El sueco se despidió del fútbol entre lagrimas el pasado domingo 4 de mayo en su amado Milán.
Zlatan Ibrahimovic, un nombre que retumba en el mundo del fútbol como pocos. Este sueco era un astro en la cancha y toda una celebridad con sus picantes declaraciones, con sus ideas y con sus espectaculares jugadas. Como un ejemplo de esto su famosa chilena en el partido de Suecia ante Inglaterra que se convirtió en uno de los mejores goles del 2012.
Este domingo 4 de junio, Zlatan sorprendió al mundo al dar la noticia de que se retiraba el fútbol como profesional. Con una emotiva despedida, Ibra fue homenajeado por el Milan, equipo en el que estuvo desde 2020, procedente de Los Angeles Galaxy.
En el estadio Giuseppe Meazza se jugó el partido entre el Milan y el Hellas Verona por la última fecha de la liga, encuentro que finalizó 3-1 a favor de los dirigidos por Stefano Pioli. Este escenario fue en el que Zlatan le diría adiós al deporte que lo convirtió en una estrella.
Con lágrimas en los ojos, los fanáticos que vieron al rey marcar por ultima vez en ese partido, le hicieron mosaicos y le agradecieron por todo lo que hizo con la camiseta del grande italiano. Por su parte, el club le dio la camiseta de honor y sus compañeros le rindieron homenaje en un pasillo de honor.
El astro del fútbol no tuvo una infancia fácil, pero se dice que esto fue precisamente lo que lo convirtió en la leyenda que es y que seguramente será en la historia del fútbol. Ibra fue criado en Rosengard, un barrio marginal de Suecia. Fue allí donde forjó su carácter y se puso la meta de cambiar su vida para siempre, y lo logró.
Nació el 3 de octubre de 1981 en Malmoe. Su padre, Sefik, era un albañil y encargado de mantenimiento, es de origen bosnio-musulmán que emigró a Suecia en 1977. Su madre, Jurka Gravic, croata de ascendencia albanesa, llegó también como emigrante a territorio sueco y se dedicaba a limpiar casas.
Durante su niñez, fue objeto de burlas para los demás niños por ser bajito, por un seseo en su forma de hablar y por su nariz . Además, ser dedicó a robar bicicletas después de que le quitaron la de él, una a la que llamaba “Fido Dido” y la había heredado de su hermanastro.
Años más tarde, aseguró que: “acabé siendo un pequeño diablillo muy hábil (...) Siempre me preguntan qué habría hecho de no ser futbolista y no tengo ni idea. Quizá habría acabado siendo un delincuente”.
Además, Zlatan recordaba que el afecto no era algo que existiera en su casa por lo que debió aprender a enfrentarse a la vida solo. “Nadie preguntaba ‘¿qué tal te ha ido en el día, Zlatan?’. Eso no existía. No había ningún adulto que ayudara con los deberes o que preguntara por los problemas que pudiéramos tener. Había que enfrentarse a las cosas solo. Si alguien te trataba con crueldad, no valía lloriquear. Había que apretar los dientes. Reinaba el caos, peleas y recibí una buena cantidad de tortazos”, aseguró en su libro Soy Zlatan.
Pese al difícil panorama que enfrentaba en su realidad entre la escasez, el maltrato y la discriminación, Ibra empezó a jugar fútbol en el colegio, sin embargo, sus famosos cabezazos a los rivales lo metían en aprietos cada vez que se calentaba el partido.
Al primer equipo al que llegó fue MBI (Malmoe Boll & Idrottsförening), pero empezó a tener problemas con los padres de otros niños. Fue entonces cuando se fue a Balkan, y allí vieron su talento y le dijeron que fuera al Malmoe. después de jugar en este equipo y lidiar con los señalamientos de sus compañeros por su estatus social, Zlatan llegó al Ajax.
Su compleja personalidad lo llevó a tener problemas con sus compañeros y hasta entrenadores, pero su fútbol dejaba a más de uno callado. Después del equipo de Países Bajos pasó a la Juventus en donde estuvo del 2004 al 2006. De Italia pasó al Inter de Milan hasta el 2009. De aquí pasó al Barcelona hasta 2011 y de aquí se fue a su primera etapa en el Milán hasta 2012. De Italia saltó a Francia con el PSG hasta 2016 y saltó al Manchester United del 2016 al 2018. Los últimos dos fueron Los Ángeles Galaxy y su regreso al Milan, donde colgó los guayos.
Esta es, sin lugar a dudas, una de las frases más famosas del sueco y por lo que se le ha catalogado de arrogante, orgulloso y egocéntrico. Puede que se lo sea, pero su fútbol habló por él miles de veces y demostró que era un león, como también se hacia llamar.
La vida de Zlatan estuvo marcada por polémicas deportivas y personales, pues se iba en contra de los rivales y de las hinchadas cada vez que sentía la necesidad de hacerlo. Por ejemplo, una vez criticó a los del PSG (2012-2016) después de que lo abuchearon y él dijo “Exigen mucho. Es raro teniendo en cuenta lo que tenían antes. Porque antes, no tenían nada”.
También aparece el supuesto romance que habría tenido con Gerard Piqué en sus años en el Barcelona (2009-2011). De hecho, hace poco Piqué habló del tema en After Kings, un programa de Twich junto a Ibai Llanos.
“En esa foto estamos en el parking del club. Está mi coche y está la prensa. Que me podría comer la boca con Zlatan, pero no en el parking del club. La foto está totalmente sacada de contexto. Lo mejor de todo, fue la reacción de Zlatan”. La respuesta del sueco cuando le preguntaron por la instantánea fue: “no, no, ven tú con tu hermana ahora a casa y demostraré que no soy gay”.
Los momentos de Zlatan son demasiados que no se podría decir cuál fue el mejor de todos y que él mismo se encargó de escribir su propia historia y de llegar a donde quería y más allá. De hecho, hasta retó a la edad al seguir jugando como delantero hasta los 41 años de edad y cerró su carrera profesional asegurando que “cuando me desperté llovía, me dije a mí mismo que incluso Dios estaba triste”.