El senador de Alianza Verde, Jota Pe Hernández. | Foto: SoHo

Protagonistas

Jota Pe Hernández, el senador abstemio: “solo he olido la cerveza y no me gustó”

Por: Ricardo González Duque

Mientras camina por la Plaza de Bolívar, el senador ‘youtuber’ asegura que no toma licor, en momentos en que uno de sus colegas enfrenta un escándalo por alcoholismo y se propone la increíble “ley seca” para congresistas. Además, recuerda la tragedia familiar que aún hoy define su vida.

El consumo de alcohol, dependiendo de su nivel en la sangre, genera diferentes reacciones en los seres humanos, según explican los médicos. Empieza por la desinhibición, como la que tuvo María Fernanda Cabal cuando se tomó una copa de aguardiente en los pasillos del Congreso; siguiendo con las dificultades en la pronunciación, como la que tuvo Gustavo Petro en tarima cuando habló de “la capital roja de Colombia” en la campaña pasada, después de beberse unos whiskys en Girardot; llegando a un deterioro motriz y hasta la confusión, que fue lo que le ocurrió recientemente al senador Álex Flórez a la entrada de su hotel en Cartagena.

El alcohol se ha tomado de a poco la política, en un coctel difícil de pasar. Sin embargo, estas advertencias sobre los cambios en el comportamiento de los ebrios no hacen parte de la ignorada publicidad “elexcesodealcoholesperjudicialparalasalud”, sino de la realidad de unos 2.5 millones de colombianos que tienen un consumo nocivo de alcohol, como lo llama la OMS. Entre ellos están algunos líderes políticos.

De ahí que el presidente del Senado, Roy Barreras, pidiera ley seca para los congresistas cuando se van a las regiones a trabajar. No consumir licor mientras están en labores era algo que se supone era una obviedad, pero ya vimos que no lo era tanto. “Hay que, seriamente, (¡dijo “seriamente”!) Proponer que en los encuentros parlamentarios regionales haya ley seca para los congresistas”, planteó el volátil senador ante lo sucedido con su colega de bancada, el primíparo senador Flórez. Y concluyó con una perogrullada: “la gente viene a trabajar y no a beber (…) el alcohol es pésimo consejero”.

Muchos de los honorables parlamentarios pueden estar bajo el mismo riesgo de Flórez y terminar haciendo alguna estupidez -o ilegalidad- por tomar trago, pero quizá uno no. Jonathan Ferney Pulido Hernández es el nombre de pila del ‘youtuber’ que se hace llamar Jota Pe Hernández quien llegó al Senado con apenas 30 años; es el más joven allá, lo sigue justamente Flórez que tiene 31 años, pero de él se diferencia por lo menos en dos cosas: consiguió votos a nombre propio, no en una lista cerrada y no consume licor, absolutamente nada. O por lo menos eso dice.

“Es algo que casi no me creen, pero nunca me he tomado una sola cerveza en mis 30 años”, me dice mientras caminamos por la Plaza de Bolívar hacia el edificio del Congreso donde tiene su oficina. Puedo parecer un alcohólico al impresionarme tanto con su estilo de vida abstemio, por lo que lo tiento al decirle lo rica que es una ‘pola’. Él simplemente apunta a responder: “Solo la he olido y no me gusta”.

El santandereano se posesionó como congresista el 20 de julio. | Foto: Facebook Jota Pe Hernández.

La doble visión, la ataxia (pérdida de control y coordinación muscular) y la verborrea (el exceso de habla) son otros efectos del alcohol en los seres humanos. A ese último le tiene miedo Jota Pe: “Como político, qué tal que yo me llegue a emborrachar y empiece a decir todos los nombres de los políticos que hacen parte de la fauna. ¿Usted se imagina una vaina de esas? Les voy a decir quién es el lagarto, quién es el camaleón. No hermano, me meto en problemas”, va contando entre risas mientras continúa caminando.

Y es que unos metros antes le había leído una lista de animales para que los compara con sus colegas: lagartos, zorros, osos perezosos, ratas, tortugas, delfines, camaleones y aunque dijo que todos habitaban en el Capitolio, no se atrevió a dar nombres. Solo me agregó uno al listado: el delicioso pulpo. “Me he encontrado a un senador que tiene varios brazos. Es amigo de uno porque le da esto, del otro porque le da aquello y así”, dice mientras se mueve imitando los tentáculos.

Escándalo es una palabra muy recurrente entre los congresistas, ya sea por los de corrupción como los de la vida diaria, muchos de ellos movidos por el licor. Así que Jota Pe bromea con otro tipo de revuelo que él le podría causar al país: “Mi primer gran escándalo va a ser cuando me empelote en SoHo. Que digan ‘ese hombre tiene tremenda “arma” para luchar contra los corruptos’” y suelta otra carcajada. La verdad es que no es solamente una broma, él casi no acepta esta conversación porque pensó que yo lo estaba buscando para proponerle un desnudo en la revista. Le aclaro que no, que tranquilo, que no le habríamos hecho ese daño a los lectores.

En Colombia la ingesta de licor por persona es de aproximadamente 36 litros, pero el consumo cero del senador ‘youtuber’ reparte ese número en otros que seguramente se pasan esa cifra de lejos. Vestido completamente de negro: tenis, pantalón, camiseta y chaqueta del mismo color -aunque a veces se pone la corbata de presentador de televisión para grabar sus videos- hace una reflexión sobre el origen de su sobriedad: “Los papás son los que van dando libertades, permitiendo que uno conozca y ellos no me dejaban, como que me encerraron también. ‘Usted no puede salir’, me decían, entonces nunca probé el alcohol y ahora ya no quiero”, lo dice tranquilo, sin ningún reproche a ellos por esa sobreprotección.

