¿Se ha preguntado por qué su forma de hablar? El candidato lo reveló hace un tiempo
Juan Daniel Oviedo es uno de los actuales candidatos a la alcandía de Bogotá, al que muchos conocimos cuando fue el director de Dane durante el Gobierno de Iván Duque.
Durante su cargo fue de los funcionarios que mayor aceptación tuvo, al punto de que tras su salida de dicho cargo, probó suerte en la televisión nacional, cuando estuvo presentando la sección, ‘Las cuentas de Oviedo’, en Noticias RCN, donde hablaba sobre la economía nacional, la cual terminó para poder empezar un nuevo reto político, la alcaldía de Bogotá.
A este puesto renunció, para iniciar su candidatura en la carrera que busca al alcalde que gobernará Bogotá desde el próximo 1 de enero del 2024.
En medio de su carrera por llegar a dicho cargo, ha estado presente en toda clase de debates y eventos, en los que además de sus propuestas, ha hablado de múltiples anécdotas que ha vivido.
Precisamente, desde que se dio a conocer, a muchos les pareció curioso su acento, al punto de que lo criticaban por “gomelo”, aunque la realidad detrás de su forma de hablar tiene otros motivos, que tienen que ver con un accidente que sufrió cuando era niño.
Así lo reveló el mismo Juan Daniel Oviedo en una entrevista que concedió hace un tiempo para la revista Bocas, donde habló sobre distintos detalles de su vida, revelando la verdad detrás de su acento.
Según detalló, todo se debe a un accidente que tuvo cuando era pequeño, por el cual terminó con gran parte de la cara cortada, al punto de que fue necesario ponerle 72 puntos internos y externos.
“Me quedó como una zeta. Por eso tengo la boca un poco torcida. Los médicos tuvieron que jalar el músculo. Yo era muy pequeño. En los momentos de opulencia, a mí solo me daban leche de polvo holandesa. Eran unos tarros gigantes, azules, lindos, que mi papá traía de no sé dónde. Un día, a la persona que ayudaba en la casa se le ocurrió que esos tarros podían ser cestos de basura y puso uno en el cuarto de juegos. Me caí encima. Se me abrió completamente la cara con la lata”, expresó Oviedo en su momento.
Juan Daniel mencionó que Producto de esto, se le generó una cicatriz por la que sufrió bullying en su época estudiantil, comentando que, “Fue muy duro, porque además tuve que pasar una temporada con los brazos separados, de frente, para que no pudiera tocarme y dañar la cicatriz. Imaginarás ir al colegio con semejante chamba. Me ponían apodos espantosos. Monster. Rataniel. Esa cicatriz generó una montadera tenaz. Fue un factor de rechazo constante”.
Tras el accidente y la recuperación, Juan Daniel quedó con problemas para pronunciar la “erre” y con un “seseo” que no corrigió por un mal comentario que le hizo la doctora en su época.