Marcas 100% colombianas que nada tienen que envidiarle a las extranjeras. Aquí, algunos recomendados.
Colombia está viviendo una nueva versión del Festival del Estéreo Picnic, y de la mano de ellos, Vassar Feria también regresó con emprendimientos e ideas innovadoras que son para no cerrar la boca.
En esta ocasión Vassar se creció, y a lo largo de sus 4.500 metros cuadrados los asistentes podrán encontrar 110 propuestas disruptivas en categorías como moda, accesorios, maquillaje, gastronomía, arte y fotografía.
“Buscamos ser el complemento perfecto para la experiencia del visitante del Festival Estéreo Picnic. En esta edición el 30% de las marcas son totalmente nuevas y nunca habían participado en ninguna edición de Vassar Feria”, afirmó Paula Maldonado, Presidenta de la Junta Directiva de la Asociación de Emprendedores.
Entonces, tanto hombres como mujeres podrán encontrar productos perfectos para el usar en el FEP, pero también en el día a día.
Pero eso no es todo. Y es que, como a los colombianos nos gusta antojarnos y a veces sufrimos por la indecisión, el ‘parche’ también puede ser tomarse un café, comerse un postre, conocer las diferentes marcas, guardar el datico de Instagram o de WhatsApp y después, ya con más calma (y dinero), animarse a apoyar los emprendimientos colombianos.
Y es que, precisamente, este es uno de los grandes objetivos de Vassar: que los colombianos nos enamoremos de lo hecho en nuestra tierra, que sin duda, no tiene nada que envidiarle a lo de afuera.
En SoHo nos pegamos la rodadita al Estéreo Picnic y conocimos Vassar. De paso, hablamos con algunos de estos emprendedores, quienes tienen productos que son para enamorarse y volverse a enamorar. Aquí algunos de nuestros recomendados:
Daniela Jiménez y Luis Rivera son las cabezas detrás de Luchador, una marca de ropa que desde su nombre refleja el trabajo duro para cumplir sueños. “Llevamos más de 11 años y precisamente, uno de los primeros espacios donde comenzamos a mostrar la marca fue en el Estéreo Picnic. Por eso nos alegra estar acá otra vez. Hace seis años no participábamos”, confesó Luis.
Este emprendimiento es atemporal, es decir, procura no manejar tendencias porque lo que se busca es que la marca se mantenga viva todo el tiempo. En Luchador se encuentran desde camisas, pasando por camisetas, chaquetas y hasta calzado.
“Para esta ocasión trajimos prendas que maximicen el look de las personas en Estéreo Picnic. Tenemos kimonos con colores brillantes, ponchos para el frío y trajimos una edición especial con chaquetas tipo rock star para quienes son más extrovertidos”, sumó Daniela.
Y si no alcanza a comprar en el FEP, tranquilo, porque todo se puede conseguir a través de la página web de Luchador en la cual se encuentran los productos listos para adquirir de manera online. Y claro, en las redes sociales también puede contactarlos.
Sus creadores cayeron al FEP desde Medellín y su idea es para los amantes del dibujo, la escritura y la música: libretas hechas con vinilos que ya no servían.
“¿Qué buscamos nosotros con este emprendimiento? Que el LP, que no es biodegradable, tenga una segunda oportunidad. Además, también contribuimos con el cuidado del medio ambiente trabajando con hojas de caña de azúcar”, contó Juliana Serna, una de las creadoras.
Pero el factor sorpresa no termina allí. Y es que las libretas, literalmente son como un vinilo, con carátula a bordo y lista de canciones. Lo más gracioso es que se pueden escanear para escuchar al músico y su álbum.
“Tenemos discos icónicos de Gustavo Cerati, Green Day y Queen, pero también estamos pendientes de los estrenos, como por ejemplo, lo nuevo de Karol G. Nuestro repertorio ha ido creciendo a medida que la gente ha ido preguntando por músicos o álbumes. Cada feria y festival nos va nutriendo de artistas”.
Y aunque este emprendimiento es paisa, quienes quieran una agenda de estas pueden contactarlos a través de redes sociales y su nueva amiga llegará a través de domicilio.
Una marca de sombreros que surge como una manera de recuperar la historia de Colombia a través de las comunidades indígenas. “A cada pieza le añadimos un tejido realizado por indígenas, y además, el sombrero viene con una etiqueta en la cual le contamos al comprador a cuál comunidad pertenece el tejido, dónde está ubicada y cuál es el significado de aquel diseño”, contó Valery Pérez, quien es lider del proyecto junto a su esposo Julián Daza.
Comunidades como los Misak, los Arhuacos y los Wayuu colaboran con Ancestro para hacer de su emprendimiento algo más que original. Esto se convirtió en un trabajo mucho más bonito y enriquecedor porque implica recuperar la semiótica y resignificar. Gracias a eso, al final te entregamos un sombrero que cuenta una historia”.
Cada sombrero es único y esa es la magia de trabajar con indígenas, “porque ellos nos entregan infinidad de tejidos y ninguno es igual”. En la actualidad tienen un showroom ubicado en la 91 con 19, cerca al parque El Virrey, en donde las personas pueden personalizar su sombrero, escogiendo el tipo de tejido, el color y más.