¿Homicidio o suicidio?
Esta semana se dieron a conocer dos casos lamentables de abuso y acoso sexual en la capital del país dentro del sistema de transporte de los articulados de Transmilenio.
Uno de los que más causó revuelo, repudio y rechazo fue el ocurrido en la estación de La Castellana el pasado 31 de octubre. Allí, una joven identificada como Hilary Castro relató la traumatizante experiencia que vivió a manos de un abusador.
Con 17 años de edad, la mujer relató que se bajó de un bus en la estación y ahí mismo un hombre con una actitud extraña también se bajó: “Era una estación en la que no había un solo policía, un solo celador. Este hombre llega detrás mío y me amenaza con un cuchillo”.
Posteriormente, empieza a decirle cosas obscenas, la amenaza con el arma cortopunzante y la hace salir de la estación. En un instante le quita su celular y se baja el pantalón, y a punta de amenazas la obligó a practicarle sexo oral.
“Intentó tocarme por debajo del short, y la parte de arriba, yo intentaba correrlo con las pocas fuerzas que tenía porque del miedo no podía hacer absolutamente nada”, sentenció la joven.
De un momento a otro, dos muchachos asustaron al abusador que escapó. Castro corrió para que la auxiliaran, los muchachos le prestaron su celular para llamar a sus amigas y, posteriormente, se encontró con ellas.
Tras tener un retrato hablado casi exacto del abusador y de empezar todo un plan para dar con su paradero, las autoridades dieron con el perpetrador 5 días después de lo sucedido.
Dos patrulleras, una teniente y una fiscal estuvieron frente a la investigación y fue gracias a la recolección de pruebas, grabaciones, testimonios de la víctima y de testigos, que hallaron la identidad de Juan Pablo González, quien en el momento de su judicialización se encontraba en su propia casa.
Según varios uniformados, el victimario no puso resistencia alguna y estiró los brazos para que le pusieran las esposas.
Con el material probatorio, un juez de Control de Garantías ordenó que González, señalado por abusar de Hilary y de otros actos obscenos en el sistema de transporte público, fue enviado a un centro penitenciario.
Sin embargo, al día siguiente, es decir, el domingo 6 de noviembre, fue encontrado sin signos vitales en la celda de la URI de la SIJIN en Puente Aranda, sobre las 4:40 de la tarde.
En un primer momento, en diálogo con Blu Radio, el secretario de Seguridad de Bogotá, Aníbal Fernández de Soto, expresó: “la información que tenemos, por el momento, es que tuvo algún tipo de convulsión, algún tipo de paro. No se sabe todavía muy bien el motivo por el cual esto se genera y pierde la vida”.
Pese a esta versión de los hechos, algunas fuentes extraoficiales del CTI de la Fiscalía le aseguraron al diario El Tiempo que el cuerpo de Juan Pablo González presentaba politraumatismos y que se desmayó en su celda.
Como hasta el momento no se sabe con exactitud qué fue lo que pasó, abrieron una investigación penal para determinar si se trata de un homicidio o suicidio.