También hay puestos de comida, cuadros, accesorios y más productos.
Las ventas informales en las estaciones de TransMilenio van en aumento y una prueba contundente de esta situación es el escenario que se encuentra en el túnel que conecta a la calle 13 con la carrera 30, en la estación de Ricaurte.
En este espacio público hay un largo camino formado por vendedores ambulantes que ofrecen diversos productos entre ropa, comida, decoraciones y más, aprovechando la concurrencia con la que transitan los usuarios durante todo el día y toda la semana.
“Aquí hay una población flotante porque en este lugar se pueden movilizar entre 50 y 60 vendedores diariamente. En horas pico, la cifra puede llegar a 100 vendedores”, comentó Andrés Sánchez, jefe de comunicaciones del Instituto Para la Economía Social (IPES).
Sobre esta situación, el Canal RCN presentó un reportaje en el que se mostró la gran variedad de productos que se pueden adquirir en el túnel, pero lo que más llamó la atención fue el precio de la ropa, pues se pueden conseguir conjuntos desde $ 15.000 pesos.
La razón por la que los vendedores la ofrecen a este precio es clara - no todas las prendas son nuevas-, pero sí garantizan que se encuentran en buen estado. De hecho, también hay quienes ofrecen ropa interior, la cual sí es completamente nueva y también a un precio económico.
Si bien es cierto que se trata de una labor con la que muchas personas buscan obtener ingresos económicos de manera honrada, el escenario se ha convertido en blanco de cuestionamientos entre algunos ciudadanos. El motivo de su inconformidad, según comentan a través de redes sociales como Twitter, es que desde su perspectiva se altera el orden y en ocasiones resulta incómodo a la hora de transitar por este espacio.
“La estación de Ricaurte de @TransMilenio es un San Victorino, desorganizado y mal oliente. No hagan más estudios sobre evasión, pongan vigilantes que controlen ingreso de colados, ventas no autorizadas, etc”, señaló un usuario.
Y es que aunque TransMilenio lleva un largo tiempo trabajando en estrategias para evitar que el sistema se llene de vendedores ambulantes, sin necesidad de afectar su labor, parece que es una situación que se sale de sus manos, de acuerdo con las declaraciones de los mismos vendedores.
“La policía, en estos momentos, no están molestándonos, sacándonos ni quitándonos mercancía”, comentó uno de ellos. Además, aseguraron que “la relación entre policía y vendedores ha mejorado mucho”, pese a que son conscientes de que su actividad sigue siendo ilegal.
Debido a esto, muchos agradecen que los dejen trabajar y hasta hubo quienes afirmaron que están dispuestos a pagar un arriendo para controlar un poco el caos que se forma en horas pico, aunque es claro que muchos rechazarían esta idea por la ventaja que representa poder ofrecer sus productos en un espacio tan concurrido y de manera gratuita.
Ante este panorama, el IPES recordó que “cualquier persona que se dedique a las ventas informales puede asistir a la casa del vendedor, ubicada en las oficinas del Instituto Para la Economía Social y allí se pueden inscribir en la herramienta que le permite acceder a los beneficios que nosotros como entidad ofrecemos”.