Los policías que se encontraban aquella noche en la URI, confesaron lo qué realmente pasó aquella noche.
Recientemente, Revelaron la asqueante razón por la que, al parecer, mataron al supuesto abusador de una joven en TransMilenio.
Consternación generó en el pasado mes de noviembre, la noticia del asesinato de un hombre, a quien señalaban de haber abusado de Hilary Castro, una joven de 17 años que denunció haber sido víctima de acoso sexual en una estación del transporte masivo más grande de Bogotá, TransMilenio, específicamente en la estación La Castellana.
Y es que horas después de lograr su captura, y mientras las autoridades daban detalles de cómo se logró dar con el delincuente, se conoció la noticia de su fallecimiento al interior de una URI de de Puente Aranda.
Aunque en un principio se pensó que el sujeto se habría suicidado, por las evidencias que lograron encontrar miembros del personal de criminalística, una segunda hipótesis que se maneja es sobre un posible suicidio.
Fue así que en su momento Medicina Legal, reveló que el sujeto habría muerto por múltiples heridas, por lo que habría sido asesinado dentro de las instalaciones de la Unidad de Reacción Inmediata.
Meses después y aunque del caso ya poco se hablaba, destaparon la verdadera razón que motivó la golpiza contra el presunto abusador de la joven de Transmilenio, que le generó la muerte.
El hecho se dio mientras se adelanta la investigación para esclarecer la muerte del señalado abusador, donde los uniformados que fueron capturados por la Fiscalía por el caso, confesaron lo qué realmente pasó aquella noche.
La investigación de la Fiscalía, realizada con apoyo del CTI de la Seccional de Bogotá, estableció que los uniformados a cargo de las celdas de paso, al parecer, omitieron las funciones propias de su cargo, no intervinieron ni evitaron la violenta reacción contra la víctima. En ese sentido, fueron imputados por los delitos de tortura y homicidio agravado.
Según confesaron Brayan Montealegre y Jimer Eduardo Blanco en su testimonio, fue porque llegó a la URI alardeando el crimen que le hizo a la joven, lo que generó la furia de los demás reclusos.
“El manifestaba que gozaba del sufrimiento que le hacía a esta muchacha. Él les hacía señas [a los presos] y en algún momento alcanzó a bajarse los pantalones delante de los privados de la libertad”, confesó uno de los policías capturados.