“Un país donde es más fácil entender los memes que entender la política”, esa frase resume el sentido de estos cuadernos que retratan las equivocaciones de los políticos. Dele una mirada y cuéntenos cuál es su Memebook favorito
Tal vez la primera vez que los jóvenes de esta generación usaron un meme político en Colombia fue contra María Fernanda Campo, la ministra de Educación del primer gobierno de Juan Manuel Santos, quien presentó una reforma que a juicio de los estudiantes iba a privatizar la educación superior en el país.
Cuando la presencia de Facebook ya se había consolidado, Twitter surgía como una novedosa herramienta y los smartphones apenas eran un lujo importado, un grupo de estudiantes lanzó una pieza inolvidable: a la derecha la ministra Campo, vestida de rosado, en una transmisión del canal Institucional; y a la izquierda, ataviada del mismo color, Dolores Umbridge, la odiada profesora que castigaba y torturaba a Harry Potter. No había que poner nada de texto, el paralelo resumía la rabia, indignación y odio que generaban las dos.
Con Jaime Garzón frente a los televisores en los años 90 no se necesitaban memes para burlarse de los políticos, pero con él asesinado, con aplicaciones facilitando el diseño de estas piezas y con personajes dando papayazos por montones, el humor iba a estallar para condensar en una imagen la embarrada de una figura pública.
Así nace Memebooks, la marca de Sebastián Solano, un politólogo de la Universidad Javeriana que trasladó las burlas de las redes sociales a los cuadernos y está intentando explicar nuestra realidad macondiana a través de diseños basados en frases absurdas de los políticos.
“Esto se trata de crear polémica y debate sobre hasta qué punto podemos aceptar cuestionar esas embarradas de los políticos. La memoria del ser humano, no solo de los colombianos, es a corto plazo y puede que un político la embarre, pero volvemos a votar por él”, explica Solano desde su apartamento en Chapinero, donde tiene una improvisada planta para diseñar y enviar los pedidos de cuadernos que le hacen en todo el país.
“Mk, cuál tarea”, con la cara del expresidente Uribe; “estudien vagos”, con el rostro de María Fernanda Cabal; “Te quiero…expropiar”, con la figura del presidente Petro; “esa tal tarea no existe”, recordando la frase del expresidente Santos o “Qué notas tan chimbas”, con una foto malacarosa de Germán Vargas Lleras, son algunos de los diseños que lideran la preferencia de quienes piden los Memebooks para llevar a clases o simplemente para coleccionar.
“Es gratificante porque el logro de esta marca, que no define el éxito en las ganancias sino en el impacto en las nuevas generaciones”, asegura Sebastián, mientras recuerda que fue con 50 mil pesos que encargó su primer producción artesanal de cuadernos, que al comienzo era un adhesivo que se pegaba a la pasta de un cuaderno tradicional.
Los políticos protagonistas de los Memebooks han tenido que resignarse a aceptar las burlas y críticas porque con sus embarradas se merecieron un lugar en el maletín de miles de estudiantes en el país. “Ha sido muy cómico porque ellos mismos tienen su cuaderno. Sergio Fajardo, Enrique Peñalosa, María Fernanda Cabal, Juan Manuel Santos y hasta miembros del Centro Democrático tienen cuadernos de Uribe”, cuenta Sebastián emocionado. “En una de las convenciones de Cambio Radical, el director del partido me hizo un pedido grande para regalarlos a los congresistas, incluido Germán Vargas que lo recibió muerto de la risa”.
Aunque para Memebooks -y en realidad para cualquier memero del país- la ausencia de Iván Duque implica un bajonazo en la producción de estas piezas, la colección no se agota. “De qué me hablas, viejo” “Así te querí” o “Polombia”, marcaron la presidencia de Iván Duque: “Fue uno de los mayores inversionistas de ideas para esta marca”, ironiza Solano.
Muy cerca de su récord de memes está el presidente venezolano Nicolás Maduro, pero también el de México, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, en la colección 2023 Sebastián quiso ampliar la mirada a la cultura popular y por eso está vendiendo cuadernos del “Qué mirá, bobo. Andá pa’ allá” de Messi o “Las mujeres no lloran, las mujeres facturan”, de Shakira.
En esta conversación con SoHo, Sebastián habló de la internacionalización de la marca y de los otros cuadernos que han marcado la colección como los de Verónica Alcocer, Karen Abudinen o Jennifer Arias.