SoHo habló con Rafael Poveda, quien relató lo que sintió al entrevistar a uno de los mayores asesinos seriales que ha existido en el mundo.
El nombre de Luis Alfredo Garavito es sinónimo de horror y frialdad. Un hombre que pasa sus últimas días, por así decirlo, en una celda de máxima seguridad y que ha sentido el desprecio de millones de personas en el mundo por los crímenes que cometió contra decenas de niños.
Garavito se mimetizó en el papel de un buen hombre y, con la dulzura que aparentaba, logró engañar a cientos de niños inocentes que, debido a la precariedad en la que vivían, cayeron en sus fauces y perdieron la vida. Este hecho dejó claro que la justicia de este país es ciega, sobre todo cuando se trata de las personas menos favorecidas.
Para periodistas y escritores, los crueles asesinatos que cometió Garavito en Colombia siempre han sido objeto de investigación. Solo en unas cuantas ocasiones este hombre, que ahora padece de cáncer, ha concedido entrevistas. Por eso, para Rafael Poveda fue todo un reto lograr hablar con uno de los sujetos más peligrosos que ha nacido en nuestro país.
En diálogo con SoHo, Poveda revela que la entrevista se dio gracias a un periodista suyo. “Tengo un periodista que para esa época tenía 18 años que me hacía reportajes para Testigo Directo y en enero de 2020 yo estaba en una feria audiovisual en Miami y recibo su llamada. Me dice: ‘tenemos a Garavito’”.
En el momento en que el reconocido periodista recibe esta noticia estaba junto a un cineasta colombiano, Gustavo Nieto Roa, “le digo: ‘Gustavo, tenemos a Garavito’ y lo primero que me dice es: ‘tienes que hacer un libro, pero debe tener ficción porque esa es la base de un libreto para una serie o película’”.
En febrero del 2020, Garavito recibe a a Rafael Poveda junto a su joven periodista. “Estuvimos en la celda con él y recuerdo que nos ofrecía tinto y galletas. Se mostró como una persona amable. En medio de la conversación se presentaron muy pocas preguntas y muchas respuestas. Ese día estuvimos durante cinco horas y salimos convencidos de que era una historia que teníamos que contar”.
Poveda relata que Garavito tiene leucemia y cáncer en el ojo izquierdo, por eso se le ve muy acabado. “Tiene tantos secretos que no se puede ir con ellos a la tumba”. El periodista revela que lo impresionó mucho la actitud de este asesino serial, pues se comunicaba muy bien y tenía gran poder de convencimiento, como un culebrero.
También le llamó la atención la manera en la que Garavito relataba cómo engañaba a los niños para así violarlos y luego matarlos. “Recuerdo cuando nos reveló que en medio de una manifestación política iba una mamá con una niña y un niño y los llevaba de la mano, Garavito se fue detrás de ellos como acechándolos y comenzó a hacerle muecas a uno de los pequeños, y en un descuido logró llevarse a ese niño, se lo llevó en un segundo”.
Pero no solo ese relato le puso los pelos de punta a Poveda, también cuando aseguró que en Colombia no importan los niños y que en el país hay cientos de Garavitos en este momento. También lo dejó desencajado el frío relato de Luis Alfredo en el que resalta lo fácil que fue para él estar en 14 departamentos, como nómada de pueblo en pueblo, matando a niños.
En medio de la entrevista, Garavito mostró mapas donde se encontraban los restos de varios niños que mató y de los que nunca ha hablado.
Pero no solo conocer estas revelaciones lo impactaron, también el hecho de estar sentado junto a una persona como Garavito. “Se siente un ambiente pesado, como ese ambiente del mal con un gran problema y es que en esa época en la que lo entrevisté, Martín, mi hijo, tenía 10 años y las víctimas de Luis Alfredo eran de 9 a 15 años, fue muy difícil, pero sabía que teníamos que hacerlo. Me paso algo muy curioso con esa primera entrevista que fue sin cámara, y es que a los pocos días llega la pandemia y yo me sentía contento de que no tenía que volver a verlo y realmente ya no quería entrevistarlo, no me sentía cómodo con eso”.
Poveda recuerda que le dijo a su periodista, Kevin Pinzón, que lo más probable era que la entrevista no la haría junto a él, “le dije tendrás que hacerla solo, no me creo capaz de volver”. Un año después, Rafael retomó fuerzas y finalmente se dispuso a volver a entrevistar a Garavito.
Uno de los datos curiosos previo a esta entrevista fue que el director del Inpec, el general Botero, le sugirió a Poveda que debía entrevistarlo pronto porque en cualquier momento Garavito iba a morir a causa del cáncer que lo ha aquejado por algún tiempo.
Poveda describe que Garavito quiere demostrar que es una persona que cree en Dios y que se convirtió al cristianismo, “en un momento decía que para Dios robarse una bicicleta era lo mismo que matar a un niño, entonces tú tienes que estar con esa persona y saber que se va a dar una confrontación, pero que a la vez hay que ser muy inteligente. Era llegar al hotel y par de noches llorar porque esos niños que mató eran como mi hijo, era algo muy complicado, uno se pregunta cómo puede haber alguien tan malo y por qué”.
En medio de la entrevista, Garavito siempre buscaba demostrarle a Poveda y a Kevin que era una persona arrepentida, que había cambiado, por eso siempre llegaba con una Biblia. “Esto puede ser parte de su proceso, pero te voy a contar algo que resume quién es él. Hace cuatro meses volví a la cárcel, ya estaba más delgado, más acabado, él llegó antes de que las cámaras estuvieran prendidas y comenzamos a conversar, yo le pregunté que si tenía admiradores a lo que el me respondió con una gran sonrisa, ‘sí, tengo a alguien en Carolina del Norte y una persona en España’. Lo sentamos para hacer una entrevista y le pregunto: ‘¿Luis Alfredo tú tienes admiradores?’ y me responde, ‘cómo pueden admirarme a mí, un asesino’”.
Sin duda, este comportamiento de Garavito deja ver que es una persona que tiene mil caras y que usó esto para engañar y matar niños. “Pero no solamente mató niños, también mandó a matar a personas que conocían su secreto, que le gustaban los niños”.
Con la ayuda de estas entrevistas, Xiomara Barrera escribió el libro El reflejo de la Bestia, que le tomó más de una año para terminarlo, es una novela basada en la vida real. Pero no es el único libro que se realizó con la ayuda de la investigación de esto dos periodistas, también salió al mercado Tras la sombra de Garavito, escrito por Cristián Valencia. Esta es una crónica novelada donde Kevin Pinzón es el personaje central que ha tenido una relación muy cercana con Garavito.
Estos dos libros, que tienen dos miradas diferentes con dos estilos diferentes sobre un mismo personaje, ya salieron al mercado y fueron lanzados en la Feria del libro que se realizó en el mes de abril.
Para Poveda, son dos libros fáciles de leer, donde una persona del común lo puede digerir y así enterarse de todo lo que hizo esta persona. “Acá hay algo que creo es uno de los puntos más importantes y es que las autoridades le fallaron a los niños de este país. Garavito estuvo por más de 20 años matando a niños en varias partes de nuestro país sin que las autoridades lograran identificar que era una sola persona la que cometía esta serie de crímenes”.