otros, un nuevo capítulo y para algunos más la excusa perfecta para hacer la fiesta de despedida.
Si se piensa en ejemplos, aparece la película Hangover (¿Qué pasó ayer?, en español). La famosa trilogía cuenta la historia de un grupo de amigos que van a hacer la fiesta de despedida de solteros a Las Vegas y lo que se esperaba fuera una fiesta tranquila terminó descontrolándose.
En cada una de las cintas pierden el conocimiento y terminan robando tigres, con la cara tatuada, casándose con extrañas, involucrados con personas poderosas y peligrosas en otras ciudades, entre otras situaciones que parecen poco probables, pero que pueden pasar tras una alocada fiesta.
Este puede ser el sueño de más de un soltero, o del encargado de la fiesta, quién quiere que el que se va a casar liberte todo antes de subir al altar. Estas famosas fiestas son consideradas, dependiendo de la persona, un pase libre para hacer todo lo que quiera como soltero.
Ahora, dejando a un lado la ficción y las riesgosas situaciones de la película, una fiesta de despedida de soltero es una ocasión perfecta para juntarse con amigos, tomarse unos tragos y ver que puede deparar la noche de hombres.
Primer paso
Lo primero que se debe hacer es establecer la fecha en la que se hará la celebración. Después, entre los organizadores, definir si el homenajeado sabrá de la fiesta o todo será parte de una sorpresa que le dejará un guayabo que recordará toda la vida. Una aliada para la fiesta puede ser la novia, quien puede mantener el secreto y organizar la agenda del novio.
Segundo paso
¿Qué se va a hacer? Una de las mejores opciones es, sin lugar a dudas, un viaje con amigos. Tomarse un fin de semana de vacaciones en la playa pude ser perfecto. Días de arena y sol y noches de fiesta junto al mar es un plan ideal para la despedida de solteros.
Otra opción es reservar habitaciones de hotel en la cuidad —para que ninguno llegue a la casa— y organizar una fiesta con todos los juguetes. Tragos, música, invitadas especiales, baile y una “noche inolvidable” puede ser la mejor opción. Al otro día, pueden pasar el guayabo en la piscina del hotel con un buen masaje relajante.
Si buscan una tercera opción, una finca. Un retiro al campo, con amigos, buenos tragos, un excelente equipo de sonido, piscina y comida, pueden ser el plan perfecto para desconectarse de la ciudad.
Tercer paso
El dinero es lo principal. Una vez escogida la actividad, entre los organizadores se debe establecer la cuota, la forma de pago y hacer las reservaciones o pagos por adelantado necesarios para que todo quede cuadrado y sin sorpresas. Además, esto sirve para cuadrar cuentas con antelación.