El amor se puede acabar, pero las deudas y responsabilidades que se adquirieron durante la relación no...
AY, el amor, el amor es uno de los sentimientos mas complejos que puede existir en ese mundo. Lo que causa en las personas puede llevarlos a romper limites y experimentar sensaciones únicas en esta vida. De hecho, si nos ponemos poéticos, el amor puede considerarse un p9lar de nuestra sociedad.
Muchas cosas en la historia han pasado por amores y desamores. Literalmente han caído imperios por él, ¿un ejemplo? Troya. Pero bueno, aquí no vamos a hablar de historia sino de economía, un aspecto de la vida en el que el amor tambien tiene que ver.
Cuando se inicia una relación sentimental se debe convivir con todo lo que trae la otra persona y cuando se unen las vidas en matrimonio no es solo emocional sin o también material. Algunos hacen capitulaciones otros unen todo lo que tienen y algunos más empiezan todo en conjunto.
La idea de un matrimonio en vivir para siempre con esa persona especial, pero la vida da muchas vuelta y o romances no siempre son un cuento de Disney y las cosas se acaban. Es en este momento cuando llega el divorcio, cada quien por su lado. Algunos son dramáticos, otros traumático, algunos más amistosos o de común acuerdo.
Sea como sea, hay osas que quedan en el aire como los hijos, las responsabilidades, los bienes adquiridos y las deudas. Muchos pensarían que estas últimas recaen en uno solo o el de mayor poder adquisitivo o algo por el estilo, pero esto no sería tan así. Para estas dudas, la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia estableció ciertas pautas que se deben tener en cuenta después de la disolución de una sociedad conyugal.
La Corte Suprema establece que la separación de una pareja implica dos etapas en términos de dinero de por medio:
En la norma vigente se establece que las deudas son compromisos adquiridos conjuntamente y que para excluir a uno de los miembros de la pareja de su responsabilidad, es necesario demostrar que el pasivo solo benefició a uno de los dos. Es decir ,si fue algo para los dos entonces ambos deben asumirlo.
“El saldo restante de las deudas adquiridas durante la vigencia de la sociedad y las que surjan durante el proceso de liquidación y distribución de bienes, serán responsabilidad de la sociedad, es decir, de los cónyuges o compañeros permanentes en partes iguales, tal como ocurre con la distribución de los bienes”, dice la norma.
La Corte examinó la situación de una pareja que convivió durante más de cinco años bajo una unión marital de hecho. En este caso, cuando todo terminó, se incluyeron como pasivos una hipoteca por 101 millones de pesos, impuestos prediales y de vehículos correspondientes a los bienes de ellos.
Sin embargo, durante el proceso no se tuvieron en cuenta otras obligaciones financieras que asumió el hombre como un segundo crédito hipotecario o los pagos que él había realizado de la primera hipoteca ya mencionada. Al principio, la petición de incluir esto se rechazó pues se dijo que era personales. Pero, despues la Corte Suprema revocó dicha determinación
Esto sucedió porque se estableció que las deudas contraídas durante la sociedad conyugal corresponden a ambos miembros de la pareja. Si esto no se sostiene, entonces se podría generar una desigualdad en la distribución de los bienes.