Su vida en familia por supuesto que va más allá de la decisión de no tomar licor, incluso esa es una historia marginal frente a la que realmente lo impactó y que hasta hoy, según reconoce, no ha podido superar. Sucedió cuando vivía con sus papás y sus dos hermanas en un barrio de invasión de Bucaramanga, un ‘ranchito’ como lo llama él, construido de tres materiales: zinc, madera y plástico negro. Una noche en la que arreciaba un aguacero, el contacto de la persistente lluvia con el techo de zinc generaba un ruido estruendoso que causó el llanto desesperado de Ruth, su hermanita menor quien tenía 2 años y medio. La tormenta causó además el corte de luz, lo que acentuó aún más el lloro de la pequeña.

Una vela fue la solución que encontró doña Myrian, la mamá, para iluminar el lugar, conseguir calmar a Ruth y que todos pudieran dormir tranquilos, pero la luz se convirtió en llamas y luego en tragedia cuando quemó en cuestión de segundos el toldillo de la cuna de la niña. “El fuego envolvió a mi hermanita, mi madre metió sus brazos para sacarla cuando escuchó ese llanto tan impresionante, pero la niña no aguantó y falleció con un 95% de quemaduras en su cuerpo”, relata Jota Pe con visible dolor, ese que solo da ganas de expresarlo con lágrimas, pero él se contiene, pareciera meter toda esa fuerza que ha llevado en estos 25 años para no llorar.

“Lo que recuerdo después es la sala de velación y el cementerio. Cada vez que pasamos por ahí recordamos ese sepelio”, dice Jota Pe aún conteniéndose. A la pérdida de Ruth ahora se sumaba la del ranchito que quedó vuelto cenizas, la ropa y lo poco que tenía la familia Pulido Hernández. Algunos consideran que lo único bueno de tocar fondo, como les estaba ocurriendo en esa dolorosa combinación de muerte y pobreza, es que ya no se puede estar peor. Y lo cierto es que desde entonces empezaron una carrera de ascenso, no en cohete por supuesto, sino en una durísima escalada que les dio sus frutos.

El senador Jota Pe Hernández, uno de los congresistas más votados | Foto: NO

Acompañó a sus padres a vender ropa usada puerta a puerta, después lo hizo ofreciendo calzado, cargó bultos desde las 5 de la mañana, fue mesero y muchas veces en ese difícil camino se iba a dormir aguantando hambre. “Tenía que conocer toda esa necesidad para saber lo que le duele a un colombiano estar en la pobreza”, cuenta caminando por un pasillo en el que uno y otro lo llaman “Senador” y promete, a pesar de llevar ese cargo, que nunca veremos a un Jota Pe corrupto. Solo el paso del tiempo lo dirá.

El sueño de convertirse en Pirry, ese periodista al que veía en las noches cada fin de semana mientras otros a su edad estaban de rumba, lo llevó a estudiar Comunicación Social aunque por temas económicos se retiró, así que para saciar su deseo de presentar noticias terminó creando su canal de YouTube, el mismo que le cambió la vida a él y su familia porque al cabo de unos años le empezaron a pagar hasta 80 millones de pesos en un mes y pudo comprarse la camioneta último modelo, como él mismo confiesta. Esa plataforma fue la que al mismo tiempo lo puso en el radar de tres partidos políticos que le propusieron ser candidato al Congreso.

“El que más pensaba que era una locura ser senador era yo”, recuerda Jota Pe que fueron justamente sus familiares los que le decían que no tenía nada que perder, aunque él supiera al mismo tiempo que entrar al Congreso le iba a quitar tiempo y paz con María Camila, su esposa y Daniela, su hija.

Después de una serie de videos contra Maduro, después contra Uribe y luego contra Duque, el ‘youtuber’ político ganó fuerza en varias regiones del país y en junio de 2021 por primera vez pensó que sí quería ser senador, aunque aún lo veía como el sueño de Pirry. “El 13 de marzo (día de las elecciones) estaba tirado en la alfombra del apartamento de un amigo y él me preguntó cuántos votos creía que iba a sacar y yo le respondí ‘yo creo que yo me quemo’”. La expresión es la típica que se usa en Colombia para burlarse de los candidatos que no salen electos, pero con su tragedia familiar tenía otra connotación mucho más dolorosa que por fortuna esta vez no se repitió ni siquiera en sentido figurado.

Jota Pe ganó, pero naturalmente no brindó por la victoria. Y seguramente tampoco dirá ‘salud’ con algunos de sus colegas congresistas, que no lo deben estar queriendo mucho por su proyecto de bajarles el sueldo, por lo que hubieran preferido los definiera como el peor animal, pero no que les quitara platica. Quizá mucha para la bebida. Pero si el ‘youtuber’ logra bajarles 11 millones de pesos de pago mensual, como está en su iniciativa, alguna ‘pola’ tendrá que destapar para celebrar.

CONTENIDO RELACIONADO

Protagonistas

El matrimonio por Tinder de Luis Ernesto Gómez

Protagonistas

La excombatiente de las Farc que cambió el teatro de la guerra por el de la actuación

Protagonistas

El sueño del gurú del golf en Colombia

Protagonistas

¿Qué se siente no jugar el Mundial en Qatar?: La respuesta de Luis Díaz