Comentó cómo en tan solo dos segundos logra cometer sus robos.
Los actos de delincuencia en el país no cesan y así queda en evidencia casi a diario con los distintos reportes de inseguridad que se dan a conocer en el país, donde reportan robos a mano armada, extorsiones, asesinatos, entre otros casos delincuenciales.
Esta situación tiene cansada a la ciudadanía, quienes manifiestan hoy en día no sentirse seguros en ningún lugar, ni en sus hogares, ya que los amigos de lo ajeno viven ingeniándose modos para cometer sus delitos.
Situación de la que no se salva Bogotá, ya que con su gran número de habitantes, a diario vemos cómo se registran toda clase de robos, algunos de estos en las calles, mientras otros por su lado al interior de TransMilenio.
Para nadie es un secreto los altos índices de inseguridad que se registran al interior del Sistema Integrado de Transporte de Bogotá, donde los amigos de lo ajeno se crean modos de cometer los hurtos como raponazos, cosquilleos, entre otras modalidades que suelen utilizar.
De hecho, por estos días, se conoció el relato de un hombre, quien se dedica a robar en TM, y quien confesó la modalidad de robo que utiliza y cómo selecciona a sus víctimas.
Así quedó evidenciado gracias a un testimonio que logró recolectar el programa, ‘Testigo Directo’, donde hablaron con un ladrón, que sin tapujo, habló de cómo comete sus fechorías.
El sujeto empezó narrando que su modalidad de robo es el raponazo, donde aprovecha el descuido o distracción de algunas personas que van al interior de los articulados, para, en cuestión de segundos, robarles sus celulares y posterior a esto venderlos.
Según comenta, se hace a las afueras de las estaciones para identificar a sus víctimas, a los que selecciona dependiendo su celular, lo distraído y la cercanía que tenga a las ventanas del bus.
“Desde las barreras le robaría el teléfono. Está hablando por el celular y lleva las ventanas abiertas”, manifiesta el ladrón al medio anteriormente mencionado.
Posterior a esto le señala a otro usuario mencionando que “A ese también me subiría desde las barreras, y solo se lo raparía, o sea, ahí ya irían dos teléfonos, y si toca abrirle más la ventana, se le abre”.
Adicional, el sujeto confiesa la suma de dinero que le llegan a dar por los celulares que se roba en el día.
“Digamos si son tres celulares, entonces ya sería por ahí $700.000 u $800.000. En un día fácil, más de un millón, depende del estado. Por ejemplo, este Samsung A30, que está bloqueado lo vendería en $250.000, pero si estuviera libre lo cobro a $450.000″ , confiesa el criminal.
Adicional a esto, la periodista le empieza a mostrar diferentes celulares para que, como si fuera un experto, con solo verlos el ladrón le diga marca y cuánto dinero le podrían dar, dependiendo el estado del dispositivo.