A las autoridades les preocupa el incremento de casos de extorsión sexual, pero también aseguran que son muchos los hechos que no se denuncian.
Imagínese que alguien lo contacta a través de sus redes sociales y le dice que es de “mente abierta”, por lo que le pide que le envíe fotos suyas desnudo para “calentar” la conversación. Usted cede porque ella también le ha dejado ver imágenes sin ropa y la dinámica se repite hasta que esa otra persona tiene en su poder una o varias fotos suyas sexualmente explícitas. La historia puede terminar en una extorsión, muy típica por estos días.
La ‘sextorsión’, como es conocido este deito, es de varios tipos: la hay como en el caso anterior que ocurre con desconocidos, con quien usted nunca ha tenido contacto y especialmente a través de Internet; pero también con su expareja, que después de romper la relación lo puede amenazar con publicar los videos que ustedes habían hecho de manera consentida; y sucede con desconocidos, que graban sin consentimiento y le piden plata para no revelar el contenido, como lo que acaba de ocurrir en Soacha.
Un joven de 22 años fue capturado en ese municipio en el momento en el que le estaban entregando 350 mil pesos como parte de una extorsión. Según la versión de la Policía que adelantó una investigación por tres semanas para recolectar las pruebas, el hombre tenía relaciones sexuales con hombres que públicamente eran heterosexuales, les grababa videos sin que se dieran cuenta y luego se los mostraba bajo la amenaza de mostrarlos a sus parejas, hijos o amigos.
Los indicios apuntan que habría por lo menos tres víctimas de la extorsión sexual, pero solo una de ellas fue la que se atrevió a denunciar el hecho, lo que confirma la teoría del Centro Cibernético de la Policía de que hay un número inmenso de estos hechos que no son denunciados. Datos consolidados de 2021 muestran que hubo solo 62 denuncias por extorsión sexual, 325 caso de ciberacoso, 972 denuncias por amenazas en redes sociales y 676 por injuria o calumnia a través de esas plataformas.
Una de las razones que quizá desincentiva la denuncia de estos casos es que en el Código Penal no existe un delito llamado ‘sextorsión’, aunque eso no impida que quienes lo practiquen no puedan ser judicializados, pues quien lo comete puede incurrir en el delito de acoso sexual que tiene penas de prisión de 1 a 3 años o el de extorsión que es más severo, en el que el carcelazo podría ser hasta de 24 años.
Durante 2022 uno de los caso emblemáticos fue el de ‘Las Bots’, una banda de cinco mujeres que desde la cárcel coordinaban una red de extorsión, entre ellas la sexual, que amenazaba a hombres con denunciarlos por supuestamente haber tenido relaciones sexuales con menores de edad o con publicar imágenes suyas.
La ‘sextorsión’ aumentó considerablemente después de la pandemia, hasta un 76% en 2021, según datos de la Policía que identifica la mayoría de los casos en Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca y Cundinamarca.