Código del Sexo Anal. El que lo va a hacer tiene que ser muy buen amante, pero si no lo ha hecho, tranquilo, aquí le decimos cómo. Por Carmen Larrazábal.
La psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja Carmen Larrazábal (@drcarmenrcn) al que no arregla, lo divorcia, como ella misma dice, por eso y por su conocimiento y talante a la hora de hablar de sexo me tomé un tinto con ella para charlar sobre uno de los temas tabú, por lo menos en este país: el sexo anal, y evitar que por desconocimiento usted termine sacando una cita con la doctora Larrazábal porque cree que está loco cada vez que le entran ganas de meterlo “contra natura”.
“Al que le gusta le sabe” dice Larrazábal, no hay distinción de gustos entre hombres y mujeres en esta práctica, sería muy injusto determinar para quién es o no benéfico, lo que sí se puede estimar es que son los hombres los que en su mayoría piden y las mujeres las que se rehúsan, ya sea por el machismo cultural que se centra en que la única penetrada sea la mujer (en parejas heterosexuales), cuando lo cierto es el sexo anal debe ser visto sin ningún tipo de distinción de género.
El sexo anal no es de gusto exclusivo de las parejas gay, según la doctora Larrazabal el 8% de la población mundial lo practica y el 25% de parejas heterosexuales (en Estados Unidos) han tenido sexo anal.
“El que fracasa la primera vez en el sexo anal está llamado al exterminio inmediato de esta práctica. Muy pocas personas vuelven a intentarlo. El que lo va a hacer tiene que ser muy buen amante”, y mientras la doctora me cuenta esto, pienso que no puede recaer tanta injusticia sobre el que se equivoca la primera vez, ¡no sabe!, pobre, por lo que le propongo a Larrazábal hacer una obra de caridad por los aprendices de la cama y crear un Código del Sexo Anal para que el que quiera, lo pruebe, pero correctamente:
Código del sexo anal:
- El sexo anal mal hecho irrita el esfínter anal y el canal anorrectal, causa mucho dolor debido a que el ano tiende a ser deshidratado y necesita ser lubricado para permitir una penetración adecuada, por lo que siempre se deben usar cantidades alarmantes de lubricante.
- Usar el lubricante adecuado. Un mal amante se deja caer cuando aplica vaselina, saliva o aceites aromáticos. Se debe ser muy cuidoso con los lubricantes, nunca uno a base de petróleo.
-A esta practica se le debe dedicar tiempo, tanto para hacerlo como para aprenderlo a hacer, no es un “rapidito” o un “mañanero”. Recomendable tener un juego previo de 15 minutos y una penetración de 10 minutos. Si le duele mucho a la mujer, disminuya el tiempo de penetración a 7 minutos, si va a ser menos de eso, como dice Larrazábal, mejor cómprese un parqués.
-Comenzar con una manipulación digital en el ano para estimularlo y relajarlo.
- Siempre se debe usar condón para facilitar la penetración. Y OJO: jamás usar el mismo condón con el que se penetró el ano para la penetración vaginal.
-Nunca se ponga agresivo, no saque su animal interior, este no es un dramatizado de una película porno y el dolor para el que recibe la penetración puede ser insoportable. Deje ese pensamiento machista de que “si no se lo hago con fuerza va a pensar que soy un mal polvo”. Una practica agresiva sin control puede dejar afectaciones psicológicas.
-No tenga sexo anal si usted no tiene buena comunicación con su pareja, la comunicación también es un lubricante, uno natural, ya que la confianza en el otro ayuda a la relajación corporal, del ano, a que se dilate el esfínter.
-Respete el NO, si su pareja dijo que no le gusto, que no quiere intentarlo más, no presione, respete los límites. Cuando hay presión, física y psicológica, se inundan de sangre los colchones hemorroidales y si hay penetración se puede salir uno de esos colchones.
-No practicar nunca el sexo anal cuando esté enfermo, así tenga una simple gripa. La zona anal tiene un gran contenido de glóbulos blancos (encargados de las defensas del cuerpo) y al hacer penetración se puede afectar el sistema inmune y hasta el estado de ánimo. Cualquier enfermedad se puede complicar. Deje de lado esas arrancadas que le dan de “no importa, es un simple catarro, vámonos por la destapada, por ditroit, no pasa nada”. No.
-La mayoría de las veces es el hombre el que disfruta del sexo anal por la sensación de estrechez, sin embargo, si la mujer está correctamente lubricada la penetración puede ser una experiencia alucinante, pues anatómicamente el ano y los músculos del vientre están diseñados para expulsar y no para recibir, y cuando el pene entra por esta vía la mujer no tiene cómo sostener, este juego psicológico tan complejo, de querer controlar y no poder, llega a ser de gran placer, un orgasmo diferente.
-La higiene es fundamental: se debe tener depilada la región, limpia (sin residuos). Respete a su pareja, báñese bien el ano antes de tener sexo (puede practicarse un enema) y ese día coma bien (arroces, cereales, fruta y vegetales) para evitar la flatulencia. Si bien el sexo planificado puede perder todo tipo de gracia, en esta práctica se hace necesario o aténgase a las consecuencias.
Muchas de las personas que practican sexo anal no lo asumen, “porque son morrongos, porque en este país no nos alarmamos con la violencia y sí con el morbo de una persona que dice que practica el sexo anal, se escandaliza todo el mundo, qué tristeza. Este tema debe dejar de ser visto como una práctica sucia o de pensar que el que lo hace es un pervertido”, dice un poco enojada la doctora, mientras me termino el tinto que me sirvió el moreno de ojos miel, que viéndolo bien tiene cara de buen amante.