El mandatario se opone al aumento en la tarifa del transporte público y explica la razón.
Desde el pasado 17 de diciembre, el presidente Gustavo Petro viene cuestionando el aumento en la tarifa del transporte público en el país, solicitando a la Superintendencia de Transporte vigilar estas alzas de los costos en los centros urbanos, pues según explica, el valor de este servicio no se puede indexar a la inflación, sino que debe responder a los valores reales de los costos del transporte.
Esta reacción del mandatario se dio en respuesta al anuncio que hizo la Asociación Colombiana de Ciudades Capitales (Asocapitales), en el que señaló que el incremento al valor de los sistemas de transporte público masivo para el 2023 sería de un 12.53 %, en el caso de Bogotá, es decir, TransMilenio quedaría en $2981 y los buses del sistema del SITP en $2781.
“Asocapitales , entidad que ayude a fundar, no es autoridad tarifaria. No se puede indexar los pasajes al índice de inflación, sino a la variación real de los costos del transporte”, señaló Petro por medio de su cuenta de Twitter.
“Le solicito a la superintendencia de transporte una vigilancia profunda sobre los incrementos tarifarios que se proponen para el transporte público urbano”, agregó. Además, cuestionó la decisión argumentando que el diesel no aumentará de precio el próximo año, ¿por qué sí los pasajes de los buses?”, anotó.
Posteriormente, en la mañana del lunes 19 de diciembre Gustavo Petro advirtió acerca de “rentas innecesarias” que se trasladarían a los empresarios de este sector e insistió en la determinación que se tomó en octubre sobre el combustible del transporte público.
“El presidente Petro afirmó que, en materia de ACPM o diésel, combustible trascendental para los transportadores de carga, hasta junio del próximo año no tendrá incrementos”, explicó en ese momento el ministro de Transporte, Guillermo Reyes.
Mientras tanto el mandatario afirma que: “Si indexan los precios del transporte público masivo al ritmo actual de inflación cuando varios de sus costos se mantienen constantes o disminuyen de precio real, como el diésel, significa que están trasladando una renta innecesaria a los dueños del transporte público”.
Por último, pero no menos importante, en otro trino explicó: “Hay factores que afectan los costos de producción del transporte público masivo, como el salario de los conductores, que crecen; pero el simple hecho que el diésel no suba de precio, hace que no se pueda indexar la tarifa del transporte al salario mínimo ni a la inflación”.