El crimen se resolvió gracias al ADN encontrado en una colilla de cigarrillo que estaba en la ropa de la joven.
Las noticas son aquellas que permiten que las personas conozcan y recuerden su realidad. En estas aparecen los hechos que ocurren en el mundo. Sea bueno o malo estas se informan en medios y redes sociales. Entre la diversidad aparecen los asesinatos.
Quitarle la vida a alguien es algo muy familiar en nuestra condición de seres humanos. Los asesinatos son protagonistas en las películas de diversos géneros y en la vida real. En el caso de la ficción, estos se resuelven de una u otra forma, pero en la vida real no siempre pasa o no tan rápido como se espera.
Un ejemplo de esto es el caso de Rita Curran, una joven que fue estrangulada hace 50 años y que hasta este 2023 encontraron el ADN del presunto asesino en una colilla de cigarrillo que estaba entre su ropa.
En 1971 la compañera de casa de Rita Curran la encontró estrangulada en su habitación. Aquella misma noche, su vecino, William DeRoos, habría tenido una fuerte discusión con su esposa y para evitar que las cosas pasaran a mayores salió a dar un paseo.
Dos hechos completamente ajenos a simple vista, pero se relacionan más de lo que se puede llegar a pensar. Según un informe de investigación de la policía de Burlington, el hombre salió de su casa y horas después, esa misma noche, apareció el cuerpo de Rita sin vida.
El cuerpo de la joven fue hallado con señales de haberse resistido a su agresor, pero no era seguro quién había sido el responsable. DeRoos y su esposa fueron interrogados la mañana siguiente y aseguraron haber estado juntos toda la noche.
Este martes, la policía dio una rueda de prensa y revelaron que William le había dicho a su esposa que la versión oficial era que ambos habían estado juntos aquella noche, pues si cambiaban la versión, lo podrían investigar y por sus antecedentes penales lo hubieran podido encarcelar.
Los años pasaron y el crimen de Rita quedó en la carpeta de “sin resolver”. El panorama cambió en 2014, hace 10 años, cuando encontraron una colilla en la escena del crimen y analizaron el ADN que estaba en la misma. Sin embargo, la muestra no coincidió con nadie de la base de datos, es decir, el dueño no había cometido ningún delito antes.
El caso volvió a quedar así hasta 2019, cuando volvieron a investigar el asesinato de Rita. La clave para empezar la investigación fue considerar que este acababa de ocurrir por lo que un grupo de investigadores se reunió para trabajar en resolverlo.
El equipo comenzó a analizar de nuevo las pruebas, pero esta vez con las herramientas tecnológicas que existen en la actualidad. Lo principal fue investigar el cigarrillo para determinar quién era el dueño de la colilla y hallar la identidad del sospechoso principal.
Un experto externo en genealogía genética concluyó que el ADN del cigarrillo tenía conexiones importantes con familiares de DeRoos, aquel vecino que aseguró no haber salido la noche del asesinato de su casa. Lastimosamente, el sospechoso no pudo asistir a ser interrogado, pues falleció en 1986 por una sobredosis.
Los detectives encontraron a un hermanastro del sospechoso y le pidieron una prueba genética para comprobar las pruebas encontradas. El informe demostró que el ADN coincidía con los genes del pariente de William.
La prueba reina fueron rastros encontrados en la chaqueta de Rita, la cual había sido desgarrada la noche de su muerte. La colilla y el abrigo tenían el mismo ADN, lo que significa que al coincidir con el pariente de DeRoos, todo indicaba que había sido él. Después, su esposa de aquellos años admitió que había mentido sobre la coartada de su pareja.