Este aparato fue creado por Philip Nitschke, un australiano conocido por sus polémicas opiniones sobre la eutanasia.
Varias personas fueron detenidas en Suiza tras la muerte de una mujer que utilizó una cápsula de suicidio asistido, un dispositivo con forma de sarcófago que permite a las personas poner fin a su vida sin la ayuda directa de un médico.
En Suiza, el suicidio asistido bajo supervisión médica es legal bajo ciertas condiciones, pero el uso de esta cápsula futurista ha generado polémica desde que el diario NZZ am Sonntag informó a principios de julio que podría emplearse por primera vez en el país.
Según The Last Resort, la organización que respalda este dispositivo, “el lunes 23 de septiembre, alrededor de las cuatro de la tarde, una mujer de 64 años procedente del Medio Oeste de Estados Unidos falleció usando la cápsula Sarco”. Este comunicado fue emitido tras el anuncio de las detenciones por parte de la policía el martes.
La asociación explicó que la mujer había enfrentado por años problemas graves debido a una severa deficiencia inmunológica. Según los medios locales, este es el primer uso registrado de la cápsula, conocida como Sarco.
“La fiscalía del cantón de Schaffhausen ha abierto una investigación penal contra varias personas por incitar y asistir al suicidio”, informó la policía en un comunicado. También están indagando posibles violaciones a otras leyes.
El lunes, un bufete de abogados notificó a las autoridades que un suicidio asistido utilizando la cápsula Sarco había tenido lugar en una cabaña en Merishausen, según la policía. Tras ello, la policía, junto con el servicio forense y la fiscalía, se desplazaron al lugar, confiscaron la cápsula y trasladaron el cuerpo para realizar una autopsia.
El dispositivo Sarco fue desarrollado por Philip Nitschke, un australiano conocido por sus polémicas opiniones sobre la eutanasia. Esta cápsula es una pequeña cabina con ruedas en la que el usuario debe acostarse y responder a una serie de preguntas para confirmar su decisión antes de pulsar un botón que libera nitrógeno, lo que provoca la pérdida de conciencia en pocos segundos y la muerte en minutos, según The Last Resort.
En julio, los promotores del dispositivo anunciaron su intención de que fuera utilizado por primera vez en Suiza, lo que causó gran controversia, ya que el suicidio asistido es legal en el país, pero solo bajo supervisión médica.
Sin embargo, la asociación indicó a finales de julio que la primera persona planeada para usarlo, una mujer estadounidense de unos 50 años, no pudo hacerlo debido a su deterioro mental. El lunes, la ministra del Interior suiza, Elisabeth Baume Schneider, afirmó que la cápsula Sarco no cumple con las normativas suizas, ya que no satisface los requisitos de seguridad de productos ni respeta la legislación sobre productos químicos.
Fiona Stewart, abogada y miembro del consejo asesor de The Last Resort, defendió que la organización siempre actuó según el consejo legal de sus abogados. Desde 2021, han considerado que el uso del Sarco en Suiza era legal, según indicaron en un comunicado.
Florian Willet, copresidente de The Last Resort y la única persona presente en el momento de la muerte de la mujer, describió su fallecimiento como “tranquilo, rápido y digno”, en un entorno natural bajo los árboles, en un espacio privado.