El temor por las enfermedades de transmisión sexual vuelve a cobrar fuerza por cuenta de la viruela del mono, recién declarada emergencia sanitaria mundial, de la cual el 95% de los casos tienen relación con el contacto sexual, principalmente de hombres homosexuales y bisexuales.
El 17 de mayo de 2017 Juan De la Mar se enteró de que tenía el virus de la inmunodeficiencia humana -VIH- por cuenta de unos exámenes de rutina que debió realizarse. Para ese entonces tenía tan solo 24 años y con toda la vida por delante sintió que el final estaba cerca; como a millones en el mundo la noticia más que físicamente, lo afectó en sus niveles emocional y psicológico por la lucha que sabía que venía y por esa otra certeza que tenemos todos los seres humanos de que no somos inmortales, pero que en su caso, parecía más cercana. “Tenía ese concepto muy ochentero de: ‘me voy a morir’ por tener VIH’”, asegura.
Por estos días en el mundo se enfrenta una amenaza similar a la de hace 40 años, cuando se conocieron los primeros casos de Sida en Estados Unidos. Una investigación de la Universidad Queen Mary de Londres confirmó que es una realidad la relación que existe entre la transmisión de la viruela del mono y las relaciones entre hombres homosexuales y bisexuales pues de los casos analizados en el estudio en 16 países, el 98 por ciento de los infectadas tenían esa orientación sexual y el 41 por ciento de ellos habían dado justamente positivos para VIH.
Ante estos números el autor principal del estudio, John Thornhill, aclaró que “la viruela del mono no es una infección que se transmite sexualmente en sentido tradicional; puede transmitirse a través de cualquier contacto físico cercano. Sin embargo, nuestro trabajo sugiere que la mayoría de las transmisiones han estado relacionadas con actividad sexual, principalmente, pero no de manera exclusiva, entre hombres que tuvieron sexo con otros hombres”.
Hace cinco años, cuando estábamos lejos de saber del covid y mucho más de la viruela del mono, De la Mar le contó a su familia que tenía VIH y empezó su primer tratamiento. Por esos días, se dio cuenta de que sabía muy poco sobre el tema y comenzó a investigar y estudiar. “Comprendí que el nivel de información que teníamos era muy ligado a la muerte. Pero al indagar más descubrí un método eficaz para vivir mejor mi sexualidad”, reveló.
Según él, cuando todos sus allegados se enteraron, comenzaron los comentarios, miedos, críticas, lástima, entre otros obstáculos que tuvo que aprender a tolerar. “Cuando salía con alguien tenía que contarle al principio, con muchos nervios, sobre mi vivencia del VIH, eso también me servía para ‘filtrarlos’. Obtuve reacciones positivas, por supuesto, pero también otras discriminadoras y negativas” cuenta Juan con algo de resignación. “Pero tenía que hacerlo. Es una parte del estigma que debemos vivir. Era como dar una clase de relaciones sexuales en la primera cita”.
Cuando comenzó a ver que había gente que lo lograba asimilar, el siguiente paso era tener conversaciones sobre tener sexo de formas mucho más directas; por ejemplo, poner reglas básicas, como que siempre debían usar preservativo y lubricante. Según explica él, si se rompe el condón existen mecanismos como la ‘profilaxis pos exposición’ que es además utilizada por los médicos cuando por accidente se pinchan con una aguja para evitar cualquier enfermedad. También está la opción de ir al médicos de la EPS con la pareja, para que les expliquen los cuidados y se lleguen a acuerdos en las relaciones sexuales.
“Claro que hay personas que tienen VIH que dejan de tener sexo por años, porque creen que están como manchados, creen que nadie las va a querer, que les van a rechazar o tienen miedo también de hacerles daño a otras personas”, admite De la Mar frente a la prevención que hay frente al contagio. “Esto de tener sexo con VIH es lograble gracias a la consigna ‘Indetectable = Intransmisible’, que quiere decir que cuando tomas el tratamiento de forma recurrente, llegas a un punto en el que el virus no se encuentra en la sangre, ni en los fluidos, su cantidad es muy baja y, por esta razón, no lo transmites”, explicó.
En lo que coinciden quienes viven la experiencia es que lo mejor es encontrar su red de apoyo (familia, asociaciones, medicina científica, investigación, estudios, tratamiento) para tener un impulso y al tiempo lograr que el sistema del cuerpo aumente las defensas en su sangre, de modo que con el tiempo los fluidos corporales sexuales indiquen que se encuentra en una etapa indetectable. Desde hace cinco años esta técnica sobre la no detección del VIH fue avalada por la Organización Mundial de la Salud y así el riesgo de transmisión disminuye. “Darme cuenta de eso fue como un salto, ya no estamos en los ochentas y tener una calidad de vida sexual es posible”, dice Juan entusiasmado, que insiste en esa época pasada de hace cuatro décadas cuando se propagó la enfermedad.
