La intolerancia en el transporte público va en aumento y muchos aseguran que no deberían existir las sillas de colores.
Un nuevo caso de intolerancia en un articulado de Transmilenio está causando indignación en Bogotá. En esta ocasión, una ciudadana identificada como Angie Ruiz se negó a ceder una silla azul, por lo que recibió un golpe en su cabeza que casi la desnuca.
En diálogo con City Noticias, la mujer explicó que iba para su trabajo y en el trayecto, una usuaria de 58 años le pidió de una manera bastante grosera que le diera su puesto.
Sin embargo, al negarse, la otra mujer no tuvo la mejor actitud y, por el contrario, la agredió.
“Si por mí, que quitaran las sillas de colores, que eso no exista, está haciendo matar a la gente. (…) Mientras yo me levanto, se me acerca una mujer morena, grande, unos 58 años, pues que a la vista se veía gozar de salud realmente (…). La actitud de ella fue decirme como métase la silla por donde ya sabemos”, explicó en un primer momento.
Posteriormente, la situación fue subiendo de tono y comenzó una discusión que acabó rápidamente por un golpe: “Yo le dije, no señora, de esa forma no le puedo dar la silla, no sea grosera (...) Cuando ella se me acerca, lo único que me acuerdo de que alcancé a decir, porque siguió con su grosería, fue: ‘Dios la bendiga y si usted está enferma así no más pelea, imagínese gozando de salud’. Cuando digo la última frase siento un golpe en la cabeza a mano derecha y me bota”.
Hasta el momento la mujer no sabe con qué objeto la agredió, lo que sí es claro es que la contusión fue tan fuerte que la dejó “borracha” por un buen tiempo.
Al percatarse de lo que estaba sucediendo, Angie reacciones y su primer reflejo es jalarle el cabello:
Estamos esperando los videos de que el golpe fue tan fuerte que yo sentí borrachera y lo que me hace reaccionar fue un jalón de cabello”, relató la usuaria de TransMilenio.
Después de lo que sucedió la mujer quedó ta mal que fue a hacerse un chequeo médico para que le dijeran cuál era su estado físico después del golpe y las noticias fueron preocupantes porque le dijeron que por unos centímetros la hubiera podido desnucar.
“Con un impulso me pudo haber dislocado el cuello, según han comprobado los médicos, estaba a dos centímetros de la nuca”, concluyó Ruiz.