El sexo funciona de la misma manera que una droga. Acá le explicamos a una mujer por qué sus hormonas tienen mucho que ver en su deseo sexual.
El sexo es como una droga natural y sus efectos logran que nuestro humor mejore. Esto pasa, en gran parte, gracias a que la excitación y los orgasmos liberan hormonas —dopamina, prolactina, oxitocina…— que llenan el cerebro de adrenalina y, por consiguiente, de sensaciones emocionantes. (¿Realmente se disfruta el sexo con una ninfómana?)
Un estudio de la Universidad Bar Ilan, en Israel, descubrió que las personas que tienen sexo frecuentemente absorben el doble de oxitocina que las que solo lo practican esporádicamente. Y la liberación constante de esta hormona logra no solo una sensación de tranquilidad, sino una mayor motivación para seguir teniendo sexo.
También es importante que tenga en cuenta las fluctuaciones hormonales que sufre su cuerpo durante el ciclo menstrual: es normal tener un aumento en su deseo sexual justo antes de la ovulación y que este disminuya después de la menstruación. (10 datos de las ninfomaníacas)
Y como la comunicación suele ser la clave para resolver muchos conflictos sexuales, cuéntele a su novio qué le está pasando y propóngale que utilicen el sexo como un medicamento para la buena actitud.
No se le olvide que la mayoría de los hombres se alegra cuando su pareja quiere más sexo; si ese no es su caso, le recomendamos que visiten a un especialista en la materia.