Para el 2018, De la Mar incursionó en la carrera de cine, profesión que decidió utilizar para ‘salir del clóset’ frente a todo el que lo conociera, esa lucha se volvió su carta de presentación y todo su mundo comenzó a girar en torno a cómo vivir con VIH.
“Veo que sigue estando muy presente en la memoria colectiva que nuestra sexualidad la vivamos sintiendo culpa, ya sea con una relación firme u ocasional, que nos sintamos mal porque es muy probable que adquieras un virus”, afirma De la Mar sobre las nuevas alertas lanzadas por la OMS sobre todo a la población de hombres homosexuales o bisexuales por la posibilidad del contagio. “Es vital informarse, leer, buscar información científica y a partir de ahí decidir. Es cierto que hay un porcentaje de casos de la viruela del mono que son ocasionados por transmisión sexual y no por eso hay que dejar de tener sexo”, asegura Juan.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, uno de los motivos que puede llevar a que de momento esta enfermedad esté más asociada a hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres es porque sus síntomas están asociados a otros virus, como la sífilis o el herpes, al tiempo que “este grupo demográfico despliega un comportamiento positivo de búsqueda de atención de salud”, según la entidad.
Las recomendaciones que da la OMS en términos generales para prevenir la transmisión del virus son muy similares a las que ya conocemos frente al covid, que implican distanciamiento físico, uso de mascarillas y lavado continuo de las manos, ropa, sábanas o toallas, sobre todo al contacto con personas sospechosas o confirmadas de tener el virus.
Alexandra Caballero es médica especialista en salud sexual y considera que hay avances que permiten que para las personas con VIH que tienen acceso a tratamientos la vida sea ‘casi inalterable’ tras el diagnóstico, incluso en la expresión sexual”.
Según Caballero, algunos de los contagiados optan por el aislamiento tanto sexual como social, aumentando así los niveles de estrés, depresión, y ansiedad. “A lo anterior, se suma la poca información sobre las diversas maneras de relacionarse sexualmente y el no identificar quién puede brindar información o asesorar en este tema”.
La mayoría de las intervenciones médicas que se dan frente al VIH se centran en prevenir la transmisión del virus a otros, además de priorizar a los hombres que tienen sexo con hombres, invisibilizando a otros grupos poblacionales que viven con el virus, como las mujeres, las personas trans y la población que tiene prácticas heterosexuales en general. “Como se puede ver, la experiencia de la vida sexual no se contempla dentro del tratamiento clásico del VIH, ni en las campañas de comunicación e información sobre el tema, desconociendo a la actividad sexual y al placer como parte importante de la calidad de vida de todas las personas”, explicó Caballero.
Del mismo modo, indicó que las buenas noticias como las que se presentan en estudios recientes como el PARTNER 1 y 2 realizados en 972 parejas de heterosexuales, hombres gays, bisexuales o de hombres que tienen sexo con hombres, en las cuales uno de ellos era seropositivo y el otro seronegativo. Luego de ocho años de seguimiento, dieron evidencia de la no transmisión del VIH cuando la carga viral estaba por debajo de 200 copias/ml, que es una supresión sostenida del virus. Esto significa que cuando se está en tratamiento, no se interrumpe y la carga de virus es indetectable, entonces, el virus es intransmisible; por lo que se puede afirmar que el tratamiento es una de las estrategias de prevención: indetectable es igual a instransmisible, como lo concluye ONUSIDA.
“Es por por esto que los activistas y los profesionales de la salud queremos que se vea a la infección por VIH como una enfermedad crónica ‘como cualquier otra’, en la que se puede experimentar una vida sexual placentera, libre de riesgos y de violencia, reconociendo que la sexualidad se expresa en pensamientos, deseos, fantasías, erotismo, placer y las relaciones sexuales de diferentes tipos”, enfatizó la médica Caballero.
1. Por transmisión sexual oral, vaginal o anal sin preservativo.
2. Vía vertical, es decir una madre VIH positiva que le transfiere al hijo la condición.
3. A través del contacto con agujas, jeringas, máquinas de afeitar, alicates, piercings y agujas para tatuar.
Estas formas de transmisión son muy específicas y no incluyen el contacto son saliva o sudor. Además en todos los casos si la persona se encuentra Indetectable, recordamos que no transmite el virus.
Si es su caso o conoce a una persona que dio positivo para VIH, puede acudir a las siguientes redes de apoyo:
-Asociación Lila mujer
-Fundación Más que tres letras
-jovenespositives.com
-Red de Jóvenes Positivxs de Latinoamerica y el Caribe Hispano