Durante este tiempo liderando la Iglesia católica, el papa Francisco ha opinado sobre temas bastante controversiales como el aborto, el matrimonio y los homosexuales.
Este 13 de marzo de 2023 se cumplen diez años desde que el argentino Jorge Mario Bergoglio fue elegido como papa Francisco en el Vaticano, fecha en la que dio un discurso enfocado en los más necesitados desde el balcón de la fachada de la basílica de San Pedro.
Desde que asumió este rol, el sumo pontífice no solo se convirtió en el primer papa latinoamericano, sino también en el representante de la Iglesia católica que más ha sorprendido al mundo con sus polémicas declaraciones, usando frases coloquiales, improvisaciones y hasta ausencia de protocolo como con sus “viernes de la misericordia”, días en los que visitaba por sorpresa casas de exprostitutas o enfermos de alzhéimer.
Esta ausencia también se ha evidenciado durante sus salidas para comprar zapatos, gafas y discos y ha dado mucho de qué hablar por el hecho de no tomar vacaciones.
Además, durante este tiempo al mando de la religión católica, el papa Fransciso ha demostrado que para él ningún tema está vetado y por eso no lo piensa dos veces a la hora de hablar sobre temas tan controversiales como el aborto, el matrimonio, los homosexuales, la realidad política de varios países, entre otros.
“¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema?”. Esta ha sido una de las declaraciones más contundentes del papa Francisco sobre el aborto.
Sin embargo, más allá de señalar a las mujeres que han elegido esta práctica, se ha enfocado en acompañar a las madres heridas mencionando que el aborto es un problema humano y no religioso.
“No estamos en contra del aborto por la religión. No. Es un problema humano”, expresó durante su vuelo de regreso de México el 17 de febrero de 2016.
Luego, en enero de 2019 explicó que comprendió el drama del aborto en el confesionario. “El problema no es dar el perdón, el problema está en acompañar a una mujer que ha tomado conciencia de haber abortado. Son dramas terribles”, mencionó.
“Hay que estar en el confesionario y tú allí debes dar consuelo, no castigar nada. Y yo aconsejo muchas veces, cuando lloran y tienen esta angustia: ‘Tu hijo está en el cielo, habla con él. Cántale la canción de cuna que no le pudiste cantar’. Y ahí se encuentra un camino de reconciliación de la mamá con el hijo. Con Dios ya está: es el perdón de Dios”, agregó.
En junio de 2016, cuando iba en su avión de regreso a Roma tras estar en Armenia, el papa Francisco consideró que la Iglesia católica debe pedirles perdón a los miembros de la comunidad LGBTIQ+, así como a quienes han sido marginados por el trato que recibieron.
Esta declaración la dio al responderle la pregunta a un periodista sobre los comentarios del cardenal alemán Karl Marx de que la iglesia debería disculparse con los homosexuales.
“Creo que la iglesia no solo debe disculparse, como el cardenal Marx dijo, no solo deben pedir perdón a esta persona que es homosexual a quien se ha ofendido, sino que tiene que pedir perdón a los pobres, a las mujeres explotadas, a los niños explotados por su mano de obra, tiene que pedir perdón por haber bendecido muchas armas”, aseveró.
Por último, insistió en que no deben ser objeto de discriminación y deben ser respetados y acompañados espiritualmente.
En julio de 2013, el sumo pontífice se refirió al supuesto “lobby gay”, cuando trascendieron a la prensa italiana algunas informaciones de que supuestamente la Santa Sede contenía una red de clérigos homosexuales y reconoció que había mucho de qué hablar sobre el tema.
“Cuando me encuentro con una persona gay, tengo que distinguir entre su ser gay y ser parte de un lobby. Si aceptan al Señor y tienen buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlos? Ellos no deben ser marginados. La tendencia [a la homosexualidad] no es el problema... ellos son nuestros hermanos”, dijo y reiteró que el problema son los lobbies que actúan en contra de los intereses de la Iglesia.
En el Aula Pablo VI del Vaticano en 2019, el papa Francisco lanzó una dura crítica a los cristianos que considera “hipócritas” explicando las razones de su llamado de atención a algunos feligreses.
“Cuántas veces hemos sido testigos del escándalo de aquellas personas que van a la Iglesia –y se pasan el día allí o van todos los días– y después viven odiando a los demás o hablando mal de la gente”, subrayó.
“Esto es un escándalo. Es mejor no ir a la Iglesia. Vive así, como un ateo. Pero si vas a la iglesia vive como un hijo, como un hermano y da un auténtico testimonio, no un contratestimonio”, advirtió.
Para él estas personas son “hipócritas” porque solo rezan “para ser admirados por los demás”, pero su oración es un “rezo pagano, sin Dios”.
En medio de la crisis que se vivía por el zika a principios de 2016, Francisco sugirió que las mujeres podrían usar anticonceptivos para evitar embarazos y así ayudar a prevenir el virus.
“El gran Pablo VI, en una difícil situación en África, permitió a las monjas usar anticonceptivos en casos de violencia… Por otra parte, evitar el embarazo no es un mal absoluto. En ciertos casos, como en este que mencioné del papa Pablo VI, era claro”, dijo.
También sostuvo que evitar el embarazo era “un mal menor” que “entra en conflicto con el quinto y sexto mandamiento”. No obstante, insistió que en el otro extremo esta el aborto, el cual “no es el menor de los males. Es un crimen… Es eliminar a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia”.
Ante los rumores sobre su renuncia a causa de sus complicaciones de salud que en ocasiones lo han obligado a usar silla de ruedas, el papa Francisco dejó a más de uno sin palabras con la frase: “Se gobierna con la cabeza, no con las piernas”, dejando clara su capacidad para continuar liderando la Iglesia católica más aún después de la muerte de Benedicto XVI.