De acuerdo con el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático, Colombia se encuentra ubicada en una de las zonas sísmicas más activas de la Tierra. Conozca la razón.
Luego de la serie de potentes terremotos que se han registrado en Turquía y Siria, dejando más de 5000 muertos y un impactante escenario de edificios destruidos, así como el más reciente temblor que se presentó en Colombia durante la noche del lunes 6 de febrero, cuyo epicentro fue el municipio de Pasca, en Cundinamarca, hay inquietud sobre la probabilidad de que ocurra una sacudida de la tierra mucho más fuerte en territorio colombiano este año.
Si bien es cierto que todavía la ciencia no puede predecir la fecha, hora o lugar donde podrían ocurrir este tipo de movimientos telúricos, el Servicio Geológico Colombiano (SGC), se encarga precisamente de realizar el estudio de los recursos naturales y los peligros que estos amenazan, con el objetivo principal de lanzar una alerta oportuna sobre las zonas más vulnerables del país frente a un terremoto de grandes magnitudes y la razón por la que se arroja esta información.
De acuerdo con el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER), Colombia se encuentra ubicada en una de las zonas sísmicas más activas de la Tierra debido a que en la región convergen las placas tectónicas de Nazca y del Caribe contra la placa Suramericana.
La entidad explica que “la interacción continua entre las placas Nazca y Suramericana, que se mueven y chocan entre sí, ha producido la formación de montañas, cordilleras y fallas geológicas”, lo que convierte a Colombia en uno de los países más ricos en placas tectónicas que lo posicionan entre las zonas altamente sísmicas y volcánicas como Chile, México o Japón, que cuenta con 4 placas tectónicas confluyendo.
Por otro lado, señala que la sismicidad en el país “está relacionada con la actividad en la zona de subducción del pacífico colombiano y en las fallas geológicas activas” y una de las zonas con mayor concentración de eventos sísmicos en el territorio es el “Nido sísmico de Bucaramanga”, con epicentros ubicados en la zona de la Mesa de Los Santos en Santander.
Además del que se presentó en la noche del lunes 6 de febrero en el municipio de Pasca, en Cundinamarca, de magnitud 3.7 sobre las 7:44 de la noche, y que se reportó de nuevo a las 04:27 a. m. en el municipio de Los Santos, en el departamento de Santander, como epicentro, a las 04:29 a. m. se reportó otro de menor intensidad, con epicentro en el municipio de Buga Valle.
Sin embargo, el temblor más fuerte de las últimas horas ha sido el que se registró en Pasca, según detalló el Servicio Geológico de Colombia.
Turquía, Siria y Colombia no han sido los únicos países donde se han registrado temblores de alta y menor magnitud en las últimas horas, pues en Estados Unidos con epicentro en West Seneca, ubicada en el estado de Nueva York, y Guatemala también se han reportado de menor intensidad generando inquietud entre la población, motivo por el que diferentes expertos han explicado qué es lo que está pasando en el mundo.
Lo primero que se debe tener en cuenta es que los términos “temblor” y “sismo” se usan para referirse a un movimiento de baja magnitud, mientras que “terremoto” es de gran magnitud.
Como se mencionó anteriormente, estos fenómenos se suelen presentar en regiones que están ubicadas en inmediaciones de placas tectónica y es entonces cuando se denominan las zonas de ‘Cinturón Circumpacífico’ que comienza desde Chile, hacia Estados Unidos (México, Colombia), Hawaii, Rusia, China, Japón, hasta Nueva Zelanda.
Del mismo modo, nace el ‘Cinturón Eurasiático-Melanésico’, que incluye las cordilleras alpinas de Europa y Asia, conectando con el anterior en el archipiélago de Melanesia. Desde España se prolonga por el Mediterráneo hasta Turquía, el Himalaya y las Indias Orientales.
La tercera región altamente sísmica la formaría la Dorsal Mesoatlántica ubicada en el centro del océano Atlántico, explican los expertos, quienes también advierten que cualquier proceso que pueda lograr grandes concentraciones de energía en las rocas también puede producir sismos.