El hombre de 39 años falleció en extrañas circunstancias en un bar de Medellín.
Por estos días, la muerte del cura Javier Eduardo González Pertuz tienen consternada a la comunidad. El hecho se registró en un bar ubicado en el barrio Laureles, no muy lejos de la parroquia en donde hablaba cada ocho días a sus feligreses.
El hombre de fe murió repentinamente en la mesa en la que se encontraba disfrutando del lugar. Lo más extraño de todo es que llegó en compañía de un hombre que no ha sido identificado. Además, le habrían hurtado sus artículos personales.
Las autoridades encargadas del caso aseguraron que el cura se desplomó en la mesa en la que se encontraba. Los asistentes aseguraron que estaba pasado de tragos y no fue hasta un tiempo después que notaron que había fallecido.
Las personas del barrio Castilla, donde queda la parroquia que él dirigía, están consternadas con su muerte. De acuerdo con una persona que lo conocía que habló con Noticias Caracol: “por las mañanas uno salía y lo veía ahí. Se despedía con un gesto. Siempre que me veía lo hacía y yo se lo devolvía”.
Otros testigos aseguraron que estaban muy tristes pues era un padre carismático y muy querido por toda su comunidad. Por ejemplo, bautizaba a los pequeños y compartía con todos los vecinos del barrio cada vez que se daba la oportunidad.
Aún no hay una explicación sobre qué hacía el bar, pero se dice que pudo haber sido por el partido entre Medellín y Santa Fe en el estadio Atanasio Girardot. Al parecer, el hombre era un aficionado al fútbol y por eso se encontraba en aquel lugar